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La covid diezma al personal de Salud en Chiapas; 50 murieron en 2020

La Secretaría de Salud en Chiapas señala que durante el 2020 se contagiaron unos 900, de los que 50 murieron: en enero pasado van 40 enfermos y 12 fallecidos

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- La lucha ante una enfermedad casi desconocida ha sido complicada en tierras chiapanecas. Desde sus respectivas trincheras, personal médico, de enfermería y de intendencia, así como camilleros, laboratoristas, entre otros, han perdido la vida ante el nuevo coronavirus SARS- CoV-2, mismo que llegó a Chiapas a mediados de marzo del año pasado.

Aunque a nivel nacional, de acuerdo con cifras oficiales, nuestro país cerró el 2020 con más de 2 mil 470 defunciones de personal de salud por la pandemia, Chiapas acumula, al menos en el sector de salud pública, una cifra importante.

Es decir, la Sección 50 del Sindicato Nacional de Salud en esta entidad del sureste mexicano subraya que en enero de este 2021 ya contabilizaban cerca de 40 enfermos y, al menos una decena de fallecidos. Durante el 2020, revela, la cifra alcanzó los 900 contagiados y medio centenar de muertos.

Solo en un lapso de tres días del mes pasado, es decir del sábado 30 de enero al lunes primero de febrero, fallecieron ocho médicos, de los que siete eran hombres y una mujer.

Entre los que perdieron la batalla contra la covid están Martín Macías, Karina Trujillo, Fernando de la Rosa, Jorge Harrison y Rogelio Pérez.

BETY, DEJÓ DOS NIÑOS

Pero las secuelas van más allá de aquellos y aquellas que, a diario, caminaban por los pasillos de las clínicas y hospitales públicos. Es el caso de Sergio Burciaga López quien, el 23 de abril de 2020, cuando el virus estaba en su mayor apogeo en Chiapas, perdió a su esposa Beatriz Verdugo Robledo, Bety, enfermera desde hace 11 años del Hospital de Especialidades Pediátricas (HEP) de Tuxtla Gutiérrez.


No obstante, el virus no solo se llevó a la trabajadora de salud de 41 años, sino que dejó a dos hijos en la orfandad. Mientras que su marido se mudó de oficio (era chofer de transporte turístico) y de ciudad: dejó su casa en Tuxtla para mudarse a Unión Juárez, en la región Soconusco, donde vende aceites para carro, hace conexiones eléctricas, le entra a la mecánica y lo que resulte para llevar el alimento a su hogar

Incluso, él tiene que apoyar a sus menores en sus actividades escolares diarias, lo que antes, cuenta el varón de 34 años, lo hacía su mujer. Sin embargo, reconoce que ha sido importante el apoyo no solo de sus familiares directos, sino los de su cónyuge, cuyas cenizas “reposan” en una especie de repisa de una pared de madera, en su tierra natal, Unión Juárez.

Pese a todo, Sergio tiene “una espinita” en mente: ocupar la plaza que dejó “Bety”, pero en su caso sería de camillero, “pero no ha habido apoyo del sindicato, porque ya lo solicité; de hecho, mi amada me picaba las costillas (sic) para que le entrara”.

CULPAN A LA SS; OTROS A LA SOCIEDAD

Desde que se agudizó la pandemia, la mayoría de trabajadores de Salud señalaban a uno de los culpables por los decesos: al secretario en la materia, José Manuel Cruz Castellanos, por no dotarlos de equipo de protección ni adecuar espacios especiales para atender a los enfermos.

Incluso, hasta el mes pasado, empleados de dos unidades médicas familiares y de un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), todos en Tuxtla, se manifestaron por la escasez de materiales e insumos, las pérdidas de vida de compañeros y compañeras y, asimismo, la falta de vacunas anticovid-19.

Ricardo Tovilla, presidente de la Federación de Colegios de Médicos de Chiapas.

En entrevista, Ricardo Tovilla, presidente de la Federación de Colegios de Médicos de Chiapas, advierte que de hecho han insistido en que el semáforo epidemiológico sea cambiado, pues para él y sus compañeros no debería estar en verde, sino al menos en naranja.

“Pedimos algunas cosas, pero no ha dado resultado, pues seguimos de la misma manera, y creo que ya lanzaremos un nuevo comunicado para ver si lo pueden cambiar, porque la contingencia sanitaria sigue, hay infectados más de la cuenta”, asevera.

Para Alberto Rincón Acebo, médico anatomopatólogo chiapaneco, en la sociedad ha permeado la ignorancia, y prueba de ello es que el humano aún es instintivo, “y termina cometiendo los mismos yerros que no haría otro mamífero”.

Si los contagios están al alza, considera, es porque las mismas personas han permitido mermar su salud, y prueba de ello es la obesidad, hipertensión y otros males que abonan a que, con el virus ya instalado en el cuerpo, la muerte sea efectiva.

Entonces, el galeno se cuestiona: “¿Quién tiene la culpa de que haya tantos muertos en el mundo? ¿Los gobiernos o la individualidad?”

Desde el primer día de pandemia, recordó, estaba convencido de que México tendría el primer lugar en mortalidad por el covid porque, basado en cifras, se cuenta con el primer lugar en obesidad infantil y adulta, entre los primeros puestos por diabetes y asimismo por infarto, entre otros factores, lo que también ha “invadido” al personal de salud, de las ramas que sean.