Main logo

2 años sin noticias de comerciantes desaparecidos por policías de Ixtac

En 18 días, 13 personas fueron privadas de su libertad y solo tres pudieron escapar de sus plagiarios

Escrito en VERACRUZ el

La desaparición de siete comerciantes en Ixtaczoquitlán, provocó que más familias de esa región montañosa levantaran la voz y advirtieran sobre “barredoras” o desapariciones masivas presuntamente emprendidas por policías municipales y de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz.

Entre el ocho y 26 de octubre de 2019, 13 personas fueron privadas de su libertad y solo tres pudieron escapar de sus plagiarios. En ambos casos existen señalamientos contra elementos policiales quienes habrían montado retenes y ejecutado detenciones arbitrarias para privar de la libertad a sus víctimas.

“Desde 2018 se están desapareciendo muchos jóvenes en Ixtaczoquitlán. ¡Ya basta!, ¡Escúchennos!”. Tenemos al alcalde, Miguel Ángel Castelán y al señor Octavio Pérez, comandante de la policía. Ellos están con el cartel, ellos están detrás de todo esto”

Son las palabras de un habitante de Ixtaczoquitlán, quien tiene un lazo familiar con Fernando José Trejo Aguilar, Ciro Álvarez Cantor de Ixcatla y Martín Flores Medina, quienes desaparecieron desde el 8 de octubre de 2019 tras ser detenidos en un retén de ese municipio.

Angélica Aguilar Victoriano, madre Fernando Trejo, lamenta que tuvieron que pasar 18 días para que el caso de su hijo y sus dos compañeros fuera visible para autoridades y reporteros. Ello, comparte, luego de que se hiciera pública la desaparición de siete comerciantes en Ixtaczoquitlán, municipio donde abundan registros de fosas clandestinas y crímenes ligados a integrantes de la delincuencia organizada.

A la fecha, la Fiscalía de Veracruz únicamente ha confirmado las desapariciones de 10 personas en ese corredor dedicado a la siembra de caña y chayote, pero del paradero de las víctimas no hay noticias. Solo un clima de incertidumbre similar al que permeó en el gobierno de Javier Duarte, exgobernador sentenciado por asociación delictuosa y lavado de dinero.

IBAN A TRABAJAR Y LOS DESAPARECIERON POLICÍAS

El pasado 8 de octubre, Fernando avisó por teléfono a su madre, Angélica, que estaba por llegar a casa, ubicada en la Ex hacienda Tuxpanguillo. El joven le solicitó preparara comida para él y cuatro compañeros que regresaban del trabajo. Que todo estaba bien.

Fernando, Ciro y Martín, no llegaron a la cita; los tres fueron detenidos alrededor de las 18:30 horas en un retén fijado entre las comunidades de Zapoapan y Campo Chico, a la altura de un puente denominado “Apestoso”, en el municipio de Ixtaczoquitlán.

“Iban a trabajar, iban a terminar de decorar un bar botanero llamado Jey, en Ixhuatlán del Café. Yo lo esperé y ya no llegó”, recuerda Angélica Aguilar.

De acuerdo con al menos dos testigos, Fernando, Ciro y Martín tripulaban una camioneta Durango color gris; los otros dos jóvenes manejaban una motocicleta. Al menos cuatro patrullas con logotipos de la policía municipal de Ixtaczoquitlán y de la SSP interceptaron al vehículo Durango.

“Los muchachos de la moto pasaron, los detuvieron y los policías les pidieron que se bajaran de la moto y que no alzaran la cabeza para que no vieran”

“Ellos oyeron una voz en el radio del policía que avisó ‘ahí va la camioneta’. ‘¡Párenla!’. Váyanse, ustedes no vieron nada, les dijeron los policías. Ellos después regresan, pero mi hijo y sus compañeros ya no estaban, solo estaba la camioneta con los cristales abajo y las cuatro puertas abiertas”, agrega la madre.

Un campesino de identidad protegida, refirió Angélica Aguilar que vio a uno de los jóvenes tendido sobre el pavimento y esposado. Una mujer policía también le habría ordenado darse la vuelta y retirarse del lugar.

“ENCONTRARON SANGRE EN LA CAMIONETA EN QUE VIAJABA MI HIJO”

Angélica recibió la noticia sobre la detención de su hijo 24 horas después. Al creer que solo se trataba de una detención acudió a las instalaciones del Mando único de Fortín, donde negaron el despliegue de dicho retén. La madre visitó a autoridades de Orizaba, Córdoba e Ixtaczoquitlán, pero la respuesta fue la misma. “¡Aquí no los tenemos, señora!”.

La única pista de los tres jóvenes fue recabada hasta el 31 de octubre. La camioneta Durango donde ellos viajaban fue hallada en el municipio de Coscomatepec, entre los límites de Santa Ana Atzacan e Ixtaczoquitlán.

En la cajuela de ese vehículo había sangre. La madre ha solicitado a elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) que confronten esos restos de sangre con el ADN de su hijo, sin embargo, tampoco ha obtenido respuestas.

“Yo me cansé de rogarle a las autoridades que hicieran su trabajo, pero apenas comienzan a trabajar a raíz de la desaparición de estos siete comerciantes. Yo solo digo que, si mi hijo debe algo, que me digan y si es necesario hasta a la cárcel que lo metan, pero por favor, que me digan dónde está”, pide Angélica.

La mujer describe a Fernando como un chico cariñoso, quien, después de haber concluido sus estudios de bachillerato probó suerte cuidando un vivero, cuidando tierras como parte del programa federal Sembrando Vida y, finalmente, había aceptado una invitación como mesero en el Bar Jey.  

SIN NOTICIAS DE LOS SIETE COMERCIANTES DESAPARECIDOS

Se cumplen nueve días desde la desaparición seis hombres y una mujer -dedicados a la venta de ropa americana-. Al menos 4 de ellos fueron detenidos por policías municipales de Ixtaczoquitlán, según consta en fotografías al interior de esa comandancia.

Nada se sabe sobre Jorge Alducin, de 45 años; Ricardo Montesinos Núñez, 20 años; Daniel García Reyes, 25 años; Humberto Gil García, 32 años; Jorge Obet Reyes Flores, 41 años; y los esposos: Joel Reyes Flores y Luisa Carrera Valdés, de 43 y 30 años de edad, respectivamente.

Cuatro comerciantes Joel, Ricardo, Daniel y Humberto partieron del municipio de Camerino Z. Mendoza, a bordo de una camioneta tipo Van, color blanco, alrededor de las 13:00 horas del sábado 26 de octubre.

Los cuatro descargaron la mercancía en una bodega del municipio de Fortín y estacionaron el vehículo frente al negocio de Joel Reyes; posteriormente pidieron un taxi que los llevaría a su domicilio.

Alrededor de las 15:00 horas, los cinco habrían sido detenidos por elementos municipales sobre la carretera federal, en el parador denominado La Quebradora. Posteriormente fueron trasladados a los separos de Ixtaczoquitlán.

A las 19:00 horas del mismo día, Joel Reyes llamó al celular de su esposa, Lucía Carrera y le pidió que llamara a su abogado, Eloy López Guevara. “Tráete al licenciado”, le solicitó. 

Luisa pidió a su cuñado, Jorge Obet, que lo acompañara a pagar la multa de su esposo y sus empleados. A ellos se sumaron Jorge Alducin -otro comerciante- el abogado Eloy López y su hijo, menor de edad.

Alrededor de las 21:45 horas, los cuatro comerciantes y el taxista habrían obtenido su libertad tras haber pagado una multa. A la comandancia llegaron a liberarlos tres vendedores -compañeros suyos-, el abogado de los detenidos y su hijo.

Las 10 personas se repartieron en una camioneta de batea roja y emprendieron su regreso a Camerino Z. Mendoza. Sin embargo, 20 metros adelante fueron interceptados presuntamente por un comando armado. La orden, a punta de pistola, fue descender del vehículo; a todos sometieron.

Uno de ellos, el taxista, logró escapar de sus captores y se lanzó a unos cañaverales. Más tarde entregó las llaves del carro que manejaba a su patrón y huyó de la ciudad.

El abogado, Eloy López Guevara, y su hijo fueron liberados horas más tarde de haber permanecido incomunicados, acto que no ha sido aclarado por el defensor. Ninguno ha querido informar sobre la ubicación de los demás, ni señalar nombre de los responsables.

ygr