PACHUCA.- La suspensión de clases presenciales afectó a arrendatarios como Julián Cisneros, quien se dedicaba al arrendamiento de una vivienda a universitarios foráneos.
Al igual que los comercios no esenciales, el negocio de Julián -nombre que fue modificado a petición del entrevistado- va en picada desde mediados de 2020.
Después de que se cancelaron las clases presenciales y se implementó el modelo de educación a distancia, para prevenir la propagación de la covid-19, los estudiantes regresaron a sus municipios de origen y dejaron de arrendar.
Aunado a la falta de ingresos, Julián narró que ha pagado los servicios básicos, e incluso invirtió en nuevas cerraduras, debido a un intento de robo de la vivienda que arrenda desde hace seis años.
SIN INGRESOS SIGUEN LOS GASTOS
Desde abril y hasta agosto, Julián realizó un mutuo acuerdo con sus arrendatarios para que únicamente pagaran la mitad de la renta, en tanto se reanudaban las clases presenciales.
Sin embargo, al pasar los meses el retorno a clases no se materializó y, en consecuencia, el pago de renta se suspendió de forma definitiva en septiembre.
"Las afectaciones han sido económicas no solo por dejar de percibir la renta de cada uno de los estudiantes, sino por los gastos que genera la misma vivienda como son luz, agua, internet, aunque la casa está vacía, no se han cancelado los servicios porque luego es complicado volverlos a contratar".
Por ello, desde hace cinco meses Julián sigue pagando servicios, a pesar de que el inmueble no genera ingresos.
Y aunque ha planeado dejar de rentar su propiedad como casa de asistencia para universitarios y arrendarla de manera general, reconoció que es poco viable ya que, debido a las afectaciones económicas por la pandemia, no hay demanda.
El panorama para 2021 lo veo igual, seguimos con la suspensión de escuelas, va a ser un año complicado, hemos tratado de rentar el inmueble como casa-habitación; sin embargo, es difícil que las familias cumplan con una renta mensual, más los servicios, porque la economía en estos momentos no es óptima”.
EL INTENTO DE ROBO
Julián gastó en nuevas cerraduras debido a que el 13 de septiembre un hombre irrumpió en la madrugada para intentar robar.
La casa es conocida como un lugar para resguardar o brinda alojamiento a los estudiantes, pero por la pandemia está vacía, lo que originó que entraran a la casa forzando las chapas y cerraduras”.
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Sin embargo, no logró robar nada porque sonó la alarma de seguridad y el sujeto salió corriendo.
Por el sistema de seguridad no se consumó la comisión de un delito porque se dio a la fuga, pero cambiar las chapas fueron gastos extras”.
Julián detalló que promociona la renta de su casa en universidades y plataformas digitales, por lo que sospecha que quien pretendía robar probablemente obtuvo información a través de esos medios.
MÁS DE 4 MIL ROBOS A CASAS
Durante 2020, de enero a noviembre (las cifras oficiales más recientes dadas a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública) ocurrieron 4 mil 434 robos a casa habitación; de ellos, 486 fueron con violencia.
El mes del año pasado que más robos registró fue enero con 466 y el de menor incidencia fue mayo con 316.
En cuanto a los robos a negocio, en el mismo periodo se iniciaron mil 527 carpetas de investigación, de los cuales la tercera parte, 540, fueron con violencia.
sjl / mai