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Jojutla: “cada quien se rascó con sus propias uñas”

Se han evidenciado irregularidades, rezago en la atención de damnificados, falsificación de firmas, credenciales del lector y de constancias de residencia

Escrito en ESTADOS el

En Jojutla, una pequeña ciudad al sur de Morelos, aún se enchina la piel y se humedecen los ojos de las personas al recordar el 19 de septiembre de 2017, el día que un sismo de 7.1 grados les cambió la vida.

Jojutla fue uno de municipios que sufrió más afectaciones por el terremoto, con epicentro a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos. La cifra oficial es de 900 viviendas con pérdida total, pero -según Fundaciones- la cifra aumentaría a más de 2 mil familias que perdieron su casa.

A dos años de la tragedia, la manera en que estas familias volvieron a restaurar su vida la describe Verónica: “Cada quien se rascó con sus propias uñas”.

El 19 de septiembre, un temblor de 7.1 grados con epicentro muy cerca de Jojutla, derrumbó alrededor de 900 viviendas. Dos mil más resultaron con daño parcial.

En las calles de la ciudad aún quedan secuelas de ese día. En el centro es casi imposible caminar una cuadra y encontrar todas las casas levantadas. Por cada tres que están construidas, una ya no existe.

La actividad comercial se ha restablecido apenas en un 40 por ciento, dicen los pobladores. Mucha gente perdió su trabajo, sus locales. Otras más decidieron emigrar.

Las personas de Jojutla tuvieron que aprender de carpintería, panadería y otros oficios que les permitiera obtener un ingreso.

Las mujeres también aprendieron de ingeniería civil y un poco más de albañilería, conocimientos básicos que les permitieran levantar sus propias casas, porque el gobierno federal no daba el recurso ni la confianza para dejarlo todo en sus manos.


El viacrucis en busca de una ayuda

El 20 de septiembre de 2017, un día después del sismo, el entonces presidente Enrique Peña Nieto visitó Jojutla, donde anunció el apoyo de parte del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) del gobierno federal.

“Aquí estamos, la razón es por eso, porque se necesita; les pido que se cercioren y que vean que los que reciban las ayudas sean las personas que de verdad la necesiten", dijo Peña en su visita.

El Fonden destinaría los recursos a través del programa Fuerza México, que sería el encargado de destinar los recursos adecuadamente para la reconstrucción y atención por los sismos del 7 y 19 de septiembre.

Pero las deficiencias empezaron desde los diagnósticos.

El Fonden realizó sus diagnósticos para segmentar a los damnificados. Se dividirían en dos, los que reportaban daños parciales en sus viviendas, y los que registraban viviendas como pérdida total. A las primeras se les apoyaría con 15 mil pesos. A las segundas con 120 mil.

“No había un diagnóstico certero. Se improvisó mucho en términos técnicos. Además, a la hora de entregar el recurso, muchas tarjetas empezaron a tener problemas. Los folios no coincidían”, recuerda Eduardo Rivera, gerente de desarrollo comunitario de Fundación Hogares.

Desde los diagnósticos, la gente percibía irregularidades, falta de planeación y de tacto. Los pobladores contaron que la mayoría de los ingenieros eran apenas pasantes de la Licenciatura.

“Teníamos que estar correteando a los ingenieros para que revisaran tu casa”, dice José Antonio, quien tuvo que demoler su vivienda por los daños irreparables que sufrió. Apenas a finales del año pasado terminó de recibir los 120 mil pesos que le dio el Fonden para la reconstrucción.

Desde un inicio no nos avisaron nada. No nos decían qué iban a hacer. Fue todo un proceso de descubrimiento que te enterabas por los grupos de WhatsApp que hacían los mismos damnificados y te decían dónde estaban para ir a buscarlos

Pero dar con ellos no era el verdadero problema. Luego seguían filas y filas de espera para registrarse en la lista de beneficiarios. La gente se formaba desde las 8:00 de la mañana y podía salir en la madrugada del día siguiente. Hubo errores en los procesos burocráticos que terminaba con la paciencia de las personas.

Pasó septiembre, octubre, noviembre diciembre, enero y febrero. En febrero apenas se comenzaba a disponer del dinero de las tarjetas

 “Fue un año de histeria y de espera”, dice José Antonio. “Estuvimos bajo una palapa casi un año. Nos pasamos viento, frio y lluvia, y eso era la gloria, mucha gente estuvo bajo lonas”.

Además, la gente que tardó en recibir el apoyo no sólo sufrió de los cambios climáticos, tenía que lidiar también con el crimen organizado.

Morelos venía con un creciente en los niveles de incidencia delictiva. La zona sur del estado, que abarca también Jojutla, era escenario de disputa entre grupos delictivos que operan en la zona, Además, en 2017, la ciudad también registró un despunte en el delito de feminicidios.

“Había el temor de tener desprotegidas las casas sin muros. En ese tiempo, sin bardas, estábamos expuestos a balaceras y otro tipo de delitos”.

Además, las familias beneficiarias del Fonden aseguran que ese dinero no alcanzaba para nada. En ese tiempo, la materia prima se sobrevaloró. La gente vendía palas, carretillas, cemento a más del doble.

Incluso las copias para los trámites te las daban a 10 pesos cada una en las papelerías.

“Cada quien se rascó con sus propias uñas”

Verónica vive con sus dos hijas apenas recién egresadas de la Universidad, en la localidad de Higuerón, otra de las zonas más afectadas de Jojutla.

Su casa fue censada por el Fonden y le diagnosticaron un daño parcial, por lo que únicamente recibió 15 mil pesos. “Pero sonría para la foto”, le dijeron ese día las autoridades que le entregaron el apoyo.

Especialistas consultados por La Silla Rota, indicaron que la casa de Verónica tenía fallas por cortante, por lo que se tendría que haber demolido todos los muros con daños.

Casa de Verónica después del sismo

La reconstrucción de su casa le costó a ella un total de 498 mil pesos. “Cada quien se rascó con sus propias uñas”, expresa Verónica, a dos años de trabajo diario para que su casa volviera a ser habitada por su familia.

El dinero con el que reconstruyó su vivienda fue el resultado de años de trabajo y ahorros de parte de su esposo, quien emigró a Estados Unidos desde hace 20 años para darle una mejor calidad de vida a su familia.

Casa de Verónica actualmente

“Él junto ese dinero. Tenía planes de regresarse ya para estar con la familia, pero pasa el sismo y tuvimos que ocupar ese dinero para la casa. Ya no pudo regresarse a México”, cuenta Verónica, quien, además, el trauma de los sismos la llevó al quirófano en una ocasión para quitarle la vesícula. Y desde ese día padece de hipertensión.

Al igual que muchos pobladores, Verónica se cuestiona sobre los diagnósticos y la falta de dinero para los apoyos.

El fraude de Graco Ramirez y Unidos por Morelos

Unidos por Morelos fue el proyecto del exgobernador Graco Ramirez, el cual contaba, según dijo, con un fondo de 300 millones de pesos que se incrementaría con el dinero del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS) que la Federación destina a los municipios.

Para finales de octubre, el gobierno perredista comenzó con la entrega de tarjetas del programa Unidos por Morelos, que buscaba apoyar a personas cuya vivienda no fue incluida en el Fonden.

Según datos del gobierno del estado, más de 10 mil 600 personas, de 16 municipios, recibieron las tarjetas, con la promesa de un depósito para la reconstrucción.

Han pasado dos años, Graco Ramirez terminó su gobierno y el apoyo nunca llegó. La señora María Inés, quien perdió la casa de su papá en el sismo, aún mantiene guardada su tarjeta con fecha vigente hasta octubre de 2023; sin embargo, como ella, no hay registro de que alguien hubiera recibido esa donación que se anunció.

“Era una tarjeta sin fondos para cuando terminara la etapa de reconstrucción de parte del Fonden, pero sólo fue un recurso que utilizó Graco para no decir que no iba a hacer nada, cuando realmente no hizo nada. Unidos por Morelos no tuvo impacto”, dice Eduardo de Fundación Hogares.

La casa del papá de María Inés está enfrente de la Alameda, en el centro histórico, una zona que también tuvo una fuerte afectación. “Aquí parecía zona de Guerra; todo estaba derrumbado”, dicen los vecinos.


Tras el sismo, se contaban alrededor de cien personas que perdieron la vida en Jojutla y un poco más de heridos. El papá y la mamá de María Inés fallecieron poco tiempo después.

Su mamá falleció el 11 de octubre, el día en que demolieron su casa al ser pérdida total. Sus hijas dicen que no soportó el dolor de ver su casa demolida que le costó construir en más de 20 años. Posteriormente, el 28 de abril, falleció su papá. Nunca volvió a ver su casa reconstruida.

María Inés y su hermana fueron testigo de la pasarela de políticos que llegaban al centro a prometer una ayuda, pero sólo fue durante el proceso electoral.

“Candidatos venían todos los días y prometían, no les importaba andar entre los escombros. El mismo gobernador también, pues quería poner de candidato a su hijastro Rodrigo Gayosso Cepeda”. Sin embargo, después de las elecciones, nadie más volvió a visitar Jojutla, cuentan los vecinos del centro.

En el programa de Unidos por Morelos “hubo un saqueo impresionante”, refirió el coordinador técnico de Unidos por Morelos, Miguel Ángel Peláez, en la administración de Cuauhtémoc Blanco.

Detalló que las primeras evaluaciones han evidenciado irregularidades, que van desde un rezago de más del 80 por ciento de la atención a los damnificados, la falsificación de firmas, de credenciales del lector y constancias de residencia, para justificar una entrega inexistente de materiales, hasta la pérdida de miles de expedientes.

También asegura que no menos de 50 millones de pesos están “extraviados”, además de que no se ha localizado el destino final de los recursos.

Por su parte, en noviembre del 2018, la presidenta de la Comisión Especial de Reconstrucción del Congreso del estado, Keila Figueroa Evaristo, informó que se investiga un presunto fraude cometido en el gobierno de Graco Ramírez mediante el Fondo Unidos por Morelos, pues se detectaron tres mil expedientes de beneficiarios "fantasma".

También explicó que hay denuncias de personas que recibieron tarjetas del Fonden, pero la administración de Graco se las retiró.

Jojutla antes del sismo

La ciudad de Jojutla contaba con una población de poco más de 50 mil personas antes del sismo. Antes de que la gente migrara.

Desde hace muchos años, la ciudad se convirtió en una de las principales economías de Morelos; era el abastecedor de los municipios aledaños. Era un gran potencial económico y de creación de empleos. Ahí también se concentraba el transporte público de la región.

Después del sismo se paralizó la economía. La gente perdió sus empleos, Improvisarían oficios que los ayudarán a salir adelante. Las mujeres aprendieron de ingeniería civil y la gente comenzó a reconstruir su vida con sus propias manos, después de ese 19 de septiembre de 2017.