Main logo

Jessica Sevilla no puede ser una muerta más, el clamor

Amigos, familiares y compañeros de Jessica Sevilla exigen se esclarezca la violenta muerte de la doctora y mostraron su preocupación por la inseguridad

Por
Escrito en ESTADOS el

TOLUCA (La Silla Rota).- Jessica Sevilla Pedraza, no sólo es una muerta más, es “una madre y doctora menos”, afirmó su hermana Diana, en una publicación de Facebook que en unas cuantas líneas resumió el sentir de su familia y la indignación de la población.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) abrió una carpeta de investigación por el feminicidio de Jessica Sevilla y el miércoles 8 sus padres y esposo acudieron a las oficinas de la dependencia para ampliar su declaración de los hechos.

1.54 de estatura, complexión media, cara ovalada, mentón redondo, boca mediana, así la describía la cédula del programa Odisea para localización de personas desaparecidas que se difundió el sábado 5 agosto,

Su padre, Abel Sevilla la define como una persona “buena y alegre”; Alejandro, su marido, como una excelente esposa. “Ella fue lo mejor”, declaró en entrevista.

Ese mismo sábado, habitantes de la comunidad de El Hielo, municipio de Huixquilucan, reportaron el hallazgo de un cuerpo en el paraje Piedra Larga, a 24 kilómetros de donde Jessica fue vista por última vez, en el poblado de San Antonio, Xonacatlan; las características de la víctima coincidían con las descritas en la campaña de búsqueda que emprendió la familia en redes sociales el viernes 4, al notar su ausencia.

 

“Pantalón azul marino, blusa rosa claro, saco color beige y tenis con flores”; sin embargo, las atroces marcas de violencia con que la encontraron fueron definidas de forma acertada por su hermana, Jessica Sevilla fue “Torturada con saña”.

Lo único que yo pido es que se haga justicia, que paguen lo que le hicieron”, manifestó su esposo, quien con incertidumbre afirmó que aún no se explica, ni asimila lo que ocurrió, “la verdad estoy mal”, comentó.

 Una doctora menos

Jessi como la llamaba su familia, cumplió 29 años un mes antes de su asesinato, vivía en Villa Cuauhtémoc, municipio de Otzolotepec, tenía tres trabajos y un hijo de año cinco meses. Al momento de su desaparición conducía un automóvil de la marca Mazda color rojo con placas de circulación del Estado de México.

Estudió medicina en una escuela privada que, a pesar de los recursos, sus padres pagaron con esfuerzo y anhelo de apoyar el deseo de su hija. “Era lo que más le gustaba”, declaró su esposo Alejandro, y contó que estaba por iniciar su especialidad en ginecología, “eso era lo que ella siempre quiso”.

 De lunes a viernes, por las mañanas trabajaba en el Hospital Municipal de Xonacatlán, perteneciente a la Secretaria de Salud del Estado de México (ISEM), por las tardes acudía a un consultorio que había abierto cuatro meses antes, en la misma localidad; los fines de semana y días festivos hacia guardias en el Centro Médico de Toluca.

“Su trabajo era su vida, ella era muy querida en donde fuera, si alguien le pedía su ayuda, se las ofrecía sin ningún costo, así fuera la una de la mañana, ella salía”, declaró Alejandro.

Su vocación de servicio era reconocida por la comunidad y por sus compañeros, muestra de ello fue la asistencia de personas y colegas que acompañaron a la familia en el funeral de Jessica, así como la misa realizada en su honor en el Centro Médico.

Jessica Sevilla era una madre ejemplar, dice su marido (Foto Especial)

La indignación que permeó en la población se vio reflejada principalmente en el gremio médico, donde el hecho de que le arrancaran la vida a un profesionista dedicado a cuidarla, resultó incomprensible.

Su pequeño hijo no puede comprender aún que mamá no está de guardia y que no va a volver. Su madre era médico y se dirigía a trabajar en un poblado del estado más peligroso del país para una mujer”, escribió una usuaria de Facebook.

Médicos del Estado de México y de todo el país expresaron su consternación en redes sociales por este caso y por escalada de violencia en el sector salud.


“Es una compañera que trabajaba en el ISEM, entonces lo sentimos mucho más cercano y nos alarma, más si nos ponemos a pensar que pudiera estar relacionado con un acto médico”, declaró Isabel Linares, médico del Estado de México.

“La indignación es generalizada y el miedo también porque saber que estás trabajando en un ambiente laboral donde no tienes todos los insumos necesarios para solventar las urgencias que nosotros recibimos, te da más miedo, te hace más vulnerable a una reacción agresiva por parte de los usuarios y de la que no somos culpables”, aseveró.

Un grito al vacío

“Hasta cuándo podremos salir a la calle con la certeza de que ''no nos tocara'' la puta delincuencia”, preguntó la hermana de Jessica en el mensaje que se replicó en distintos medios.

En el primer semestre de este año, en el Estado de México, se han registrado 35 feminicidios y 128 homicidios dolosos contra mujeres.

El asesinato de Jessica reavivo el enfado de los habitantes de la entidad que se lanzaron en redes sociales contra el gobierno exigiendo justicia y seguridad. Sin embargo, a excepción del ombudsman mexiquense, ninguna autoridad se pronunció sobre el caso.

 El lunes 7 cuando se dio a conocer la noticia, de inmediato en Twitter surgieron hashtag de apoyo como #justiciaparajessicasevilla y #NiUnaMenos en solidaridad a la doctora asesinada.

Como un grito al vacío, la hermana de Jessica ahogaba sus sentimientos y coraje en una sola frase que compartió, “Cuánta rabia e impotencia en estos momentos”.

Rabia e impotencia fueron las mismas palabras que Alejandro usó para expresar su sentir y demandar, con voz entre cortada, justicia.

 “Quiero justicia, que dieran con los culpables, esto no se puede quedar así”.


Compañeros de la doctora se manifestaron el pasado sábado en el Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México, para pedir justicia

La noche del miércoles 9, una decena de familiares y colegas de Jessica se manifestó en el Ángel de la Independencia para exigir a las autoridades que esclarezcan el caso.

El clamor fue uno: justicia para Jessica Sevilla Pedraza, doctora y madre de un bebé, quien fue asesinada el pasado viernes en el municipio de Xonacatlán.

Y a tarde de este jueves, tras marchar por las calles del centro de Toluca, amigos, familiares y compañeros de trabajo de la joven de 29 años, encendieron veladoras y exigieron el esclarecimiento del asesinato, ya que, denunciaron, las autoridades han ignorado un feminicidio tan violento.

Los manifestantes colocaron una ofrenda con la fotografía de la doctora de tan sólo 29 años, frente al palacio de gobierno.

Al grito de: “¡Ni una muerta más en el Estado de México!” advirtieron que  se busque al responsable de la muerte y tortura de Jessica.

Este jueves colocaron veladoras y mantas frente a palacio de gobierno, en Toluca, para exigir se aclare el feminicidio (Foto Especial)   

 “No podemos salir en paz, no tenemos forma de ir a nuestro trabajo, a la escuela, salir con la certeza de que todo estará bien y que volveremos seguros, íntegros, sanos a nuestras casas. Vivimos con constante temor, con la posibilidad de que seamos víctimas de un asalto, de agresión o de ser asesinadas”.

A los familiares y amigos de la doctora se les sumó un grupo de alumnos de la Preparatoria 1 de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx),  la Unión de la Juventud Revolucionaria de México, entre otras organizaciones, publicó digitalmex.com.

Médicos del Hospital General de Xonacatlán en donde laboraba la doctora también se sumaron a la protesta, a quienes les preocupa su seguridad y la de los pacientes por estar tan cerca de la carretera Toluca-Naucalpan.

Alejandro, esposo de Jessica también recordó cómo era su vida con su esposa y su familia.

“Convivir, siempre estábamos conviviendo todos juntos, era lo que hacíamos, estar siempre juntos, unidos”.