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Jade, un año de impunidad del feminicidio de la deportista chiapaneca

La joven judoka fue hallada, hace un año, colgada en el Instituto del Deporte de Chiapas; inconsistencias revelan que en realidad se trataría de un feminicidio

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- El 14 de enero pero del año pasado, a la joven Jade Yuing Gómez la hallaron colgada dentro del Instituto del Deporte (Indeporte) de esta ciudad. El primer dictamen apuntaba que se trató de un suicidio, pero Adriana Gómez Martínez está segura de que a su hija la asesinaron.

Por ello, hoy jueves, acompañada por otras madres cuyas hijas también fueron asesinadas e incluso hay casos similares al de ella, se dirigió a la Fiscalía General del Estado (FGE), en espera de que el recién nombrado titular de esa dependencia, Olaf Gómez Hernández, conozca a fondo sobre este hecho y se desarrolle una investigación con perspectiva de género.

Antes de arribar a ese inmueble de justicia, acudieron al Indeporte, donde colocaron cruces de papel, veladoras y fotografías de la judoka, quien fue encontrada muerta supuestamente tras amarrarse un cordón en el cuello en una de las gradas de una tribuna de ese espacio deportivo. 

Jade, quien era estudiante de la Escuela Secundaria Técnica “Manuel Velasco Suárez” y parte del equipo de yudo del Indeporte, supuestamente dejó una carta póstuma que fue hallada por un intendente en el lugar.

No obstante, hay pruebas que avalan que se trataría de un “feminicidio encubierto”: la FGE advirtió que la menor se colgaría con un listón naranja, cuando en realidad era rojo, o que la tipografía de dicha carta póstuma, con base en unas pruebas periciales (grafoscopía), no correspondía a la letra de la muchacha.

De acuerdo con la pesquisa que ha hecho la propia mamá y su abogado, se descubrió que otra de las inconsistencias es que no hubo levantamiento de genética forense, ni de las huellas, ni declaraciones de los autores inmediatos dentro de la carpeta de investigación.

SERIE DE IRREGULARIDADES

Entre otras cuestiones, la madre o el padre de Jade no fueron llamados por la dirección de la escuela, ni a los servicios de emergencia, entre otros “detalles” que, de alguna manera, empañan el proceso.


Uno de los principales sospechosos es el conserje de ese centro escolar quien, al momento de hablar del tema, reconoció que antes del “suicidio” ya sabía de la carta póstuma, la cual él encontró a 30 metros de donde pendía el cuerpo de un listón.

Hasta la fecha, ni la directora del Indeporte, Tania Robles, ha “dado la cara” para hablar del tema, a pesar de que, tras la muerte de Jade, comenzó a “ventilarse” una supuesta serie de anomalías dentro de la misma.

Incluso, la madre revela que un día antes del “crimen”, a su hija la obligaron a firmar vales de comida “que no ingirió”; sin embargo, destacó que, por ese detalle, le advirtió a ella que ya no regresaría al Indeporte; “no sé quién la obligó, pero me imagino que fue su maestro, el mismo chef de la cocina”.

Según ella, quien le avisó del “suicidio” fue Miguel Pérez, amigo de su hija, quien se enteró por medio de otro compañero de disciplina de Jade, de nombre Jorge.

Según su relato, al principio le dijeron que su hija fue hallada en el baño, pero cuando llegó al lugar, no estaba ahí, sino que pendía en una de las gradas del área de patinaje.

Pero las “irregularidades” continúan supurando. De acuerdo con las evidencias, el primero en acordonar el área fue el Indeporte, cuando esa acción le competía a la FGE.

Lo que además se demanda, dice Adriana, originaria del municipio de Yajalón, enclavado en la región Norte-Selva de Chiapas, es que un médico internacional forense sea quien efectúe un análisis minucioso y, sobre todo, apegado a la ley, “porque sabemos que en Chiapas las autoridades son corruptas, y que por fin se sepa la verdad, que se cierre el caso, pero con justicia”.