OAXACA.- Una bolsa, un monedero, una silla, son algo más que una artesanía cuando los elaboran las manos de los internos del reclusorio de Etla; forman parte de un proyecto de reinserción social que ha sido registrado como “Criminal Fashion”.
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“Criminal Fashion es tejer libertad. Es un proyecto creativo que busca impulsar el desarrollo económico de los artesanos, para que delinquir no vuelva a ser una opción, independientemente de quien esté detrás o sea o no culpable”, explica María de los Ángeles García, psicóloga del reclusorio y coordinadora del área de Industria Penitenciaria.
La idea surgió de forma espontánea y a manera de broma. “Cuando salía con mis amigas llevaba las bolsas que hacían los internos. Me preguntaban ¿En dónde la compraste? Yo les contestaba: en la boutique de criminal fashion. Así inició y empecé a promocionarlo”.
Luego el proyecto tomó más forma al ser animada por otras mujeres emprendedoras a construir marca. La idea fue de su agrado siempre pensando en que debían de ser los internos los principales protagonistas.
“Era muy importante el reconocimiento de los artesanos y en ellos se centró la promoción. Sabemos que muchos productos que salen a la venta desde estos lugares, sin embargo, su procedencia no se menciona. Este proyecto Busca reconocer el origen y el esfuerzo que existe detrás de cada bolsa producto manejando estándares de diseño y calidad en diversos materiales”.
Al inicio sólo elaboraban bolsas de fibra de plástico en un diseño muy popularizado. Aunque hubo un poco de resistencia al cambio y la innovación, fueron diversificándose. Con un material tan versátil en las manos dieron rienda suelta a su imaginación y crearon mariconeras, mochilas, crossbody, carteras y actualmente sillas.
“Independientemente de la culpabilidad o no culpabilidad, de lo que se trata es apoyar a seres humanos que en este momento viven en una situación de vulnerabilidad ya sea porque la comida no es suficiente o porque ellos tienen que hacerse de sus artículos de limpieza. La mayoría son personas de la tercera edad, entonces la idea es ayudarlos a que tengan un sustento”, explicó María.
Las historias de vida -agregó- son diversas en particularidades, pero una y otra vez tienen el mismo trasfondo: son el reflejo de una sociedad en decadencia y deshumanizada. Creemos firmemente que, aunque no sean todos, sean algunos los que encuentran formas de vida digna a pesar del estigma social que representa ser privado de la libertad. Las bolsas son una manera de salir al exterior, una metáfora de libertad y un tiempo de reflexión”.
SI deseas adquirir alguno de los productos puedes contactarlos a través de su página en Facebook o en su punto de venta ubicado en Faustino G. Olivera 310 en Oaxaca, centro.
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