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Hospitales desiertos, panorama de citas médicas en la nueva normalidad

Para reducir riesgo a contagios de covid-19, hospitales del IMSS reforzaron sus sistema citas médicas por teléfono que se mantendrá durante la nueva normalidad

Escrito en VERACRUZ el

Ir a una cita médica de rutina y surtir una receta, que antes tomaba al menos un par de horas en la Unidad Médica Familiar No. 61 del IMSS, en tiempos del covid-19 no toma ni media hora, debido a la poca afluencia en los hospitales.

Marcelo Zaleta debe ir cada mes a revisión médica a su consultorio del Seguro Social a recoger medicinas de su tratamiento, pues padece de hipertensión arterial, y debe seguir un tratamiento constante.

Marcelo, de 59 años, vive cerca de la clínica, a pocas cuadras. El camino que conoce de memoria lo recorre ahora con precaución, usando cubrebocas y con un frasquito de alcohol clínico en el bolsillo, buscando mantener la sana distancia o caminando por calles alternas, más vacías.

El hospital del IMSS al que acude se encuentra sobre la avenida Diaz Mirón del puerto de Veracruz, por la cual circulan aún una cantidad considerable de vehículos, a pesar de encontrarse el estado en alerta roja del semáforo epidemiológico del covid-19.

Las banquetas de esta avenida también se ven concurridas con peatones, quienes algunos portan cubrebocas, algunos no.

“Antes de cruzar la calle, un señor estornudó sin taparse la boca en la parada de autobuses, lo vi de lejos y me esperé unos minutos para que se despejara el aire”, comenta el señor Marcelo.

Antes de llegar a la clínica 61, rodeó unos metros para no pasar frente a la entrada del Hospital General de Zona No. 71, en donde se atienden casos de covid.

Al entrar a la clínica el ambiente cambia, de la aún bulliciosa calle, el silencio y eco predominan en el hospital.

Pocas personas hacen fila en la farmacia, a lo mucho cinco, cuando meses antes era una de las zonas donde se abarrotaban los pacientes y derechohabientes.

Marcelo sube al primer piso, en donde la sala de espera se encuentra vacía y con menos sillas para acomodar a los pacientes, pasa casi inmediatamente a su consultorio, esta vez el paciente de adelante no se tardó minutos de más como sucedía meses antes.

La consulta es casi exprés. Paciente y doctora cubiertos con cubrebocas, ella con careta plástica también.

Le extiende la receta con su nueva dotación de medicamentos y Marcelo baja a la farmacia.

Esta vez hay menos gente, en menos de 5 minutos ya le surtieron varias cajas de Enalapril y Metoprolol, la receta que toma desde hace ya varios años.

Al salir, el típico ambiente a las afueras del IMSS de Diaz Mirón no existe. 

El puesto de revistas en donde compraba a la edición del día, está cerrado.

Los diversos puestos de comida, antojitos y los triciclos en donde vendían pan de $2 pesos por pieza, nada de eso está; tampoco los grupos de personas esperando sus pacientes, el seguro está vacío. 

De vuelta, las calles parecen haberse despejado también, en las 8 cuadras que caminó de regreso encontró pocos autos, menos gente entre las calles de la colonia Nueva Era. 

El proceso de ir al hospital, que en algunos casos se volvía casi una excursión familiar, con desayuno y compras incluidas, ahora se vuelve un ejercicio solitario y rápido en la nueva normalidad.

Las personas con tratamientos, en especial de las comorbilidades con más riesgo con el nuevo coronavirus, deben tomar mayores precauciones que antes, y evitar salir lo más posible, para minimizar el riesgo de contagio en la calle y en especial los hospitales, en donde es más probable que se encuentre el virus.