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Horacio Betanzos: el bolero de la Legislatura mexiquense

Originario del municipio de Tejupilco, llegó a Toluca a principios de 2003 y desde hace ocho años lustra día tras día a empleados y diputados del Edomex

Escrito en ESTADOS el

TOLUCA.-  Por las noches, Horacio Betanzos Peñaloza reúne en su caja de madera todos los utensilios que requiere para dejar como nuevos el calzado de sus clientes, quienes cada día lo esperan a la entrada del Congreso mexiquense.

Es importante no olvidar nada pues cada artículo es necesario, desde el trapito para frotar los zapatos hasta el betún y el cepillo de crin para sacarles brillo” comenta Horacio quien desde hace 13 años practica el oficio de bolero

Originario del municipio de Tejupilco, llegó a Toluca a principios de 2003, movido por la necesidad de apoyar a su madre en los gastos del hogar, cuando  tenía entre 12 y 13 años y sin haber terminado siquiera la primaria.

“Mi padre abandonó a mi mamá. Por obvias razones, ella no pudo darme estudios. Así que tuve que empezar a limpiar cristales en algunos negocios durante el día, y por la noche trabajaba en una pollería.”

El exceso de trabajo –dice- le provocó desgaste físico. No cayó enfermó pero tuvo que buscar otra alternativa de empleo: la boleada

Con gusto recuerda que su amigo Octaviano Vicente Peña López, le enseñó la labor de lustrador  de zapatos, actividad que optó por desarrollar a su llegada a la capital mexiquense.

Para muchos esta actividad podría resultar denigrante, para él es un orgullo porque no sólo le ha permitido no morir de hambre sino conocer a muchos personajes de la política, a quienes aprecia por su calidad humana.

Lleva ocho años boleando a diputados

“Sé que algunos podrían ver el lado negativo, a mí me ha tocado conocer la parte buena”, expresa mientras sentado en su banquito frota y cepilla el calzado de uno de sus clientes.

Con más de ocho años de apostarse en las inmediaciones de la Cámara de Diputados, Horacio Betanzos, se ha convertido prácticamente en el lustrador oficial de zapatos de los diputados, aunque conseguirlo le costó algunos golpes.

Al principio tuve muchos enfrentamientos con los compañeros boleros de aquí de Toluca, se disputaban las plazas de la terminal de autobuses, del mercado 16 de Septiembre y de la Legislatura, por su antigüedad decían que eran dueños de estos sitios. Cada uno tenía su lugar y no me permitían trabajar; me corría a golpes. Eran pleitos por todos lados y parecía un cuento de nunca acabar”, narra

Hasta que un amigo, conociendo su situación, lo ayudó a hacerse de clientes en la Legislatura. Esto se dio en la época en que Enrique Peña Nieto –recuerda- era coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional.

“Al ver que alguien me ayudó, ya nadie se opuso y me dejaron trabajar”.

Comenta que había al menos seis limpiabotas daban el servicio al interior de la Legislatura, los cuales fueron yéndose uno a uno, al  incrementar el precio de la boleada.

“En 2009, aumentó de 10 a 15 pesos el costo del lustre del zapato. Como mantuve el primer precio y empecé a ganar clientes, no sólo por la tarifa sino también por la calidad con que lo hago”, refiere seguro de hacer bien su trabajo.

Me gusta me reciben con una sonrisa y se van con una sonrisa. Llegan con sus calzados estropeados y me da gusto ver que después de unos minutos brillan de limpios”, manifiesta con júbilo

A lo largo de tres legislaturas, Horacio Betanzos encontró apoyo en los diputados para concluir sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria, incluso algunos le han hecho entrega de kits de bolero

Una experiencia reciente, es la ayuda que le ofreció el priista Cruz Juvenal Roa Sánchez, presidente de la Junta de Coordinación Política, quien lo apoyó económicamente para comprar medicamentos para su hijo enfermo.

“Nunca he abusado del poder que tienen y sólo en casos como éste es que me atreví a pedir apoyo económico. En ellos, hay que ver más que el cargo también hay humanidad”, comenta agrecido.

Ahora, aunque ya formó una familia, desea terminar la carrera de Administrador Financiero, pero eso sí: “No dejaría de bolear, siento que dejaría un gran hueco. No me avergüenzo de ser lustrador de zapatos y por el contrario me siento orgulloso porque es lo que me ha permitido sacar a mi familia adelante”, acota Horacio tras asegurar que enseñará  el oficio a su hijo.