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Haitianos dejan BC; ven oportunidad de ingresar a EU por Coahuila

Christopher Faustine, representante de la embajada de Haití en Tijuana, dice que unos 4 mil migrantes vivían en Tijuana desde el 2016, ahora se fueron a Coahuila

Escrito en ESTADOS el

TIJUANA.- En el viejo edificio de la zona centro de Tijuana, donde alguna vez hubo un modesto restaurante de comida haitiana y habitaba un nutrido grupo de esa comunidad, ya no hay bullicio ni se percibe el olor de plátano frito que salía de la cocina y corría por la calle.

En el sitio, a menos de dos kilómetros del cerco fronterizo, solo se caminan dos haitianos.

Autoridades como el director de Atención al Migrante en la ciudad, José Luis Pérez Canchola dice que los extranjeros, originarios de Haití se están moviendo a Coahuila, a la frontera con Estados Unidos.

“Se fueron ya. Lo interpretan como que es un asunto de haitianos, pero se van a ir otros. También debo decir, muchos han cruzado por aquí ilegalmente. Hay una serie de bandas, de polleros que han hecho negocio con esta gente”.

Uno de los dos haitianos que encuentro en el edificio está dentro de una raquítica tienda de abarrotes y desde allí atiende también un puesto de zapatos y ropa usada colocado sobre la banqueta; el segundo llega minutos después. 

Ninguno habla muy bien el español, entre los tres apenas podemos darnos a entender en inglés, y yo definitivamente no entiendo el creole, pero logramos comunicarnos.

“A los haitianos nos gusta caminar”, dice el recién llegado cuando le pregunto si es verdad que su comunidad está saliendo de Tijuana rumbo a la frontera de Coahuila para entrar a Estados Unidos.

Ninguno de los dos hombres quiere dar su nombre, mencionan una y otra vez al instituto de migración y aseguran que su estancia es legal.

Una cuadra más adelante está otro restaurante de comida haitiana, y aunque hay varios comensales, solo Volcy Volny acepta la entrevista, aunque no me permiten tomar fotografías.

Sentado a la mesa donde servirán después un enorme plato de arroz, Volcy dice que llegó hace un año y 9 meses a Tijuana, que viaja solo y que antes estuvo en Chile.

“Eso espero”, responde al cuestionarlo si su intención es llegar a Estados Unidos, pero no me dice si para conseguirlo viajará al estado de Coahuila o lo intentará por la frontera bajacaliforniana.

LA COMUNIDAD HAITIANA EN TIJUANA

Christopher Faustine, representante de la embajada de Haití en Tijuana, declaró en diciembre del año pasado que en Baja California quedaban más de 4 mil haitianos producto de la oleada migratoria que salió de Brasil y llegó a este estado en 2016.

Se quedaron al no poder cruzar la frontera cuando Estados Unidos terminó con su política de recepción de haitianos, así que se incorporaron no sólo cultural y económicamente al estado, según documentó el Colegio de la Frontera Norte (Colef).

“Desde noviazgos hasta la constitución de familias a través de uniones libres o matrimoniales. Incluso, hemos encontrado mujeres embarazadas y niños nacidos a  raíz  de  esas  uniones”, publicó en su Revista internacional de fronteras, territorios y regiones.  

Los haitianos comenzaron a trabajar en el área de servicios, en maquiladoras, en la construcción y otros más vendiendo toda clase de productos en los cruceros, generando ante la opinión pública fronteriza una buena imagen.

“La de los haitianos es una migración económica. Generalmente son hombres adultos, trabajadores”, afirma el director José Luis Pérez Canchola.

Pero esa buena reputación podría cambiar ahora que parte de la caravana haitiana que llegó hace cinco años a Baja California está retomando su objetivo de llegar a Estados Unidos, teme Weasley Désir, un haitiano estudiante de posgrado en el campus Tijuana de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), donde también es docente.

“Es la ley de la vida siempre, buscando oportunidades. Los haitianos, o muchos de los haitianos que empezaron a trabajar están saliendo de las empresas. De allí se enojan unos empresarios. Pero creo que ellos pueden entender eso. Porque la mayoría se vinieron para acá para cruzar”.

DISCRIMINACIÓN

Weasly también llegó en 2016 a esta frontera, pero no en el tumulto de migrantes, sino con una visa de estudiante y casi por azar.

Presentó más de una decena de solicitudes a universidades desde Brasil para estudiar un posgrado, y fue la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la UABC quien lo admitió.

Habla un español fluido con el acento francés del creole, y confirma la nueva movilización de sus connacionales, a los que considera “ciudadanos del mundo” luego de tener que dejar su país convulsionado por problemas políticos, económicos y desastres naturales.

Y aunque su historia es distinta a la del resto de haitianos, dice que la discriminación siempre está acechando.

Primero enfrentó dificultades para recibir la visa que le permitiría entrar legalmente a México, y ya en Tijuana fue retenido momentáneamente para verificar sus dichos con la universidad bajacaliforniana.

“Eso fue muy molesto para mí. Al final me siento agusto, no tengo nada de problemas con los tijuanenses. Ya sé que la ciudad está muy peligrosa, pero depende cómo uno anda en la ciudad”, dice.

Y no parece ser el único que se siente cómodo en esta frontera, porque de acuerdo con la oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados en Tijuana (Comar), los haitianos ocupan la primera posición en solicitudes, seguidos de los centroamericanos.

Foto Cuartoscuro. 

Su titular, Efrén Gonzalez, afirma que en todo 2020 hubo 1,800 solicitudes de refugio, mientras que sólo en los primeros 8 meses de este año ya suman 2,200.

“Muchos de ellos se regularizaron con una visa temporal,(...) Estamos hablando de personas que ya estaban aquí, y otro porcentaje, no sé exactamente el porcentaje, que vinieron de Chiapas, que ya tenían una solicitud y migraron a estas tierras”, dice el representante de Comar sobre los haitianos.

Pero no todo ha sido bueno, porque en enero del 2020 un haitiano murió cuando era detenido por un policía municipal, y el caso a la fecha no ha sido resuelto.

 “Yo sé que sufría asma. Él no hizo nada y la policía le pegó en el estómago. Se cayó y la policía golpeando”, dijo Samlis, un joven haitiano durante una protesta contra abusos policiacos registrado meses después en la garita internacional 

Sobre el futuro, Weasley Désir, con su dos maestrías y un doctorado por terminar, afirma que migrara a cualquier país donde pueda encontrar trabajo, y no descarta quedarse en Tijuana.

Lo mismo, agrega, sucederá con sus compatriotas que solo están buscando trabajo para tener un techo donde vivir dignamente y para alimentar a sus familias.

Cree que su país podrá salir de todos sus problemas solo si ciudadanos y gobierno toman buenas decisiones, aunque piensa que eso puede tardar décadas.

“Y los ricos, porque tienen sus manos bien fuerte en lo que está pasando en el país. Y no estoy hablando de los fenómenos naturales, pero de los problemas políticos. Ellos tienen un poco de culpa”, acusa.

Mientras tanto, asegura que los haitianos seguirán caminando, adaptándose a la cultura a la que lleguen y luchando contra la discriminación cuando se presente.

“A veces me da pena cuando mucha gente está viendo a los haitianos de forma diferente. Pensando a los haitianos como si fuera: `están vivos, pero no existen´. Pensando a los haitianos como si fueran algo”, dice.

esc