Oaxaca (La Silla Rota).- Rosalía Méndez, vecina de San Luis Potosí, aplaudió el Torito Serrano de San Pablo Macuiltianguis, uno de los bailes más ovacionados de la Guelaguetza. Durante el fin de semana, las noticias de bloqueos y posibles protestas la alertaron, pero al final se decidió a visitar Oaxaca.
Junto a sus dos amigas, señala que esta entidad de mucha tradición y cultura, pero es afectada por grupos que buscan intereses personales pasando por encima de su gente.
Doña Rosa indicó que, este fin de semana, junto con sus dos amigas esperaron por lo menos hora y media para que se liberara el paso en el crucero del aeropuerto internacional Benito Juárez. “Nos dijeron que era un bloqueo, supuse que eran maestros, fuera de ello todo estuvo excelente. Oaxaca es muy cálido”.
La visitante a la tierra del “Dios Nunca Muere” no paró de reír mientras observó el Torito Serrano, donde las mujeres, cuya tierra vio nacer a Don Benito Juárez García, representaron un toro altivo que venció a su jinete en campo.
“Aquí son bravas las mujeres”, le dijo al oído a su acompañante.
Amenazas mediáticas a la Guelaguetza cada año
Año con año, la Guelaguetza es blanco de amenazas y utilizada como objeto de cambio de organizaciones sociales, y, sobre todo del magisterio oaxaqueño para mediante presión satisfacer demandas.
Desde hace un mes, al menos seis advertencias sobre posibles afectaciones se habían lanzado sobre la máxima fiesta de los oaxaqueños; al final ninguna se llevó a cabo.
Durante las protestas que llevó a cabo el magisterio este lunes para realizar el boicot a la Guelaguetza que organiza el gobierno del Estado no pasaron siquiera el dispositivo de seguridad de la Policía Estatal.
Lo más cerca que estuvieron cara a cara policías e integrantes de la Sección 22 de la CNTE fueron dos metros y, además, separados de mallas metálicas, luego de que al término de su Guelaguetza Magisterial celebrada en el estado del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) un contingente de casi 500 profesores marchó hacia el Cerro del Fortín.
Por la mañana, un grupo minoritario de maestros también pretendió subir al Cerro del Fortín, pero el dispositivo de seguridad instalado a la altura del puente peatonal de la Colonia Santa María, lo impidió. Ahí maestros solo vandalizaron un módulo de la SSPO, quemaron baños ecológicos, propaganda y llantas.
Al final, el boicot a la Guelaguetza oficial solo quedó en intento y en declaraciones mediáticas de la dirigencia sindical de la Sección 22 dela CNTE, Eloy López Hernández.
1% de cancelación de reservaciones
De acuerdo con la Secretaría de Turismo comparado con otros años, este 2017 solo se registró un 1% de cancelaciones en reservaciones hoteleras, mientras que la ocupación hotelera alcanzó un máximo histórico de un 99%.
Juan Carlos Rivera Castellanos, titular de Sectur, dijo que la expectativa al término de las fiestas es de una derrama superior a los 310 millones de pesos y una llegada de 136 mil visitantes.
El funcionario indicó que las amenazas de boicot y bloqueos registrados el fin de semana sí afecto a turistas que quedaron varados en el aeropuerto y terminal de autobuses ADO, pero al final el impacto fue de un 1%, “el resto pese a la afectación sí se decidió a venir”.
El también empresario hotelero indicó que lograron lleno total del auditorio ubicado en el Cerro del Fortín con más de 12 mil asistentes, cuando en años pasados las secciones C y D gratuitas al público oaxaqeños registraban vacíos de hasta mil asientos.
Hubo acarreados al estilo electoral
Pese a la asistencia de miles de turistas, el gobierno del Estado recurrió, como en sexenios pasados, al acarreo de personas para llenar las secciones gratuitas C y D del auditorio Guelaguetza. Decenas de camiones de transporte público fueron utilizados para transportar a trabajadores de gobierno y de organizaciones para llenar unas seis mil butacas.
Con la leyenda de especial y el logotipo de la “Guelaguetza 2017”, algunas personas comentaron que los citaron para acudir al Cerro y llevar a sus familiares.
“Venimos de acarreados, incluso nos marcaron”, comentó una mujer de la tercera edad que mostró un brazalete color rojo y que ya no pudo ingresar al auditorio porque el camión que los trasladó llegó tarde.
A duras penas y la mujer pudo subir las escalinatas hasta los accesos del auditorio de las secciones gratuitas, pero como ya registraba lleno retornó lentamente con ayuda de su bastón y aguardó hasta que concluyó el espectáculo para que los camiones los llevaran de vuelta.