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Frontera sur: “Si no paso, o me muero de hambre o me matan en mi país”

Este lunes, grupos de migrantes se estrellaron con un impenetrable muro de la Guardia Nacional a lo largo del río Suchiate, en Chiapas; ellos insistirán en cruzar por la fuerza

Escrito en ESTADOS el

Hace dos años fue la primera vez que piso territorio nacional. Llegó en una de las caravanas de ese 2018, pero su estancia en el país fue corta. Fue deportado a Honduras, de donde intentó “escapar” de la miseria. Ahora, Cristian nuevamente quiere entrar al país a diferencia de la frontera porosa que encontró hace dos años, la de hoy es impenetrable.

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Este lunes intentó meterse al país por la fuerza, pero fue repelido por la Guardia Nacional (GN). La frontera sur de México es vigilada y resguardada por cientos de militares de la GN, que no dejan nada al descubierto: ríos, rejas, corredores, todo está sellado. “Si no paso (cruzo), o me muero de hambre o me matan en mi país”.

Cristian es originario del Departamento de Copán y, a sus 21 años, decidió intentar de nuevo llegar a Estados Unidos, porque en su país de origen la única alternativa que tiene son las actividades agrícolas, el campo, “que no dan ni para comer”.

Como él, en la nueva oleada de caravanas existen migrantes que ya han cruzado en ocasiones anteriores la frontera con México. La mayoría para escapar de la miseria y otros, como el salvadoreño Carlos Roberto, para huir de la violencia, de las pandillas, de los Maras.

“Es la primera vez que intento pasar, porque yo definitivamente no quiero unirme a las pandillas, y allá en mi tierra a veces no es que uno quiera, es que, si no te unes, cuando ellos deciden, llega la amenaza de muerte”, señala Carlos Roberto.

Activistas que apoyan a migrantes y solicitantes de refugio denunciaron que a los migrantes que se han entregado a los agentes del INM prácticamente se les está exigiendo que regresen a Honduras, poniéndolos en riesgo.

“Porque no todos migran por razones económicas, muchos lo hacen para huir de las condiciones de violencia de su país”, expresó una asistente del albergue ubicado en la pequeña ciudad de Tecún Umán, ubicada en la frontera, del lado de Guatemala.

Ahora, cientos, miles de hondureños, casi todos jóvenes, se encuentran varados en la frontera entre México y Guatemala. Son los rostros de la migración, algunos lo intentan por primera vez, muchos ya tienen un camino recorrido.

Una y otra vez, intentarán cruzar, primero a México y luego a Estados Unidos, porque la situación en su país no ha cambiado. “¿Si nos quedamos (en Honduras o El Salvador), qué futuro tenemos?” se cuestionan mientras esperan el momento y las condiciones para volver a intentar ingresar a México.

Así vivieron este lunes negro miles de migrantes que no lograron internarse a territorio nacional. Anoche, unos 3 mil migrantes de Honduras, de la caravana que salió de la capital de ese país este 2020, permanecen varados en la frontera con México, en los cruces fronterizos de Chiapas y Tabasco. El despliegue de elementos de la Guardia Nacional les impide la entrada masiva.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM), otros 1,087 migrantes han entrado de manera regulada, entregándose a los agentes migratorios e iniciado trámites para permanecer en el país, y posteriormente continuar su ruta rumbo a Estados Unidos.

Mientras los migrantes buscan la manera de entrar a México, el INM y la Guardia Nacional mantienen los operativos de contención a lo largo de los ríos Suchiate, Hondo y Usumacinta, así como tareas de supervisión en los puentes fronterizos de Ciudad Hidalgo y Talismán.

Además, se mantienen operativos en las comunidades de la frontera sur de México, como El Ceibo, Tenosique, El Triunfo, Reforma y Escárcega, reconoce la dependencia.

Incertidumbre y zozobra

Luego de que decidieran bajar al río Suchiate para pasar la frontera de Guatemala con México y fueran repelidos por la Guardia Nacional. miles de personas que integran la caravana migrante que se dirige hacia Estados Unidos se quedaron este lunes en la incertidumbre sobre su destino.

Al menos dos terceras partes de los miles de migrantes intentaron por la fuerza ingresar a México, que decidió cerrar la frontera con el fin de impedir el libre tránsito de los centroamericanos.

Los migrantes fueron contenidos por la Guardia Nacional, que llegó a utilizar gas pimienta para dispersar a los más aguerridos, quienes llegaron incluso a aventar piedras a los agentes.

Después de las escaramuzas, entre los migrantes hay quienes se cuestionan si seguir el camino, intentar ingresar a México uno a uno sin documentación, regresar a sus países de origen o solicitar registro ante las autoridades mexicanas.

La Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala observó la actividad durante el día sobre el puente Rodolfo Robles y debajo de este, en el río Suchiate, e informó que dio apoyo a un salvadoreño que deseó regresar a su país, acompañó a la Cruz Roja en la atención de un niño con discapacidad y verificó las acciones del Instituto Guatemalteco de Migración, quienes ofrecieron retorno asistido a quienes lo desearan.

Unos migrantes se quedaron frente a la playa que ve hacia México, otros se sentaron, tiraron mantas y se metieron a bañar al río.

Otros más decidieron regresar a la ciudad de Ayutla, contigua a la frontera Tecún Umán, a la espera de tomar una decisión, pues "no hay nada que negociar".

Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro, pero en sus países

Según el testimonio de algunos migrantes y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), lo que el gobierno mexicano ofrece a los migrantes es inscribirse a los programas “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo el Futuro”, pero en sus países de origen.

De acuerdo con el gobierno de Guatemala, más de cuatro mil migrantes salieron de Honduras los días 15, 16 y 17 de enero, para dirigirse a las fronteras de Guatemala con Tabasco y de Guatemala con Chiapas. En ambos lugares, los migrantes se encontraron con fuertes dispositivos de contención, conformados principalmente por militares de la Guardia Nacional.

El sábado pasado, por la mañana, en ambos puntos fronterizos -el conocido como El Ceibo, en Tabasco, y Suchiate, en Chiapas-, los migrantes hondureños intentaron abrir las rejas que dividen la frontera, a fin de entrar de manera masiva. Fueron repelidos por la Guardia Nacional, quien mantuvo cerradas las puertas y les lanzó gases a quienes se encontraban en las primeras filas. Después de unas dos horas de confrontación, los migrantes desistieron.

Entonces el General de la Guardia Nacional en frontera sur, Vicente Antonio Hernández, les dijo que para entrar deberían hacerlo por la vía formal. Decenas de migrantes, sobre todo mujeres y niños, empezaron a entrar.

Para el domingo, el INM informó que habían ingresado de esta manera 1,087 migrantes. En un comunicado, la dependencia señaló que “a ellos (los migrantes) el gobierno mexicano les ha dicho claramente: pueden acceder a a los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, que se aplican en esta región”.

Sin embargo, ONG que integran el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano dieron a conocer que el acceso a estos programas, que se está ofreciendo a quienes se han entregado al INM, es sólo para sus países de origen.

“Han pasado hondureños de 20 en 20, dicen que les van a ofrecer trabajo, pero es en el país de origen. Que les van a ofrecer trabajo en el país de origen está muy crítico, por la economía, porque lo que es para la comida todo está muy caro y el sueldo es muy poco, es muy poco la paga del mes. Por eso es que tomamos este tipo de decisiones de venir hasta acá (…) lo que están haciendo (el gobierno mexicano) es burlarse de nosotros. Lo que queremos nosotros es seguir todos unidos”, explicó Josué, un hondureño que espera poder entrar a México, trabajar algún tiempo, y continuar su viaje hasta llegar a Nueva York, en Estados Unidos.

Se colaron únicamente 58

El INM informó que alrededor de 500 personas extranjeras de origen centroamericano, en su mayoría de Honduras, ingresaron en condición irregular a territorio mexicano al atravesar el Río Suchiate, “motivadas irresponsablemente por sus líderes y sin considerar los riesgos, que ello implicaba, para niñas, niños y adolescentes”.

Agregó que con apoyo de la Guardia Nacional (GN), Agentes Federales del INM “rescataron” a 402 personas migrantes que fueron trasladadas a las instalaciones del Instituto para proporcionarles alojamiento y servicios básicos de salud, agua y alimentación.

Ahí, se determinará su situación jurídica y, en caso de proceder, se lleve a cabo su retorno asistido a la ciudad de Tegucigalpa, Honduras, mediante aeronaves de la GN, a fin de garantizar condiciones dignas de traslado y privilegiar a las mujeres y menores de edad. El resto serán retornados vía terrestre en autobuses.

Además, se tiene el registro de 58 personas extranjeras que se internaron por caminos no seguros de la zona selvática de la región, por lo que elementos de los Grupos Beta del INM se encuentran en su búsqueda, ante el peligro que representa el permanecer en esa área