Olga Elizabeth Ojeda Mayoral duró apenas un mes y medio como fiscal anticorrupción en Baja California, cuando su encargo era por cinco años.
En una carta de renuncia difundida en medios de comunicación, la abogada egresada de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), dijo que no hay condiciones para poner los cimientos del órgano de reciente creación.
“A pesar de que recibí apoyos, simpatías y promesas, la realidad es que crear la infraestructura, reclutar personal técnico y administrativo ha sido una tarea agotadora, sin que hasta el momento se vislumbre a corto plazo la posibilidad de iniciar las actividades propias de la fiscalía”, escribió.
Su llegada al cargo el pasado 19 de diciembre también fue sorpresiva, y no sólo porque era la única mujer que competía por la posición.
Los otros dos fueron Humberto Valdez Ramos, un conocido y polémico abogado, además de Enrique Javier Sánchez Serrano, quien menos de una semana después del nombramiento de Olga Elizabeth recibió la fiscalía especializada en delitos contra la vida.
El nombre de la tijuanense era además el último de la lista en la terna enviada por el gobernador Jaime Bonilla al congreso local, donde su partido Morena tiene 13 de los 25 escaños.
“No sé quién es, no la conozco”, respondió incluso el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Guillermo Ruiz, en una entrevista un día después del nombramiento.
Y hasta la elaboración de esta nota, la FGE no había dado una postura por la renuncia de su fiscal especializada contra la corrupción.
Abogados de la facultad de derecho de la UABC, que fueron consultados refirieron que esta sería la primera ocasión que Olga Ojeda participaba en la política local, y aplaudieron la manera en que se hizo a un lado.
“Bien pudo haber nadado de muertito”, comentó un experimentado especialista del derecho que lo mismo ha dado clases en la universidad que ocupado cargos públicos.
La ahora ex fiscal anticorrupción se había desempeñado principalmente prestando sus servicios como asesora jurídica en el servicio bancario.
En su renuncia agradeció la confianza que depositaron en ella el gobernador y el poder legislativo, y dijo que renunció para no defraudarla.
“Sin querer darle consejos a nadie, soy de la idea de que primero se debe crear la fiscalía especializada para el combate a la corrupción y, después, buscar al fiscal. No a la inversa”, anotó.
Sin embargo cuando ella fue elegida con 23 de los 25 votos posibles, ya había un retraso de al menos dos años en el nombramiento.
Y la terna que presentó Bonilla Valdez en la segunda mitad de diciembre del 2019 fue además empujada públicamente por las acusaciones de supuestos “moches” que involucraron a integrantes de su gabinete.
(Brenda Lugo)