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Familias de Malpaso, en riesgo por pobreza, covid y deslave del cerro

Denuncian que el gobierno de Chiapas los olvidó; el centro de salud fue cerrado, los niños están sin clases y, por las lluvias, el cerro se convirtió en peligro

Escrito en ESTADOS el

MALPASO.- Elvia Toledo Hernández está parada a pocos metros de lo que, por más de tres décadas fue su vivienda. Desde hace un lustro, ella y sus cuatro hijos tuvieron que salirse de ahí y buscar otro espacio donde vivir porque el cerro que está a su espalda comienza a deslavarse y, las intensas lluvias no cesan.

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De hecho, Elvia, madre soltera y quien tiene que pagar mil 500 pesos de renta y todo lo que implican estudios, calzado y alimentación de sus vástagos, representa sólo a una de las 150 familias de la colonia Linda Vista, de la cabecera de Malpaso, municipio de Mezcalapa, Chiapas que, desde hace por lo menos 20 años, están en riesgo de quedar sepultadas.

Su mamá, cuya casa estaba al lado de la de ella, se salió antes porque un alud de tierra prácticamente se arrasó con la madera y lámina con la que estaba construida. También se refugió en otro lado, donde de igual forma tiene que solventar los gastos diarios, como pueda.

Elvia Toledo Hernández, habitante de la colonia Lindavista

SIN FRUTOS

Hace una década, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la misma Secretaría de Protección Civil del estado (cuyo titular, Luis Manuel García Moreno, aún sigue en el cargo), emitieron dictámenes de riesgo, en los cuales advertían que las cerca de 15 hectáreas donde está asentada la colonia son inhabitables y se tiene que hacer la reubicación. Nada ha sucedido.

El caso también estuvo en manos de la entonces alcaldesa de Tecpatán, municipio al que perteneció Malpaso (en 2011, durante el gobierno de Juan Sabines Guerrero, se separó y se decretó como cabecera de Mezcalapa), pero tampoco se esforzó en buscar soluciones.  

Incluso, en el 2018, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a través de su entonces titular Juan Gabriel Limón Lara, dictaminó que “existe un alto riesgo para las familias asentadas en esa superficie, por ubicarse a un costado de los vertederos de emergencia de la Central Hidroeléctrica Nezahualcóyotl”. Esta alerta tampoco ha prosperado.

Elvia se las ve duras: la contingencia sanitaria también le “pegó fuerte” porque la clientela no le compra ropa u otros artículos con los que genera ingresos para su hogar, en un sector conocido como Pirámide Alta.

De igual forma, le pesa el que, desde hace varios meses, el gobierno federal no entrega el apoyo económico de la beca Benito Juárez para dos de sus cuatro hijos, lo que en mucho les ayudaba a subsistir.  

EN EL OLVIDO

Las constantes precipitaciones, la pandemia y la pobreza no dejan dormir bien a las familias de Linda Vista. De acuerdo con los lugareños, las brigadas de salud hasta el momento no han recorrido su zona para prevenirlos o atenderlos sobre los contagios de coronavirus, pese a que al menos una decena de familias presentó síntomas de esa enfermedad.

En la parte educativa, al menos 70 infantes del barrio no han recibido ni las becas Benito Juárez ni las clases porque no tienen como conectarse a internet, por lo que su proceso de enseñanza-aprendizaje está truncado desde marzo pasado. Es tanto el desinterés, que ni los maestros de una primaria, se acercan para avanzar en las materias.  

“Nos tienen olvidados, ahora no solo nos preocupa que el cerro se nos pueda venir encima, sino que ni despensas tenemos para comer, no nos mandan, y con trabajos sacamos para obtener algo al día, o si nos enfermamos, el Centro de Salud está cerrado”, confiesa Yesenia López Antunar, madre soltera de cuatro hijos, quien advierte que su hermano tuvo que abandonar su casa porque un deslave casi se lleva la pared lateral de su vivienda.

Con base en datos de los mismos afectados, quienes cuentan con documentos de derecho de posesión, al menos ocho casas fueron abandonadas por sus moradores, ante el riesgo que representaba vivir en las mismas.

Lo más complicado de todo, dice de nueva cuenta Yesenia, cuya madre se enfermó de covid y estuvo hospitalizada en la capital Tuxtla Gutiérrez, es que ni el actual presiente municipal, Juan Alberto Sánchez Hernández, se mueve para avanzar en su caso, y lo único que hace, de vez en cuando, es enviar brigadas de Protección Civil o del DIF municipal “pero solo para tomar fotos”, como ha sucedido con las pasadas cuatro administraciones.

Según los vecinos, tienen algunos terrenos focalizados donde los pueden reubicar, pero sus llamados de auxilio no son escuchados. En reiteradas ocasiones, coinciden, los alcaldes les prometen apoyarlos, pero nada se concreta. Es la misma historia de siempre.  

Yesenia López Antunar, habitante de la colonia Linda Vista  

HAY MÁS “FOCOS ROJOS”

El mismo destino de incertidumbre está escrito para otros asentamientos humanos cercanos como: Lázaro Cárdenas y Esperanza de los Pobres, en donde otras 300 familias dejaron de insistir para ser reubicadas porque, como ahora le sucede a Linda Vista, nadie los quiere atender, nadie los escucha.

Al menos en esta última localidad, no desean que se repita una tragedia que, hace como 23 años, acabó con la vida de cuatro personas, la mayoría infantes, quienes quedaron atrapados entre escombros producto del deslizamiento de la tierra.  

No obstante, continúan tocando puertas, como en septiembre pasado, cuando acudieron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), pues se trata, dicen, de agotar todos los medios para obtener una solución.

“Le pedimos al presidente de México que nos voltee a ver, porque no solo es mi familia, son 150 que están en serio riesgo, ya se murió una familia, qué tenemos que esperar, ¿qué se mueran más personas?”, remata Yesenia López.