El 24 de febrero de 2017, Gabriela Romero Blanquel, de 15 años de edad, desapareció cuando salió de su casa, alrededor de las 19:00 horas, para comprar en la tienda que se ubica en la esquina de su casa, en la colonia La Mora, en Toluca, Estado de México; sin embargo, ya no regresó.
Después de unos 30 minutos, su familia se extrañó de la ausencia, por lo que de inmediato salieron a buscarla, primero en la calle Alfonso Ortega donde está su domicilio y donde un vecino del lugar reportó a sus familiares haberle visto cuando se dirigía a la tienda, después la búsqueda la extendieron a toda la colonia, pero no tuvieron éxito.
“Pasó media hora y comenzamos a buscarla, se nos hizo extraño porque nunca hace eso, incluso la fuimos a buscar a una fiesta a la que no la dejamos ir pero preguntamos y nunca llegó”, relató Susana Alonso Álvarez, madre de Gabriela.
Fue hasta el siguiente día, el sábado 25 de febrero de 2017, que acudieron a las oficinas de personas extraviadas de la Fiscalía estatal, ubicadas en Paseo Matlazincas, donde se integró a la Alerta Amber, pero hasta la fecha la familia no tiene ningún avance, ni indicio de dónde pueda estar la joven.
El 26 de octubre del 2017, Estrella García Soriano, en ese entonces de 14 años, desapareció. Su familia aún la espera en Nezahualcóyotl, Estado de México.
Ese día, la menor se hallaba en un tianguis de la colonia Benito Juárez, cuando se esfumó. A la fecha, no hay indicios sobre su paradero.
Ese 26 de octubre “fue un día normal, un día cualquiera”, hasta que algo ocurrió. Madre e hija salieron a vender a un mercado sobre ruedas ubicado entre las calles Mixtecas y Mañanitas, a dos cuadras de su hogar. Estrella estaba cansada y decidió irse a casa. Su madre no volvió a verla.
El 15 de mayo de 2018, Fernando, de 13 años de edad, fue reportado como desaparecido en el municipio de Santo Tomás Hueyotlipan, Puebla. Algunas versiones periodísticas refieren que el menor presumiblemente trabaja como “halcón” para una banda de huachicoleros.
La historia de Gabriela y Fernando son solo dos de las más de 9 mil menores desaparecidos de 1995 a 2018, de entre cero y 17 años de edad, en todo el país, según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
El sexenio más letal
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto desaparecieron al menos 4,980 menores y adolescentes, de los cuales 3,067 fueron niñas (61.6 %), alertó la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
Por cada cuatro desapariciones de menores (tanto niñas y niños), tres (75.3 %) ocurrieron durante la administración pasada (2012-2018).
De acuerdo con la REDIM, el fenómeno se relaciona principalmente a los delitos de trata de personas, o los relacionados con violencia y explotación sexual, tráfico de niñas y niños, así como a la violencia ejercida por grupos armados y delincuencia organizada.
El Estado de México y Puebla son las entidades señaladas con el mayor número de casos; ambas acumulan 40.5 % de las desapariciones del país durante el último sexenio. Tamaulipas ocupa el tercer lugar.
Sobre los municipios más preocupantes, las organizaciones enlistaron a Puebla (389 casos), Tijuana (249), Ciudad Juárez (206), Monterrey (182), Hermosillo (160), Toluca (155), Culiacán (132), Matamoros (131), Ecatepec (123) y Nezahualcóyotl (122).
Acciones del crimen organizado
Para el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez García, los datos oficiales demuestran la gravedad de las alertas que organizaciones han hecho sobre la “desaparición, robo de mujeres y de trata, ilícitos que están directamente vinculados con acciones presuntamente del crimen organizado”.
Más grave aún es, dijo, que los datos sobre la desaparición de menores “no están siendo considerados para la toma de decisiones, como alertas de género que se deberían haber emitido a partir de las cifras, tendría que ser una forma urgente para tomar medidas preventivas”.
