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Estas son las cinco entidades más peligrosas para el periodismo

Quintana Roo, Ciudad de México, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, son las entidades que más concentran agresiones a periodistas en el país, sumando 249

Escrito en ESTADOS el

Las agresiones a periodistas son constantes y suceden principalmente en el sur del país. Cada 17 horas, un periodista es agredido en alguna parte del país.

Según el informe de Artículo 19, Agresiones contra la prensa durante el primer semestre del 2019, Quintana Roo, es el estado que más concentra agresiones a periodistas: 26, en el primer semestre del año.

El próximo 16 de septiembre se cumplen cuatro meses del último asesinato en el estado de Quintana Roo, el de Francisco Romero, quien era conocido como “Ñaca-Ñaca”.

Su cuerpo fue encontrado la mañana del 16 de mayo en el estacionamiento del bar “La Gota”, junto a su motocicleta, con diversos golpes y con impactos de bala, en la colonia Ejidal Playa del Carmen.

Desde julio de 2018, Francisco se encontraba bajo el mecanismo de protección a comunicadores. Contaba con cuatro escoltas, con vehículo asignado y un botón de pánico. Además había denunciado anteriormente amenazas por parte de las autoridades municipales de Playa del Carmen.

En Quintana Roo, las agresiones a periodistas aumentaron de 12, en el primer semestre de 2018, a 26, en el mismo periodo del 2019; es decir a más del doble.

Según el informe de Artículo 19, los tipos de agresiones que más se documentaron fueron los actos de intimidación, que representan el 25.7% del total, es decir 67 agresiones. Seguido por las amenazas, con 61, equivalente al 24.49%.

Los estados más peligrosos para ejercer el periodismo

Los cinco estados que registraron mayor número de agresiones en contra de la prensa fueron: Quintana Roo, con 26; Ciudad de México, con 25; Guerrero, con 22; Oaxaca y Veracruz, con 19 cada uno. Los últimos cuatro estados, desde 2013, se mantienen como los más violentos.

En cuanto al género, el 60% de las agresiones en el primer semestre del año fueron perpetrados en contra de hombres periodistas. Del resto, 22% fueron en contra de mujeres periodistas y 18% en contra medios de comunicación.

En el caso de los hombres periodistas las agresiones más frecuentes fueron las amenazas de muerte, con 38 casos.

Mujeres, con agresiones sexuales

En el caso de las mujeres periodistas, las más frecuentes fueron actos de intimidación y hostigamiento. Entre los actos que se documentaron están la toma de fotografías de mujeres periodistas mientras trabajaban, la aparición de vehículos oficiales o particulares sospechosos afuera de su domicilio, y llamadas a directivos o jefes en los medios para preguntar por qué las periodistas abordan temas “de cierta manera”.

El informe explica que diez de las 56 agresiones contra mujeres periodistas tienen un claro componente de género, donde los agresores, recurren a relacionarlas sentimentalmente de manera infundada con actores de oposición o de tratar de hacer escarnio de su imagen física o su vestimenta. A estos casos se les suma 1 caso de violencia sexual, 1 amenaza de violencia sexual y 1 campaña de desprestigio con connotación sexual.

Edison Lanza, relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), menciona que “la violencia contra las mujeres, y en especial contra las mujeres periodistas, no son actos aislados, sino que son sintomáticos de un patrón de discriminación estructural contra las mujeres que tiene sus raíces en conceptos referentes a la superioridad y subordinación de las mujeres frente a los hombres”.

Los perpetradores de la violencia

En cuanto a los agresores que atentan contra la prensa, el 42.16%, es decir 105 casos, fueron perpetrados por funcionarios públicos. De éstos, más de la mitad (56.19%) fueron funcionarios municipales El 28.57% con 30 casos, se trató de funcionarios públicos estatales, seguidos por los funcionarios federales con 16 casos, equivalente a más del 15%.

En cuanto a los agresores que atentan contra la libertad de expresión, se contempla los discursos de las autoridades que, más que proteger, desestiman el trabajo de los periodistas, atacándolos y mermando su credibilidad, poniéndolos en riesgo por su labor.

Los más vulnerables

Los periodistas que más sufren agresiones son los que cubren corrupción y política: sólo en el primer semestre del año se registraron 126 agresiones.

En la cobertura de seguridad y justicia se registraron 74; 33 agresiones en coberturas de derechos humanos y 6 de coberturas sobre tierra y territorio.

“La violencia contra la prensa se ejerce con el fin de silenciar y censurar las voces que podrían afectar intereses políticos, económicos y redes de delincuencia en la q incluso pueden estar involucradas autoridades por lo que dicha violencia se alimenta de la impunidad que existe en México”.

 

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