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Encuentran indicios de restos en fosa La Gallera

Autoridades federales reconocieron el abandono de la Fiscalía de Veracruz, así como probables indicios en el narcopredio

Escrito en ESTADOS el

TIHUATLÁN, Veracruz (La Silla Rota).- Tras una inquietante espera de ocho meses y 13 días, familiares de desaparecidos retomaron una búsqueda de fosas clandestinas en el rancho La Gallera. Desde el acceso principal, el grupo se enfrentó con una barrera de maleza que alcanzaba el metro y medio de altura, reflejo del abandono que sufrió el predio por parte de la Fiscalía de Veracruz. 

Este lunes 13 de noviembre de 2017, integrantes del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera A.C., y de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas emprendieron lo que será la tercera diligencia en este terreno, ubicado en la comunidad de Rancho Nuevo, Tihuatlán, en el norte de la entidad. 

El rancho La Gallera, fue explorado por primera vez el 2 de febrero de 2017, y tuvo como resultado la exhumación de seis cadáveres desmembrados: cinco hombres y una mujer. Sin embargo, por motivos no explicados, la Fiscalía General del Estado (FGE) concluyó la búsqueda. 

Inconformes con la decisión de la autoridad local, integrantes del colectivo María Herrera regresaron el 1 de marzo de 2017 y encontraron en diez horas 22 huecos con al menos 100 restos óseos, un horno atestado con ceniza y marcas de sangre impregnadas en tres habitaciones de una casa abandonada en el centro de la propiedad. 

Maritza García Hernández, es una de las madres que insistió al Fiscal General Jorge Winckler Ortiz y a Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, sobre la importancia de investigar en su totalidad el terreno que perteneció a la delincuencia organizada desde el año de 2011. 

“Desde que supimos de este rancho no tengo tranquilidad. A mi hijo me lo arrebataron sin razón y desde entonces todos los días son malos, porque no tengo respuestas”, refiere la joven madre mientras toma su lugar en la planta baja de la casa, donde observa las diligencias a cargo de la Procuraduría General de la República (PGR).

Maritza, desde el 14 de junio de 2015 busca a su hijo Jesús Alberto Rosales García, de 16 años de edad, quien, de acuerdo con testigos, fue privado de su libertad en Poza Rica, por un comando armado de la Fuerza Civil, corporación que el gobierno del Estado designó para resguardar el terreno durante las actividades de rastreo.  

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Jesús Alberto fue visto por última vez en la colonia Villa de las Flores, ubicada a unos 17 kilómetros de La Gallera. Por ello Maritza recalca su necesidad de escudriñar cada centímetro del predio, así como su temor de que los indicios hayan sido alterados por la fauna nociva o por los responsables de los crímenes que ahí se cometieron. 

"Fue mucho tiempo que no hicieron nada -ochos meses- nosotros tuvimos que cuidar el rancho porque aunque las autoridades se comprometieron a resguardarlo con evidencias les comprobamos que nos mintieron", abunda Maritza. 


Foto: Maritza García Hernández, madre desaparecido

A lo anterior, Celestino Espinoza Rivera, abogado penalista, agrega que el abandono de La Gallera y los vicios en el procesamiento de indicios y evidencias, tiene diferentes efectos negativos en las víctimas indirectas. 

“Se violentan de manera grave los principios de dignidad, debida diligencia, participación conjunta y trato preferente de los que habla la Ley General de Víctimas y que deben seguir todas las autoridades; por otra parte, afectan el derecho a la verdad de las víctimas ya que cuentan con la esperanza de conocer el destino de sus familiares, y la espera en el procesamiento del lugar, en este caso de La Gallera, prolonga el sufrimiento e incrementa el daño psicológico ya existente”, refirió el especialista en entrevista. 

Maritza, como el resto de sus compañeras, suspendió sus actividades para asistir a las diligencias que terminarán hasta el próximo 17 de noviembre. Ella, sacrificó tres días en su trabajo como ayudante de soldadora. “Puedo no tener dinero pero mi hijo es primero”, asegura, mientras desenfunda una fotografía de “Chucho”, como lo llama de cariño. 

Día 1: PGR testigo del abandono de Fiscalía de Veracruz 

A su llegada al predio, Maritza al igual que los agentes de investigación de la PGR, encontraron en la parte baja de la casa docenas de prendas de vestir de distintas tallas, que la Fiscalía de Veracruz olvidó procesar desde su primera visita, del 02 de febrero de 2017. 

A Maritza las vestimentas regadas sobre la tierra, le hacen recordar las últimas señas de su hijo del día de la desaparición, que ella recuerda de memoria, ”llevaba una camiseta verde, pantalón azul de mezclilla, calcetines negros y zapatos negros tipo mocasín”, comparte con un semblante desencajado.  

La madre también presencia el sobrevolar de drones, que, de acuerdo con el mando de la PGR, detectan cambios en la geografía terrestre e indican probables fosas clandestinas. Mientras tanto a ras de suelo, un grupo de jardineros poda el zacate para que el equipo del geo radar realice su trabajo a lo largo de la jornada.  

El mando de PGR, también reconoció la existencia de tres huellas similares a las de una mano en tres habitaciones de la casa, las cuales, explicó, serán sometidas a exámenes clínicos para comprobar si se trata de rastros de sangre, lo que reforzaría la teoría de las madres sobre el predio, tildado por ellas mismas como un un campo dedicado a la tortura y el exterminio de personas. 

La parte medular de la jornada, fue el trabajo de tres agentes caninos de la Fuerza Civil y PGR, los cuales -confirmaron autoridades a este medio- marcaron al menos siete puntos en la zona norte de la propiedad que serán escarbados a lo largo de la semana, en busca de señales de víctimas, incluida la de Jesús Alberto Rosales García. 

Maritza asegura que la posibilidad de encontrar nuevos indicios en La Gallera le genera esperanza, pues terminaría la incertidumbre de no tener noticias d ella y del resto de sus compañeras. “Yo lógicamente vine porque quiero encontrar a mi hijo, pero si llegara a encontrarse algo de mis compañeras también me daría mucha paz”, sostiene con una ligera sonrisa. 

De esa forma culminó el primer día de búsqueda, que hasta hace ocho meses se veía imposible de concretarse para el grupo de madres de la zona norte. Esperarán pacientes los dictámenes de la PGR, refiere Maritza, no obstante, asegura que para ellas será una ganancia que autoridades federales reconozcan el cementerio clandestino que “desde un escritorio”, fue desacreditado por Jorge Winckler Ortiz, encargado de procurar justicia en Veracruz.



kach