Mario fue el menor de 12 años de edad que se hizo viral en las redes sociales cuando entró a México, en la primera caravana de migrantes del 2018.
Mario viajó solo en la caravana desde Pedro Sula, Honduras, cuando escapó de su casa porque quería “huir de las maras”, y una vez en Estados Unidos buscaría “trabajar y estudiar”.
Viajó solo por el sur del país. Cuando cruzó la frontera con Chiapas sufrió los empujones de la Policía Federal y el gas lacrimógeno, sin embargo, Iván siguió su camino.
Después de días transcurridos, el INM aseguró al pequeño durante el tumulto y el pasado jueves fue repatriado a su país, donde vive en la pobreza y el miedo de ser asesinado por pandilleros.
Al menos en el primer semestre del 2019 se han presentado ante la autoridad migratoria a más de 33 mil niñas, niños y adolescentes, de los cuales, 8 mil 250 viajaron sin acompañantes, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Migración.
La mayoría de los menores llega a territorio mexicano escapando de sus hogares por diversos problemas como la pobreza o abusos. Otros más, tratan de llegar a Estados Unidos, donde ya se encuentran sus padres.
Niños huyen de la pobreza
De acuerdo con un informe de la UNICEF, la pobreza es uno de los principales motivos para el desplazamiento de los niños. El Salvador, Guatemala y Honduras son tres de los países más pobres del hemisferio occidental.
“Un 74 por ciento de los niños de Honduras viven en hogares clasificados como pobres, al igual que un 68 por ciento de Guatemala y un 44 por ciento de El Salvador. Cabe destacar que un 63 por ciento de los niños migrantes guatemaltecos interceptados en México y en los Estados Unidos pertenecen a comunidades indígenas, que son desproporcionadamente pobres” informó el organismo.
Y buscan mejor educación
En cuanto a la falta de oportunidades en educación, el informe señala que en Honduras sólo el 46.7 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 14 años y el 28.1 por ciento de adolescentes de entre 15 y 17, se matricularon en la escuela en 2017. Por eso muchas familias pobres de la región consideran la migración a México o a los Estados Unidos uno de los pocos caminos viables para obtener una educación mejor conforme sus hijos van creciendo.
Los migrantes más vulnerables
Según el informe de la Unicef, en su trayecto, “los menores migrantes son más vulnerables a riesgos como el hambre, las enfermedades, la detención, la extorsión, captura por el crimen organizado y dificultad de hacer valer sus derechos, en especial cuando viajan sin adultos, por lo que se requieren soluciones específicas para su protección”.
Además, en México existen altos índices de violencia contra menores, pues en 2015, al menos 6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes de 1 a 14 años experimentaron algún método violento de disciplina, y la mitad sufrieron agresiones psicológicas.
Niños migrantes varados en México
Muchos de los niños migrantes que viajan solos y atraviesan el país, son asegurados por las autoridades migratorias, con el fin de darles atención y regresarlos de la manera más segura a su país de origen.
Los menores se concentran en Chiapas, Tabasco, Veracruz, Estado de México, Morelos, Tijuana y Baja California.
En Veracruz, por ejemplo, en los primeros seis meses del año, se dio la atención por parte del DIF estatal a 135 niños migrantes no acompañados.
Se les da alimento, techo, vestido, atención psicológica, y se les da un taller para que realicen diversas actividades en lo que migración se los lleva. Normalmente son más niños que niñas, pero sí han llegado niñas, asegura la directora del DIF, Verónica Aguilera.
El pasado martes 3 de septiembre, el Sistema Nacional DIF informó que, por su parte, resguarda a 500 niños que llegaron al país sin el acompañamiento de un adulto en espera que en 45 días el Instituto Nacional de Migración defina su situación jurídica.
En julio, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el DIF y la Unicef, presentaron un modelo de cuidados alternativos para niñas, niños y adolescentes con el objetivo de identificar las diferentes opciones de cuidados alternativos para niños y adolescentes no acompañados migrantes solicitantes de asilo y refugio en México con el fin de abrir nuevas posibilidades de integración de esta población en todo el territorio mexicano.
bl