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“En la casa el dinero no me va a llegar”: la otra cara del coronavirus

Doña Claudia vende nieves, contó que no puede trabajar desde casa, vive al día, así como muchos comerciantes que si se quedan en sus hogares no comen

Escrito en GUANAJUATO el

“Quédate en casa” este es el mensaje principal que da la Secretaría de Salud de Guanajuato ante la contingencia sanitaria que desató el coronavirus. Pero la señora Claudia dice: “en la casa el dinero no me va llegar”, mientras sirve un “raspado” de coco y vainilla.

El comercio informal no puede atender las peticiones del Gobierno de Guanajuato, los vendedores no pueden trabajar desde casa, viven al día. Como Doña Claudia y otros más.  “Uno tiene que salir a trabajar. En la casa el dinero no me va llegar. Yo sé que hay que lavarnos las manos y eso. Hay que hacerlo, todo eso de higiene, pero tengo que salir a vender”, cuenta.

La señora Claudia tiene un carrito para vender nieves, o “raspados” como les llaman. Normalmente vendía los fines de semana, pero “como ahorita los niños están de vacaciones, porque les suspendieron las clases (para evitar la propagación del Covid-19), dije: vámonos a trabajar”. Doña Claudia se puso su gorra, agarró su carrito y se fue a vender. Desde el martes se ha estacionado sobre el bulevar Francisco Villa, en la colonia Ángeles 2. Ahí espera la mitad de la tarde, para que la gente le compre nieves.

Ella está enterada de la situación, sabe la pandemia del coronavirus. Pero el hambre y las necesidades le preocupan más que la propagación de una bacteria. A su manera se protege. “Ya encargué un gel, por medida de prevención. Ahí tengo mi garrafón mire, para lavarnos las manitas”.

Un garrafón de agua es la mejor arma de Doña Claudia. Cada que va atender un cliente se lava las manos. Lo tiene cerca de los clientes para el que quiera usar agua. La responsabilidad de llevar la comida a casa la expone a los mismos riesgos que cualquier ciudadano, pero ella “no tiene de otra, más que chambear”.

La contingencia sanitaria ha dejado algunas calles solas. La comerciante platicó que sus ventas han disminuido. “Que si están bajas las ventas, sí… desde la semana pasada. La venta nos bajó, se ve en las plazas, en los mercados. Y nuestro ingreso viene del comercio”.  

 

A unos pasos del carrito de la señora Claudia hay otra mujer vendiendo, otro puesto de nieves. Así como ellas, hay muchos comerciantes sobre el bulevar Francisco Villa, a la altura del paradero Vicente Valtierra. Es gente que no puede parar, a pesar del coronavirus. Todos están expuestos a un contagio “el de los chiles, el de las verduras, todos parejos. Si somos comerciales nos arriesgamos, pero que le hacemos”.

El comercio informal es la otra cara del coronavirus, gente que no se puede quedar en casa porque si no, no come.