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“El Vocho”, el capo detrás de los colgados de Uruapan

El señalamiento de Luis Felipe Barragán Ayala da un giro a lo conocido en aquella masacre de agosto del año pasado

Escrito en ESTADOS el

La muerte amaneció en Uruapan, Michoacán, aquel 8 de agosto de 2019. A lo largo del Boulevard Industrial los cuerpos de 19 hombres fueron esparcidos, algunos de ellos descuartizados, otros más colgados bajo el puente vehicular.

El escenario era producto de una sangrienta disputa entre el cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y “Los Viagras”, una organización criminal con importante presencia en tierras michoacanas.

Cinco meses después, también en Uruapan, un grupo de hombres armados y elementos de la Policía Municipal, se enfrentaron en la calle 5 de febrero del centro de la ciudad.

Como resultado del enfrentamiento tres oficiales y dos civiles resultaron heridos.

Entre los lesionados se encontraba Luis Felipe Barragán Ayala, "El Vocho", supuesto cabecilla de “Los Viagras” en Uruapan.

Sonriente, cabello corto, orejas alargadas, mentón respingado y frente pronunciada, así se muestra a “El Vocho” en la única foto conocida del presunto capo criminal.

Barragán Ayala es señalado por ser el supuesto autor intelectual del tétrico escenario de aquella madrugada de agosto.

Este señalamiento da un giro a lo conocido en aquella masacre, pues había sido responsabilizado al CJNG como el autor de los hechos y las víctimas eran señaladas como miembros de “Los Viagras”.

Sin embargo, la línea que divide a ambas organizaciones criminales es muy tenue, hace unos años eran aliados y juntos sacaron de Michoacán a “Los Caballeros Templarios”.

Su nexo era tal que uno de los sobrinos de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder máximo del CJNG estaba en las filas de “Los Viagras”: Jordyn Axel Villa, “El Yordin”.

Hoy son rivales a muertes que han dejado un camino de sangre a su paso.

“Los Viagras” nacieron como miembros de las autodefensas de Michoacán, quienes se levantaron en armas contra “Los Caballeros Templarios”.

Conformado por los hermanos Sierra Santana, Nicolás, “El Gordo Viagra”, es su principal líder. Este grupo era parte de las autodefensas lideradas por Estanislao Beltrán, conocido mejor “Papá Pitufo”.

Durante el auge del movimiento, “Los Viagras” fueron señalados ampliamente de ser parte del crimen organizado.

Los hermanos Sierra Santana habían formado parte de “La Familia Michoacana” antes de que se dividiera y nacieran “Los Caballeros Templarios”.

Además eran muy cercanos a José de Jesús Méndez Vargas, “El Chango Méndez”, quien se quedó al frente de “La Familia Michoacana” cuando la mayoría de sus líderes se fueron y formaron “Los Caballeros Templarios”.

El hijo de “El Chango Méndez” es Jesús Méndez, "El Chuchín", compadre de “El Mencho”, fue el vínculo entre “Los Viagras” y el CJNG.

Tras la caída de Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de “Los Caballeros Templarios”, todo fue en viento en popa para Sierra Santana y “Los Viagras”, hasta que se anunció el desarme y la disolución de los grupos de autodefensa en Michoacán, en diciembre del 2014.

En respuesta, “Los Viagras” tomaron la presidencia municipal de Apatzingan hasta que fueron desalojados por la Policía Federal el 6 de enero del 2015, en un operativo que dejó un saldo de 10 muertos y 21 heridos.

Posteriormente, “Los Viagras” comenzaron a tomar fuerza apoderándose del negocio del narcotráfico en tierra caliente, junto con el CJNG, que también había hecho vínculos con lo que quedaba de “La Familia Michoacana”.

Michoacán se había convertido en un bastión importante para el CJNG, hasta que comenzó una ruptura con sus aliados.  

“El Mencho” no solo rompió con “Los Viagras”, también con “La Familia Michoacana”, cártel que liderado por José Alfredo Hurtado Olascoaga, "El Fresa", y Johnny Hurtado Olascoaga, "El Pez".

Por si fuera poco, a esta disputa también se suman las células que aún quedan de “Los Caballeros Templarios”: La banda de “El Tena”, que operan en Aquila, Coahuayana, Coalcomán de Vázquez Pallares; y la de “El Gallito”, con presencia en Tumbiscatío y Apatzingán.

La violencia en la entidad se refleja en las cifras oficiales que arrojan un aumento constante en Michoacán. En 2015, en dicho estado se registraron 952 asesinados, mientras que en 2019 los homicidios dolosos alcanzaron a las 2 mil 49 víctimas.

La lucha por Michoacán continúa y parece no tendrá tregua.

 

(Rodrigo Gutiérrez)