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El viacrucis de Patricia en hospitales del ISSSTE

Lo que sería una operación de rutina terminó en todo un suplicio para la mujer mexiquense

Escrito en ESTADOS el

A causa de miomas uterinos, Patricia Vargas Guijarro fue intervenida quirúrgicamente en la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de Ermita Iztapalapa “José María Morelos y Pavón”.

Lo que sería una operación de rutina comenzó un viacrucis para la mujer mexiquense.

Pese a que, al salir de la cirugía, el médico Ernesto Galindo le aseguró que todo había salido bien, a Patricia le comenzó a salir un líquido extraño de la vagina y un fuerte dolor se apoderaba de su estómago.

Los médicos le dijeron que era normal y que se le quitaría cuando comenzara a caminar. No fue así.


Cinco días pasaron, la mujer de 48 años seguía en observación y su condición empeoraba, a sus malestares se le sumó estreñimiento, sin mencionar que el dolor estomacal era cada vez más fuerte.

Aun así, los médicos le dieron el alta y la mandaron de vuelta a su casa.

En su casa, los dolores estaban lejos de irse, incluso aumentaron los malestares. Patricia registró una temperatura de 40 grados, situación por la que su esposo decidió trasladarla al hospital del ISSSTE, ubicado en la avenida Ignacio Zaragoza.

Al llegar, sin razón alguna, se negaron a atender a la mujer, sin embargo, la insistencia de su marido hizo que las enfermeras le hicieran un lugar entre los pacientes.

El diagnostico no daba buenas noticias. Patricia tendría que ser intervenida quirúrgicamente de nuevo, tenía obstruido el intestino grueso, lo que le provocaba una laparotomía.

Tras la operación los dolores siguieron, por lo que hubo una tercera intervención para quitarle un fragmento de intestino que se estaba pudriendo.

Por no fuera suficiente, Patricia fue diagnosticada con cáncer. El líquido que salía de sus genitales y los dolores estomacales seguían.

Pese a lo anterior, fue enviada a su cada nuevamente, donde no duró ni una noche, pues regresó inmediatamente al hospital, la fiebre y los dolores seguían atormentándola.

Le realizaron estudios y un nuevo mal apareció: ahora presentaba una infección en la sangre al ser portadora de una bacteria llamada Ecolín, quedándose internada en el hospital del ISSSTE de Zaragoza durante un mes.

Patricia fue mejorando, regresó a su casa, pero volvió al hospital como parte de una cita para comenzar a fecharle sus quimioterapias.

Sin embargo, estudios de patología arrojaron que Patricia no era portadora de dicho mal terminal.

“Ay, ¿qué cree usted? No tiene cáncer, algo más de lo que se puede librar”.

Una de cal, por una de arena. Pese a las buenas noticias que el fallido diagnóstico de cáncer, no todo estaba solucionado, el líquido que salía de su vagina continuaba.

En el ISSSTE de Ermita Iztapalapa le dijeron que tenía un problema en el útero, lo que provocaba la secreción.

Patricia fue intervenida nuevamente, le colocarían un catéter para que fluyera el líquido, sin embargo, esto fue lo peor de todo su viacrucis.

Le colocaron el catéter sin anestesia. Patricia sintió cada uno de los cortes del bisturí, incluso tuvo que ser amarrada y sostenida por dos médicos, mientras realizaba la intervención.

La operación, que duró alrededor de 30 minutos, fue definida por la mujer mexiquense como lo peor que ha vivido, lo más aterrador.

La media hora de dolor indescriptible fue en vano, el catéter se le cayó al hacerle limpieza.

Actualmente no se lo han vuelto a poner, espera que le den una cita en el hospital para que le digan cuando se lo van a poner.

Con información de Afondo Edomex

rgg