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El 'paraíso' de violencia donde planean construir refinería en Tabasco

De acuerdo a las cifras oficiales, Paraíso fue municipio que registró el mayor crecimiento en número de carpetas de investigación por ejecuciones

Escrito en ESTADOS el

PARAÍSO, Tabasco (La Silla Rota).-Personas desaparecidas, extorsiones, ejecuciones y fosas clandestinas es el panorama que campea en este municipio, donde se construirá la nueva refinería de Petróleos Mexicanos (PEMEX).

En ese ambiente de anuncios de inversiones millonarias – ocho mil millones de dólares en tres años, estimó el presidente electo Andrés Manuel López Obrador—, la población de este municipio costero vive entre un alto clima de violencia.

De acuerdo a las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en el primer semestre de este año, Paraíso fue municipio que registró el mayor crecimiento en número de carpetas de investigación (15) por ejecuciones, en comparación con el mismo periodo del año pasado, en que no se reportó ninguna CI de este delito. En total en 2017 fueron nueve ejecuciones, pero a septiembre de este 2018, ya iban 22 homicidios dolosos, 16 de ellos efectuados con arma de fuego.

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Para la directora de Análisis y Estadísticas de Observatorio Ciudadano de Tabasco (OCT), Julia Arrivillaga Hernández “es preocupante y llama la atención que sólo hable de invertir para grandes construcciones, y se deje de lado la atención del grave problema de inseguridad” en Paraíso.

El OCT, institución civil dedicada al estudio del tema de seguridad, detectó que, en 2017, este pequeño municipio petrolero y pesquero que no rebasa los 100 mil habitantes, que se dispararon porcentualmente los delitos de homicidio doloso, extorsión y violaciones, en 350 por ciento, 200 por ciento y 100 por ciento, respectivamente.

También creció la cifra de delitos de homicidio culposo, robo con violencia, robo de vehículo, robo a casa habitación, robo a negocio y robo a transeúnte.

 

Arrivillaga Hernández expone que deben ir de la mano las inversiones a la refinería y la atención de la inseguridad, pues de lo contrario se ahuyentaría a los empresarios.

Al parecer existe una disputa entre bandas criminales para apoderarse del territorio y que mantiene a la población temerosa.

Aún se comenta la múltiple ejecución de ocho personas, la madrugada del domingo 31 de diciembre pasado. Y en el transcurso del 2018, paulatinamente persistió la matazón.

El otro fenómeno que sorprendió a los paraiseños, fue la localización de fosas clandestinas por primera vez en la historia de este municipio, donde exhumaron seis cuerpos, pero que aún siguen sin aclarar las autoridades de Tabasco.

Doña Lucy sobrelleva la pesada aflicción por la desaparición de su hijo, acentuada ahora con la incertidumbre de que posiblemente un cuerpo localizado en una fosa clandestina corresponde al de su vástago Daniel Cruz Güémez.

Llevaba más de tres meses de oraciones para rogar por la aparición de su hijo, hasta el 27 de junio pasado, cuando encontraron enterrado en un predio en una zona solitaria de este municipio, un cuerpo que vestía ropa y pulsera de Daniel.

Ahora doña Lucy Güémez García deberá extender sus plegarias al menos de “tres a cinco meses”, lapso que le dijeron en la Fiscalía General del estado, tardarían los resultados de laboratorio para confirmar si los restos encontrados pertenecen o no a su hijo, quien el pasado domingo 19, cumpliría 34 años.

En este municipio costero de Tabasco, se ha registrado la desaparición de al menos 35 personas en el lapso de este año.

La noche del viernes 13 de julio pasado, tres jovencitas de 19, 22 y 23 años, así como un hombre de 26 años, desaparecieron de la ciudad de Paraíso, de este municipio del mismo nombre, y hasta la fecha las autoridades no han ahondado en las investigaciones y carecen de pistas que lleven a sus paraderos.

A finales de junio de este año, fueron localizadas cuatro fosas clandestinas, con seis cuerpos, en un predio junto a un camino conocido como La Brecha, en el Ejido Oriente El Hormiguero, de este municipio.

El hallazgo se originó cuando un campesino que cortaba la maleza en el terreno, propiedad de Antonio Rodríguez, se topó con parte de un cuerpo semienterrado y la tierra recién removida.

Fue así que las autoridades pudieron conocer de las inhumaciones clandestinas en El Hormiguero, un lugar solitario al que se llega por un camino de terracería, a unos ocho kilómetros de esta cabecera municipal.

Tras realizarse las exhumaciones en cuatro fosas, encontraron seis cuerpos. La Fiscalía General del estado, acumuló los casos en la Carpeta de Investigación 700/2018, sin que hasta la fecha haya sido identificado alguno de ellos.

Los cuerpos presentaban avanzado estado de descomposición y la FGET carece de laboratorios para análisis de AND, por lo que las muestras las envía a los de la PGR o la Fiscalía de Yucatán.

El lunes 13 de agosto arribó a Tabasco personal de la Procuraduría General de la República (PGR) para colaborar en la investigación de fosas clandestinas localizadas en este municipio costero de Tabasco.

Durante cuatro días personal especializado de la PGR, junto con dos ejemplares caninos, realizaron labores periciales de investigación en el predio de unos 100 metros cuadrados, sin tener mayor éxito en la localización de más restos humanos.

La FGET explicó que participó personal policial y peritos arqueólogos pertenecientes a la Agencia de Investigación Criminal (AIC), que se sumaron a las indagatorias iniciadas desde el día del hallazgo en una tarea de colaboración interinstitucional.

“La FGE lleva a cabo una minuciosa investigación en la que se vale de todos los recursos a su alcance, así como del apoyo de otras instancias, con el objetivo de lograr la identificación de los cuerpos humanos encontrados en ese sitio y el total esclarecimiento de los hechos”.

Hasta ahora, podría existir la certeza de la identificación de uno de los seis cuerpos exhumados, que es el que corresponde a Daniel de la Cruz Güémez, un profesionista que desde hace un año se desempeñaba como taxista, luego de quedar desempleado al cerrar la empresa que le prestaba servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex).

Al ser desenterrado, tenía las manos con esposas de policías, hacia la espalda, atado de los pies, con cinta adhesiva en la boca y los ojos.

La familia reconoció su uniforme de trabajo, bordado con la leyenda “Taxi de Paraíso”, además con su nombre y apellidos. También portaba su pulsera de acero inoxidable. No encontraron su celular, cartera ni reloj.

Doña Lucy Güémez, recuerda que el día de la desaparición de su hijo, 19 de marzo, le correspondió laborar en el turno vespertino. Ese día, a las dos de la tarde llegó a su casa, comió un sándwich y platicó que transportaría a su patrona -la propietaria del taxi- a la ciudad de Cunduacán, ubicada a unos 45 kilómetros.

A las 19.00 horas, Daniel retornó y pasó a su domicilio, para pedirle de favor a su mamá que a las 22.00 horas, le encendiera el aire acondicionado de su cuarto para que estuviera fresco cuando terminara de trabajar a las 24.00 horas, además que le dejara preparado bebida de Polvillo (elaborado de maíz y cacao tostados y molidos).

A las 6.00 horas del día siguiente la bebida de Polvillo continuaba en el refrigerador, el clima encendido y el cuarto estaba vacío. Nunca regresó.

De inmediato, ellos por su cuenta empezaron la búsqueda.

Aunque su compañero de relevo y la propietaria del taxi, supieron esa misma noche que el trabajador de turno había desaparecido y el taxi quedó abandonado en una colonia de Cunduacán, nunca les reportaron a los familiares esa noticia.

Ese día acudieron a la Fiscalía para reportar la desaparición, donde la primera respuesta fue la desidia burocrática, al indicarles que tenían que esperar a que transcurrieran 78 horas.

Los familiares de Daniel se trasladaron a Cunduacán, a ver el taxi que había sido trasladado al “corralón”, también fueron al punto donde habían dejado abandonado la unidad de transporte público. Aunque pidieron el apoyo de vecinos que cuentan con videocámaras de seguridad, les negaron ese favor. La FGET nunca se apoyó en ese material.

La FGET aún mantiene en sus cuentas de internet la Cédula de Persona Desaparecida para solicitar a la ciudadanía el apoyo para localizar a Daniel Güémez.

Y doña Lucy, siempre con las lágrimas a flor de piel y con el nudo en la garganta, solo pide “que ya me entreguen a mi hijo para darle cristiana sepultura. Y que realmente se haga justicia”.

No solo la población teme hablar del asunto de las desapariciones de varios jóvenes y de la violencia por la inseguridad que se vive en el municipio.

En la Dirección de Seguridad Pública Municipal rechazaron comentar del tema. Por su parte el alcalde, Ramiro López adujo que la inseguridad no sólo es privativa de este municipio, sino de todo el país.

Incluso, afirmó que no cuentan con un cuerpo policial competente y hasta también podría estar involucrada con la delincuencia.

A dos meses de entregar el cargo, el edil perredista justificó que es imposible garantizar la seguridad del municipio con tan solo 56 policías que laboran por turno de 24 horas.

mvf