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El origen del Grupo Universidad, presunto implicado en lavado de dinero

¿Quiénes conformaban la primera alineación del Grupo Universidad en 1979? La mayoría vivió de la UAEH y de posiciones políticas

Escrito en ESTADOS el

En 1979, Gerardo Sosa Castelán culminó su licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y, aunque la constancia de que haya impartido cátedra tiene clasificación reservada por parte de la institución, recibió el nombramiento de profesor de Introducción al Estudio del Derecho.

Ese año ya ejercía un control en el estudiantado, docentes y directivos que es el origen del poder político que ha mantenido durante cuatro décadas: el Grupo Universidad.

“El mencionado líder Gerardo Sosa Castelán representa un peligro para la política del Arq. Guillermo Rossel de la Lama, gobernador”, dice un informe confidencial del 21 de enero de 1984 elaborado por la Dirección Federal de Seguridad (DFS), órgano de espionaje del gobierno mexicano al servicio del régimen priista. En ese entonces, el joven Sosa, oriundo del poblador rural Acaxochitlán, era militante del partido dominante: el PRI, y única propiedad era un automóvil Valiant Súper Bee, modelo 1980, con base en la primera ficha sobre él.

Titulado “Conversación privada de funcionarios de gobierno estatal”, el informe del 21 de enero hace referencia al riesgo para el jefe del Ejecutivo que suponían miembros de primer nivel del sistema –cuya identidad no es revelada en los archivos desclasificados que se encuentran en la Galería 8 del Archivo General de la Nación– por la protección al entonces líder de los burócratas, cargo al que, según la misma DFS, accedió de forma ilegal, mediante la simulación de un procedimiento.  

Lo que motivó el informe del 21 fue un incidente por el que también emitió una tarjeta confidencial el día 19: supuestas amenazan con un arma en la “Lonchería Mario’s” contra el reportero Marcos Loaiza Ortega, de El Sol de Hidalgo, a quien, reportó la Federal de Seguridad, recriminó, “en estado etílico”, haber publicado que él cobraba en la Universidad, sin desempeñar función.

Para el historiador Arturo Herrera Cabañas, el Grupo Universidad se encumbró políticamente a través de los cargos y protección que recibió de los gobiernos priistas de la época.  Mandatarios como Jorge Rojo –quien, refiere, los empleó contra Manuel Sánchez Vite y Othoniel Miranda– usaron al alumnado como instrumento de choque, y recibieron impunidad no sólo por estas acciones, sino por presuntos delitos en los que la entonces Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH) –génesis del Grupo Universidad– estuvo presuntamente involucrada: asalto, extorsión y secuestro; 170 averiguaciones previas sólo entre 1987 y 1988, según el libro Política y Gobierno en Hidalgo, del fallecido Herrera Cabañas.

Escrito en las postrimerías de los ochentas, inédito hasta la década actual, esta obra contiene un listado de 52 personas, integrantes del grupo político de Sosa –ligados, incluso, a presuntos ilícitos y actos porriles–, quienes se mantienen, fueron parte de la función pública u ocuparon cargos en la Autónoma del Estado de Hidalgo al amparo de su líder.

El liderazgo del grupo, como desde 1979, lo ejerce Gerardo Sosa, presidente del Patronato Universitario de la UAEH, encargado del manejo financiero de la casa de estudios e inmerso en una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por posible lavado de dinero –que asocia a transferencias irregulares en el extranjero por 156 millones de pesos–, conflicto de intereses e ilícitos asociados a la venta de hidrocarburo.

 

SU CONVERSIÓN A MORENA

Tres veces aspirante a la gubernatura, presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI y exlegislador local y federal, renunció a esa militancia en febrero de 2018 a través de una misiva enviada a la dirigencia nacional, en la que responsabilizó a las administraciones priistas del rezago en Hidalgo, para después aliarse con Morena, por cuyas siglas su grupo tiene nueve diputaciones locales –incluida la presidencia del Congreso–, así como dos federales.

Su hermano, Agustín Sosa Castelán, es secretario general de la UAEH. En Política y Gobierno, Herrera Cabañas relató que cuando era líder estudiantil en la Preparatoria Número 3, “encabezó varios grupos en el secuestro de autobuses y en el ataque”.

Asimismo, en su edición del 1 de junio de 1991, el semanario Proceso documentó que en mayo de 1989, cuando Agustín era presidente de la FEUH, tres sujetos identificados como Edilberto Reyes Gómez, “El Edy”; Fortunato González Islas, “El Nato”, y Santiago Toscano García, “El Negro”, involucraron a los hermanos Sosa “en cuestiones de narcotráfico, acopio de armas, asalto, robo y asesinatos ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), la cual, añadió, inició las averiguaciones 5/56/989, 5/100/989, 5/103/989, 5/169/989, 5/170/989 y 5/172/989.

Según Agustín, se trataba de una campaña de desprestigio –que dijo no era en contra de él y Gerardo, sino en contra de toda la universidad– de la cual responsabilizó al entonces secretario de Gobierno Ernesto Gil Elorduy.

Del actual rector, Adolfo Pontigo Loyola, quien hizo su carrera académica y directiva en la UAEH, Arturo Herrera asentó: “despidió a trabajadores para sustituirlos por integrantes de la FEUH”, cuando fue director de Recursos Humanos (1986-1988). Miembro de la estructura política de Gerardo, su excompañero, siguió un camino similar en su trayectoria pública: docente tras egresar de la licenciatura en Derecho, gerente del Club Pachuca de agosto de 1979 a febrero de 1980 –cuando Sosa era el presidente y el equipo, en segunda división, pertenecía al gobierno– y, posteriormente, 36 años en cargos universitarios.

POSICIONES DE PODER

Pero en la etapa en la que la FEUH era asociada al porrismo, más cerca del líder que Pontigo, en el círculo íntimo, estaban dos personajes que lograron posiciones políticas al amparo del grupo: Ariel Meneses fue presidente municipal de Zempoala, mientras que Sabas Salinas González fue diputado local por Jacala, pero perdió el fuero para ser juzgado por el asesinato de una mujer en un bar de Pachuca, en junio de 1986. Él volvió a la función pública como director jurídico de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) en el gobierno de Francisco Olvera Ruiz, presidente de la FEUH después de Sosa y, entonces, amparado por éste.

Entre los otrora integrantes de la extinta Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo que se han desempeñados como docentes o en cargos administrativos de la UAEH están Pipino Morales Gamero, exdirector de la Preparatorio Número 3, quien –relató Herrera Cabañas— estuvo a punto de vender los archivos de Atotonilco El Grande a una cartonera cuando fue presidente municipal, y Ezequiel Salinas González, expresidente de las sociedades de alumnos de la Preparatoria Número 3 y del Instituto de Ciencias Sociales (Icso, ahora ICSHU), quien presuntamente encabezó un asalto al Centro Regional de Educación Normal (CREN) Benito Juárez y fue director de Protección Civil de la universidad.

En aquella alineación inicial de la FEUH también estaban los hermanos Ibarra Angulo: Carlos y Raúl. Este último, conocido con el sobrenombre de “La Pechocha”, fue secretario de la Federación cuando Gerardo Sosa era presidente y, según los datos recabados por Arturo Herrera, contra él se formuló en 1983 la averiguación previa 12/H/975/983 por el delito de lesiones. Raúl fue encargado de departamento con Olvera Ruiz en la entonces denominada Secretaría de Planeación, Desarrollo Regional y Metropolitano, mientras que Carlos fue subdirector de Deporte y Recreación de la UAEH. Es autor del libro Actividad Física, publicado por la Editorial Universitaria.

“Brazo derecho” de Sosa en la FEUH, Zenaido Meneses Pérez, quien, documenta Política y Gobierno, “encabezó grupos de asalto a comandancias de policías, preparatorias y comercios” no ha ejercido cargos en la administración pública ni puestos de elección popular. Contra él se iniciaron tres averiguaciones por presuntas lesiones: 12/H/188/984, 12/H/440 y 12/SP/594/986.

Según Herrara Cabañas, Zenaido, un alumno irregular que, acotó, era también el brazo armado, “estuvo a punto” de agredir a Gerardo Sosa “en una ocasión en que le disparó a quemarropa en el edificio central de la UAEH”, mas “alguien levantó la mano de Zenaido en el último momento”. Ese enfrentamiento, añadió, le costó que su precandidatura a diputado fuera retirada.

Aunque el origen de la FEUH data de 1966, creación del entonces pasante de derecho Adalberto Chávez Bustos –electo presidente municipal de Pachuca en 1987–, el empoderamiento político del Grupo Universidad surgió con la llegada de Gerardo Sosa Castelán.

Para el sistema de inteligencia federal, fue partícipe de presuntas agresiones y ataques contra sus rivales políticos.

En su expediente, que se basa en archivos elaborados por agentes del Departamento de Investigación e Información Foránea, la DFS integró evidencia hemerográfica sobre un incidente en el que éste se vio involucrado cuando agredió, junto con cuatro acompañantes, a dos empleados del restaurante Alex Steak (ubicado en el Rancho Luna sobre la carretera Ciudad Sahagún), que, afirma, se negaron a servirles más alcohol “por el estado inconveniente en el que se encontraban”.

Uno de los acompañantes de Sosa encañonó a un empleado con una pistola. El dueño del establecimiento, Rafael García González, afirmó que Sosa Castelán se introdujo a la casa habitación “causando daños al mobiliario”, por lo cual denunció ante el ministerio público.

En otro informe, con el número 192, un agente de ese organismo de espionaje también notificó sobre una reunión entre autoridades universitarias después de la toma de rectoría por una agresión contra Francisco Olvera Ruiz, entonces dirigente de la FEUH. A Sosa, insistió, “se le menciona como autor intelectual de los hechos”. 

LA NUEVA ALINEACIÓN

El director de Comunicación Social del Congreso de Hidalgo, Martín Román Ortiz Contreras, se coloca detrás del líder del Grupo Universidad y, mientras éste es cuestionado por reporteros sobre la investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera sobre posible lavado de dinero, le susurra al oído formas de evasión: “eso ya lo dijo en la comparecencia”, “siguiente pregunta”.

Sosa, presidente del Patronato de la UAEH, no es diputado local y Ortiz Contreras, con base en sus atribuciones en el legislativo, no tiene responsabilidad laboral con él; sin embargo, el grupo que lidera cuenta con nueve curules de Morena, y es la mayoría; la comparecencia, a la que no asistió oposición, se llevó a cabo el 22 de marzo.

La legisladora Doralicia Martínez inició su participación denominándose una voz crítica, para después decir “es impresionante” la forma de comparecer del presidente del Patronato, que “la UAEH es la máxima casa de estudios” y “hasta quiero regresar a la universidad”. Luego, llamó “guerra sucia” el proceso de la UIF a cargo de Santiago Nieto y añadió: “es reprochable a aquellas personas que están dañando a quienes quieren una mejor calidad educativa”. El líder político agradeció esta intervención, que calificó como interesantes preguntas.

Ella ocupa una de las posiciones de su círculo político, que lo ha acompañado en el intento de creación del Partido de la Sociedad Hidalguense, Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, el cual controlaba desde 2016 y fue dirigido por su hermano Damián Sosa, también ex miembro de la FEUH, de junio de 2017 a marzo de 2018.  

Humberto Augusto Veras Godoy, rector de la UAEH de 2010 a 2016, fue postulado por el distrito XIII Pachuca Poniente; Jorge Mayorga Olvera, expresidente del Consejo Estudiantil Universitario, de quien no hay información de título y cédula profesional en el Registro Nacional de Profesionistas, es representante por el distrito XVIII, con cabecera en Tepeapulco, y Rafael Garnica Alonso, expresidente de la Fundación Hidalguense, que depende de la UAEH, legislador por Apan.

Exdirectora de Vinculación de Egresados, Roxana Montealegre Salvador, quien fue regidora capitalina por Acción Nacional, de 2011 a 2016, es representante por Villas del Álamo, mientras que la directora de la Escuela Superior de Tepeji, Nohemí Zitle Rivas, es diputada por el distrito XV.

Antes de aliarse con Morena, el grupo Sosa Castelán acumulaba catorce curules otorgadas por el PRI, una más por el Partido Acción Nacional (PAN) y otra por Movimiento Ciudadano, lo cual representaba 35 años en el Poder Legislativo.

Por las postulaciones afines a Gerardo, aspirantes a diputaciones que acusaron haber sido relegados por el Grupo Universidad ingresaron una impugnación en contra de estos candidatos externos.

Asimismo, los militantes Francisco Patiño Carmona, María Irma Hernández Jiménez, Manuel Enrique Aranda Montero y Alan Medina Medina manifestaron públicamente su descontento en procesos de asignación de candidaturas y señalaron pactos con partidos opositores o grupos aliados, como el de la universidad.

Por este caso el entonces dirigente de Morena en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, inició un procedimiento en la Comisión de Honestidad y Justicia (expediente CNHJ/HGO/671-18) que resolvió que los quejosos debían recibir una amonestación pública, la cual, en caso de reincidencia, podría derivar en la suspensión de sus derechos como militantes. Lo anterior, porque el partido consideró que sus dichos, "aunque se respeta la libertad de expresión", afectaban su imagen y podrían ser utilizados por sus adversarios políticos. 

El Grupo Universidad, a través de sus legisladores y comunicados de la UAEH, acusa a Santiago Nieto de “ataques” a la institución.

Al término de su comparecencia en el Congreso, Sosa expuso que su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador está en los mejores términos tras estos hechos, y remató: “Es un honor estar con Obrador”.

Las referencias a expedientes elaborados por las extintas Direcciones Federal de Seguridad (DFS) y de Investigaciones Políticas y Sociales, bajo resguardo en la galería 8 del Archivo General de la Nación, fueron extraídas del libro La historia oculta de Hidalgo, archivos secretos de la política y del crimen organizado, autoría de este reportero y cuya publicación está en proceso.