OAXACA, Oaxaca.- Roberto y Marilú "N", de aproximadamente 16 y 17 años, son dos de los adolescentes víctimas de la red de trata que fue desarticulada en la ciudad de Oaxaca. Salieron de su ranchería Chalam, perteneciente al municipio de Mitontic, en Chiapas, en búsqueda de una mejor forma de vida y lo que encontraron fue un infierno.
Su estancia en Oaxaca lejos de mejorar su situación de carencias, se agudizó con maltrato, encierro y explotación laboral.
Rescatan a niños totziles víctimas de trata en Oaxaca
Los dos adolescentes pertenecientes a la etnia tzotzil, conocidos entre sí, fueron engañados por Armando P. R., señalado como una de las cabecillas de la red de trata descubierta en la capital oaxaqueña. Les prometió ganar 2 mil pesos por vender frutas en cruceros, que nunca vieron llegar.
Hace meses, fueron animados a dejar atrás su situación de penurias, donde apenas y les alcanzaba para comer, decidieron arriesgarse y viajar a una tierra extraña, cuya similitud que comparten son sus pueblos indígenas llenos de miseria y rezago.
El municipio Mitoctic es una comunidad que enfrenta el olvido y desprecio de las autoridades. Esta localidad enclavada entre las montañas de Chiapas no sólo se encuentra entre los cinco ayuntamientos más pobres de la entidad vecina, sino también entre los diez más marginados de todo el país.
Les daban miseria como pago
Los dos jóvenes se trasladaron con una persona, al parecer cuñado de Armando, llegaron al municipio de Santa María Atzompa a una vivienda donde habían otras 59 personas, la mayoría eran niños.
Casi inmediato los pusieron a trabajar en los cruceros de la capital; según las autoridades de justicia, el Monumento a la Madre, crucero de Plaza Bella, crucero del Cerro del Fortín y otros eran los principales puntos de operación.
"Nos dejaban desde la madrugada y nos recogían en la tarde en una camioneta blanca".
Según relataron los adolescentes cuando se presentaron a declarar, Armando, su maltratador, nunca les pagó los dos mil pesos prometidos, apenas les daba 15 pesos diarios para que pudiera comer y los amenazaba a fin de evitar que escaparan o denunciaran.
"Nos decían que no podíamos escapar, que nos tenían bien vigilados y si llegábamos a irnos nos podían encontrar"
Vivían en condiciones deplorables
El día que se realizó el operativo, el sábado 13 de octubre en la madrugada, personal de la Fiscalía General de Justicia se vio sorprendida en la situación en la que se encontraban los menores.
De las 63 personas que encontraron en la vivienda, 56 eran niños, niñas y adolescentes, en cada cuarto se encontraban durmiendo entre 10 a 15 menores, hacinados, con cobijas que apenas y les alcanzaban para cubrirse del frío.
Las condiciones eran pésimas, insalubres, con basura, entre ropa sucia y animales de corral muertos. En un cuarto solo había una sola televisión para todos.
La situación en la que se encontraban contraviene a la declaración Derechos del Niño, 1959, en donde están plasmados las garantías a una alimentación, vivienda y atención médicos adecuados, educación y protección, entre otros.
Los menores no asistían a la escuela, incluso algunos ni siquiera están registrados.
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Los tres presuntos tratantes
En el operativo realizado por la Fiscalía General de Justicia fueron detenidos 11 adultos, pero este martes sólo tres quedaron en prisión preventiva.
Armando P. R de 42 años de edad, Olga P. R esposa de Armando y Annibal P, hijo, señalados como los supuestos cabecillas de la red de trata de personas en su modalidad de explotación laboral, y están a la espera de la determinación de su situación jurídica al solicitar la ampliación del término constitucional en el expediente penal 627/2018.
En su declaración, Armando P. R dijo que era el abuelo de 28 de los menores, se dedica al comercio en la vía pública por el cual obtiene de 300 a 380 pesos diarios.
Los tres no asistieron a la escuela, por lo que no saben leer ni escribir, y negaron ser parte de una red de trata de personas. Aunque a Olga, esposa de Armando, le hallaron una credencial como miembro del Sindicato Libertad e incluso uno de los hombres al momento de su detención dijo gozar de la protección de este gremio.
Por su parte, los menores están bajo resguardo del DIF Estatal donde reciben alimentos y un lugar parar descansar, por ahora, alejados de su situación de maltrato y trabajo diario.
bl