Main logo

El día que Lázaro Cárdenas salvó a Rius de ser asesinado

A nada de ser fusilado por órdenes de Echeverría, el caricaturista liberado repentinamente con la ayuda del expresidente

Escrito en NACIÓN el

Eran los primeros días de 1969, Eduardo Humberto del Río García, mejor conocido como Rius, se encontraba en Calzada de Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, a la espera de un camión que lo llevara al despacho de un abogado, pues sospechaba que una editorial lo estaba defraudando.

Antes de que pudiera subir al pesero, un grupo de hombres armados aparecieron de la nada, lo detuvieron, lo subieron a una camioneta y arrancaron.

Dos camionetas más escoltaban el vehículo donde venía Rius. El caricaturista pensó en ese momento que lo llevarían a alguna delegación, pero no fue así, lo sacaron de la capital para llevarlo a un campo militar en Toluca, Estado de México.

Ahí militares lo interrogaron sobre posibles nexos con la guerrilla, en particular con Lucio Cabañas en Guerrero, a lo que él negó relación alguna.

Tras el interrogatorio, el cual duró horas, Eduardo del Río fue llevado a un vehículo repleto de militares, donde recibió amenazas de muerte porque le había faltado el respeto al, en ese entonces, presidente Gustavo Díaz Ordaz y al Ejército Mexicano.

A esas alturas, Rius ya iba con la mentalidad y resignación de no salir con vida de dicho escenario.

Hincado, con los ojos tapados y a nada de ser fusilado, Eduardo del Río fue liberado de la nada e incluso, antes de soltarlo, fue alimentado por los efectivos castrenses.

Tiempo después, Rius se enteró que el secuestro de aquel 29 de enero de 1969 fue ordenado por el secretario de Gobernación de la administración de Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, quien al año siguiente sería presidente de México.

Echeverría había relacionado a del Río García como dirigente del movimiento estudiantil de 1968, ya que los estudiantes le pedían caricaturas para repartirlas en volantes o imprimirlas en lonas durante sus mítines.

Tras le Matanza en Tlatelolco, recuerda el cartonero, el secretario de Gobernación hizo una lista con los supuestos sobrevivientes de las múltiples protestas de aquel verano de 1968, donde aparecía Rius.

La orden de Echeverría era desaparecer a cada uno de los sujetos escritos en la lista, en un primer paso para establecer lo que en su administración consolidó y llamaron “guerra sucia”.

El cartonero se mofa de ser el único de esa lista que no falleció o desapareció por órdenes de Echeverría Álvarez.

Sobre su repentina liberación, Eduardo Humberto del Río García confesó que intervino el expresidente Lázaro Cárdenas del Río, puesto que el general era familiar del caricaturista. La abuela de del Río García era prima de la mamá de Cárdenas del Río.

Al enterarse del secuestro, Lázaro Cárdenas llamó a Díaz Ordaz para pedirle que liberara sano y salvo a Rius.