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El dengue más agresivo que azota a Chiapas

De acuerdo con el Plan Nacional de Preparación y Respuesta frente a Enfermedades Transmitidas por Vectores, el aumento de migrantes sí es un factor de riesgo de introducción y circulación de los virus del dengue, chikungunya y zika, al igual que puede ser el cambio climático

Escrito en ESTADOS el

Aunque el número de muertes por dengue provocado por picadura de mosquito se redujo como en 50 por ciento en este 2019 comparado con el año pasado, es decir que de 40 caso pasó a 20 (hasta el momento), algo que enciende las alertas en Chiapas es que la enfermedad es cada vez más agresiva. 

Según datos de la propia Secretaría de Salud del estado, de enero a la fecha se contabilizan 2 mil 131 casos, 30 puntos porcentuales menos que en el 2018; sin embargo, poco más del 70% se trata de los virus del dengue con signos de alarma y el grave (en ambos se registran mil 555 incidencias). Los más “golpeados”: los menores de 14 años de edad.

Lo que ocurre en la actualidad, según la dependencia, es que los pacientes llegan “muy enfermos” porque sufren una extravasación o derramamiento de líquidos, y a pesar de que los sangrados no son “tan alarmantes”, sí son más mortales.

Además, otro “ingrediente” que ha complicado el panorama, es que antes la enfermedad se desarrollaba hasta el séptimo o décimo día, mientras que en la actualidad la sintomatología “pega el madruguete”: en tres o cuatro días un ser humano se puede agravar.

A nivel nacional y hasta el 18 de noviembre de este 2019, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha contabilizado 34 mil 449 casos (108 defunciones), mientras que en el mismo lapso pero de 2018 la cifra arrojaba poco más de 10 mil 500 (con 64 muertes). Jalisco, Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Puebla, agrega, concentran el 69% de los casos confirmados.

Incidencia se asienta más en Tuxtla Gutierréz

En este año, la incidencia ya no fue mayor en la zona costera de la entidad chiapaneca, como suele suceder periodo tras periodo, sino que ahora se asentó con más fuerza en Tuxtla Gutiérrez o en regiones como Las Margaritas, Motozintla (Sierra), Palenque, Pichucalco y Reforma.

Para Abel García Orozco, jefe del Departamento de Enfermedades Transmitidas por Vector en la entidad, no se trata de que el mosco haya mutado, sino que es una adaptación normal a los embates que el ser humano hace.

Abel García Orozco

Con base en unos estudios elaborados en la Costa de Chiapas el año pasado, identificaron que el dengue virus del serotipo 2, zika y chikungunya “están al acecho” constante, lo que deja más vulnerable a casi toda la demografía local que se compone de poco más de 5.3 millones de chiapanecos.

“Como veíamos que la situación era compleja, que los casos no disminuían, subimos las dosis de insecticida a los niveles más altos permitidos en Salud Pública, pero no hubo efecto, lo que nos obligó a rotar los insecticidas, aunque a la vez estudiamos a los mosquitos, y detectamos que el de Tapachula es más grande que el de otras zonas del estado”, detalló el especialista, quien achacó esta “mutación” al uso constante de esos químicos.

Calentamiento global y migración, factores de riesgo para el dengue

De acuerdo con el Plan Nacional de Preparación y Respuesta frente a Enfermedades Transmitidas por Vectores, el aumento de viajeros internacionales procedentes de áreas endémicas sí es un factor de riesgo de introducción y circulación de los virus del dengue, chikungunya y zika.

También consciente de que el virus no solo llegó para quedarse sino que cada vez será más violento en el cuerpo humano, José Antonio de Fuentes Vicente, investigador del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), advierte que incluso en las llamadas caravanas migratorias se pudieron (o aún pueden) “colar” especies de otras zonas.

José Antonio de Fuentes

De hecho, refiere que esto ocasiona que colonicen en la geografía chiapaneca y como la población local no está acostumbrada a convivir con dichas especies foráneas, se crea otro problema.

Pero la problemática es más grave de lo que parece, pues un factor que influiría más en que no solo ésta, sino muchas enfermedades abarquen más espacios y sean más mortíferas, se debe sin duda al cambio climático, como lo revelan estudiosos y las mismas dependencias en materia ambiental y de salud.

En ese sentido, el también doctor en Ciencias por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comenta que por lo regular se habla de cómo el calentamiento global afecta la producción de comida, la calidad del agua, pero poco se toca la parte de cómo se generarán males.

“Más aún con aquellas enfermedades donde participa un insecto vector, háblese de mosquito, garrapatas y chinches, y sobre todo en Oaxaca y Chiapas, donde el dengue, el mal de Chagas y la malaria están presentes”, especifica.

Basado en diversos estudios epidemiológicos, asevera que el aumento de la temperatura contribuirá a que el mosquito sea más susceptible a contraer el virus, lo que provocará una propagación más rápida y “voraz”.

Y no solo eso: otros insectos como moscas o garrapatas o chinches también se expandirán en su distribución, es decir que su enfermedad abarcará sectores donde antes no tenían presencia, “lo que se convertirá en una tarea titánica de vencer”, dice.

Aunque el experto de la Secretaría de Salud, Abel García, descarta esta aseveración: “No tiene nada qué ver eso, los mosquitos son de acá, no vuelan más de 200 metros, están en una zona, y es muy raro que migren de un continente a otro, pues viven sobre una circunferencia”.

Incluso habla de que cuando se agudizó el tema de las caravanas migrantes se implementaron cercos de vigilancia epidemiológica en Tapachula y en otros lados, durante los cuales, según él, no se detectaron enfermos de dengue, pues de lo contrario no hubieran llegado a su destino porque lo hacen a pie, y con sufrimiento.

Migración en Tapachula

De hecho, refiere que las “epidemias” registradas en países centroamericanos en las últimas semanas o meses se deben a que apenas entró el serotipo que, desde hace dos años, ya “fluctúa” en tierras chiapanecas.

Según él, no se ha detectado entre la población africana migrante algún caso de fiebre malaria, aunque sí hubo uno pero que ya venía enfermo desde hace un año de su país.

“La cuestión es que allá esa enfermedad está más resistente por la forma de medicación, que era más dura; pero acá, como en el 2016 hubo casos de zika y mayaro, nuestro sistema ya reacciona más rápido”, advierte.

Contagio por relaciones sexuales, "una locura"

Hace unos días, el diario español El País publicó una información sobre el supuesto primer caso de dengue por transmisión sexual, lo que generó revuelo entre los usuarios de las redes sociales en todo el mundo.

Para los expertos entrevistados, es complicado determinar esa situación, debido a que, los insectos están en todas partes; “hasta donde sé, por líquidos seminales no se transmite la enfermedad, y de seguro (esa noticia) fue para llamar la atención”, argumenta Abel García.

Sin duda, explican que no hay mejor “panacea” o “blindaje” que seguir las recomendaciones básicas: “lava, tapa, tira y voltea”, es decir eliminar cualquier tipo de recipiente en donde se pueda reproducir el zancudo, e incluso usar mosquiteros.

Lo que ya no debería de suceder, externa de nueva cuenta José de Fuentes, es que el dengue “siga matando personas, lo que es increíble”; pero, según él, esto va más allá: se debe de “romper esa barrera” entre el sector Salud y las academias para trabajar de la mano, mejorar el panorama y evitar especulaciones.

“Porque no sabemos en realidad cuánta gente está infectada, cuánta gente se está muriendo, y eso es más grave”, remata el estudioso.