En el kilómetro 190 del tramo carrertero Tuxtla-Ocozocoautla opera una vía como distribuidor vial, la cual conduce a distintas zonas de la región, como Berriozábal, Ocozocoautla, Ciudad Maya, Tuxtla Gutiérrez, Villa Flores, Cintalapa, Arriaga y Coatzacoalcos.
Puedes leer: En pandemia, escasea agua en Chiapas por concesión a Coca Cola
Pero también es un punto peligroso. El año pasado se registraron más de 80 accidentes carreteros, ocho muertes y 22 atropellamientos. Es por esta razón que a este distribuidor vial lo conocen como “El Crucero de la Muerte”.
Según los pobladores, el nombre “Crucero de la Muerte”, lo obtuvo debido a los diversos accidentes automovilísticos que se han registrado en esa zona, que han provocado un alto número de muertes por percances de tránsito.
En este punto no existen semáforos, vibradores o topes. Además, la falta iluminación provoca el aumento de la inseguridad, con un aumento en el registro de asaltos o robos.
En el lugar tampoco hay policías de tránsito que brinden apoyo a quien lo necesite.
Además de que la ciudadanía, dedicada al comercio o a acude a su trabajo y se dirige a pie, pone en riesgo su vida al pretender esquivar o ganar el paso a los vehículos.
También, los estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria se unen al peligroso escenario. Tratan de llegar a tiempo y cruzan corriendo la enorme carretera.
El transporte, como autobuses o combis que los peatones tienen que tomar por la zona, los llevan no solamente a Berriozábal sino también a Ocozocoautla, Ciudad Maya, Tuxtla Gutiérrez, Villa Flores, Cintalapa, Arriaga, Coatzacoalcos, por mencionar algunos.
(Especial)
Trabajadores, estudiantes, familias, y demás usuarios que se dirigen a la zona día con día que utilizan esta vía para tomar sus camiones que los llevan a sus domicilios, centros de trabajo o escuelas.
Una familia que vive cerca del crucero, señalaron que motociclistas y vehículos pasan a velocidades muy elevadas, lo que pone en peligro la integridad física de los caminantes y de los mismos conductores.
“Las casetas que sirven de paradas carecen visibilidad, la gente y nosotros, tenemos que pararnos en las orillas de las carreteras para que los conductores de los camiones nos levanten, es peligroso porque en ocasiones no nos miran y se pasan de largo y llegamos tarde a nuestros destinos, debido a que todo está oscuro en las mañanas y la iluminación en la noches y madrugadas no nos ayudan” dijeron un par de hermanos estudiantes que se transportan a diario a sus escuelas en Tuxtla Gutiérrez.