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El calvario para denunciar el abuso sexual de una niña de 12 años

Para Ana ha sido un tormento denunciar el abuso sexual de su hija de 12 años; la denuncia se encuentra atorada en procesos tardados y por la falta de credibilidad a la palabra de la niña que fue víctima

Escrito en ESTADOS el

Una denuncia presentada en noviembre de 2019 por abuso sexual infantil, podría tener justicia seis meses después de ocurridos los hechos. Los procesos tardados y la falta de credibilidad en la palabra de las y los niños, son vicios del sistema que causan impunidad en este delito que aumenta en Oaxaca.

"Yo siento un coraje que no sé cómo explicarlo, no sólo por el abuso sexual de la persona hacia mi hija, sino por la lentitud de las autoridades para actuar. ¿Tendría que haberla llevado sangrando o muy mal para que el proceso hubiera sido más rápido?”. Se cuestiona Ana, quien ejemplifica sólo uno de los cientos de casos en donde el acceso a la justicia es como llegar a una meta muy lejana.

La mujer empuña las manos. Toma aire, traga saliva para no explotar de impotencia. Desde la interposición de la denuncia en noviembre de 2019, hasta la segunda audiencia programada para abril de 2020, habrán pasado seis meses de los hechos, y la sanción para el imputado -de acuerdo con lo establecido en el Código Penal de Oaxaca- podría ser menor a los cinco años de cárcel, debido a que la víctima fue considerada como adolescente. 

Actualmente, el abusador sexual se encuentra libre, habitando a sólo una cuadra de la casa de Ana y su hija. ¿Cuántos casos como éste no han terminado en feminicidios por la lenta actuación de las instancias de procuración de justicia?, ¿cuántas niñas no han recurrido al suicidio para escapar de sus agresores?, ¿cuántas menores de edad son sólo estadísticas de asesinatos ante la desconfianza a denunciar?

El calvario de una denuncia

Ana de inmediato acudió a denunciar ante el Ministerio Público, sin embargo, no había personal para abrir la carpeta de investigación, así que se tuvo que desplazar hacia Ciudad Judicial para iniciar el proceso. En su declaración, la niña relató lo ocurrido. Las pruebas psicológicas realizadas en el MP, confirmaron el daño.

A inicio de enero de 2020, al realizarse la primera audiencia, el imputado se reservó el derecho a declarar; después -a través de sus abogados- declaró sólo para negar los hechos, sin embargo, ante las pruebas presentadas por Ana, el hombre fue vinculado a proceso. La próxima audiencia se realizará hasta abril.

Lo anterior no es garantía de sanción, considera Ana, quien incluso teme que no le sea impuesta como pena el encarcelamiento.

“Eso no se me haría justo. No sería justo que él ande como si nada en la calle y que sólo pague una multa por lo que hizo. Sería un mal mensaje, como darle permiso para que siga abusando de más niñas”.

Como Ana y su hija, la mayoría de los casos de abuso sexual infantil se encuentran atorados en procesos tardados y la falta de credibilidad a la palabra de las y los niños, son vicios del sistema que permite impunidad.

Las madres de familia que tienen que pasar por estos procesos son calificadas de "locas", mientras que a los menores que son víctimas, se les acusa de mentir en sus declaraciones, hechos que desalientan la denuncia y por ende, la sanción a los responsables.

Para Ana, lo establecido en el Código Penal de Oaxaca, a pesar que en octubre del año pasado la 64 Legislatura local endureció las penalidades sobre el abuso sexual infantil, deja en vulnerabilidad a las adolescentes, pues sólo se sanciona con severidad cuando se trata de menores de 12 años de edad. 

Tras la reforma, el artículo 241 del Código Penal aumentó la sanción de 7 a 12 años, a 8 y hasta 15 años de prisión. “La pena será impuesta hacia quien cometa el delito de abuso sexual infantil contra una persona menor de 12 años de edad, incapaz o cuando se realice en persona que no tenga la capacidad de comprender el significado del hecho”.

Delitos de abuso sexual, sólo 5% son denunciados

El abuso sexual infantil en Oaxaca es un delito que va al alza, sin embargo, se calcula que sólo un 5 por ciento de los casos son denunciados, entre otras cosas, porque no creen en la palabra de las niñas y los niños, por encubrir a algún integrante de la familia (quien regularmente es el victimario), por desconfianza en las autoridades -lo que los lleva a hacer justicia por propia mano-, o porque los menores viven en silencio el abuso.

De acuerdo con datos del Centro de Estudios para el adelanto de las mujeres y la equidad de Género de la Cámara Federal de Diputados, en Oaxaca el 12.2 por ciento de las niñas de 6 a 9 años declaró que algún miembro de su familia tocó su cuerpo, mientras que el 15.9 por ciento de los niños dijo lo mismo. Dichas cifras ubican a Oaxaca en el cuarto lugar por incidencia de este delito, sólo por debajo de Guerrero, Michoacán y Chiapas.

Según la Fiscalía General de Justicia del estado, en 2017 se iniciaron 2 mil 288 carpetas de investigación por diversos delitos contra mujeres, niñas y niños, de las cuales 153 corresponden a abuso sexual contra niños y niñas.

“Hay una normalización e invisibilización de la violencia sexual. Lo anterior genera que no sea una problemática que salga a la luz rápidamente. Tenemos un déficit muy grande en los espacios en donde las niñas y los niños conviven, como son los espacios en la familia, en donde no hay una educación en prevención de este delito y tampoco se brindan herramientas para educar en la denuncia”, señaló Ana María Hernández Cárdenas del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad.

Por otro lado, agregó que hay una visión misógina del poder judicial para sancionar este tipo de delitos. Hay casos como en donde se consideró que no había delito de abuso, de parte de un funcionario sobre una niña, descartando la violación de su intimidad y de su cuerpo. "Existe una normalización social y judicial", lamentó.


(Brenda Lugo)