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El calvario de una pareja gay para registrar a su hijo en Cuernavaca

Sofía y Yaneli atravesaron un calvario para poder registrar a su hijo Lucca ante el Registro Civil de Cuernavaca, pues denunciaron discriminación y burocracia

Escrito en ESTADOS el

CUERNAVACA.- A mediados del 2018, Sofía y Yaneli, que conforman legalmente una familia igualitaria, decidieron tener un bebé. 

Ellas tenían un plan para cristalizar su deseo de tener familia, sabían que no sería sencillo, pero nunca imaginaron verse envueltas en un calvario legal tan largo, cansado y angustiante, para poder garantizar lo básico a su primogénito “su identidad jurídica”.

Ambas, promotoras de la marca Nestlé, se conocieron en el trabajo y el 27 de enero del 2017 unieron sus vidas en matrimonio en el Registro Civil de Cuernavaca.

Para junio del 2018 iniciaron todo un procedimiento para que Sofía se convirtiera en la madre gestante; buscaron una clínica especializada y por esa vía contactaron a un donante.

En noviembre de ese año, seis meses después, confirmaron el embarazo. “Fue un momento de mucha felicidad”, recuerda Sofia. Y entonces empezó la aventura.

(Cuartoscuro)

“Yo disfruté mucho mi embarazo, no tuve ningún problema, lo único que pensábamos era que nuestro hijo o hija, lo que fuera, estuviera sano”, dijo.

Buscaron nombres para niña y para niño, y a los cinco meses de gestación se enteraron que sería un niño. Entonces eligieron el nombre del bebé: Lucca (que significa iluminado por Dios o el que resplandece) Yoel (jehová) parte fundamental en un ser humano para tener una identidad propia.

Arreglaron todo para el alumbramiento. El 2 de julio del 2019, Lucca Yoel nació. “Fue un gran momento para nosotras, de mucha felicidad y amor”, platica Sofía a La silla Rota.

Yanely de inmediato se apresuró a realizar los trámites para que el bebé fuera afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con el que tenía derecho a guardería, atención médica y control del niño sano. Pero le advirtieron que tenía un periodo de 40 días para presentar el acta de nacimiento de Lucca, de lo contrario le sería dada de baja su afiliación.

Y mientras disfrutaban a su pequeño y Sofía se reponía, reflexionaron en lo que podría pasar cuando se presentaran a registrar a su hijo.

“Nos imaginábamos que no sería sencillo, sabíamos que existía un 90 por ciento de posibilidades de que nos negarán el registro y un 10 por ciento de que no tendríamos ningún problema”, recuerdan.

En busca de la identidad jurídica

A los 20 días de que Lucca había llegado a este mundo, sus dos madres se presentaron ante el Registro Civil número 01 de Cuernavaca, situado en la sede oficial del Ayuntamiento, para registrar al menor y les entregaron un formulario que debían llenar.

“Observamos que era el tradicional formulario, que no está adaptado a nuestra situación de pareja, viene un apartado para el nombre de la madre y el padre, no para dos mamás y también pensamos que no tendrían uno”, dijo Sofí.

No les quedó de otra más que llenarlo y adaptarlo: Sofía en el apartado de nombre de la madre y Yanely en el apartado para el nombre del papá. Entregaron el formulario y la encargada lo recibió.

Unos minutos más tarde les informó que no era posible realizar el registro.

“Nos dijo: ‘no podemos llevar a cabo el registró del menor como hijo de personas del mismo sexo puesto que no lo permite la Ley y nosotros no podemos infringir las leyes’”, recuerdan casi de manera textual amabas madres.

No les dieron ningún documento en el que constará que les estaba negado el servicio.

Para ambas fue un momento impactante, a pesar de que lo esperaban, “fue una mezcla de tristeza y coraje”.

“Para nosotras estaba claro que nos estaban discriminando por ser una pareja igualitaria pero lo peor es que estaban violentando los derechos de mi niño a su identidad, al derecho a la salud y muchas prestaciones”, detalló una de las madres.

Salieron de la presidencia municipal de Cuernavaca directamente a las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) para iniciar una queja, pero la sorpresa fue que en dicha dependencia no sabían a ciencia cierta cómo atender el asunto debido a que nunca había tenido un asunto similar. 

Iniciaron la queja, pero vincularon a la pareja con las autoridades del Poder Judicial donde les fue asignado un abogado. Y así inició la lucha legal para lograr obtener el registro de Lucca.

A contra reloj, porque los 40 días se agotaban, presentaron un amparo ante la autoridad judicial.

Ante el proceso legal, el Ayuntamiento de Cuernavaca respondió que “no tenían registro de que la pareja se hubiera presentado y que, si lo hubiera hecho, habría realizado el registro”. La autoridad mentía.

Para este momento Lucca se quedó sin seguridad social y por ende sin guardería y sin control del niño sano, además sin derecho a formular que en la empresa en la que laboran sus madres les otorgan y seguro de gastos médicos mayores, entre otras prestaciones por no tener un acta de nacimiento con los apellidos de sus madres.

Sofía se vio obligada a renunciar a su trabajo puesto que no tenía con quien dejar a su bebé.

La pareja decidió dar batalla y entonces buscaron ayuda y recurrieron a Violeta Sánchez Luna, titular de la Dirección de Atención a la Diversidad Sexual del Gobierno de Morelos, quien además de darles acompañamiento, fortaleció el segundo amparo presentado en octubre y admitido hasta el mes de noviembre prácticamente en vísperas de las fiestas decembrinas.

El proceso transcurrió durante los primeros meses del 2020 y la familia resistía.

Todo se agravó cuando llegó la pandemia del covid-19, en marzo todo era caos y los juzgados al igual que el resto del país se paralizó.

“Viví momentos de preocupación porque si de por sí era preocupante que no tuviera seguro social, frente a un virus mortal era mucha vulnerabilidad, mi esposa siguió saliendo a trabajar, incluso yo tenía (los primeros días de la pandemia) que salir a verificar trámites del proceso y con el riesgo, como todos, de contagiarnos y pensaba en qué pasaría si mi bebé se contagiara”, recuerda Sofía.

Las madres refieren que pasaron meses de incertidumbre.

“Todos los días revisábamos la página del poder judicial, hacíamos llamadas, enviamos correos para saber si había algo, pero nada, todo parecía incierto”, añadió.

Una esperanza para la comunidad LGBTT+

A finales de mayo salió la resolución y la sentencia fue a favor de la parte afectada.

Pero aún faltaba la notificación oficial que llegó el 31 de julio y todavía tuvieron que esperar 10 días hábiles que establece la Ley, tiempo en el que el Ayuntamiento de Cuernavaca podía inconformarse.

El pasado miércoles 19 de agosto, Yaneli y Sofía acudieron al Registro Civil número 01 de Cuernavaca, para finalmente registrar al pequeño de un año y un mes de edad.

Después de un breve procedimiento, les entregaron el acta de nacimiento. Con ello, daban a Lucca su identidad jurídica a lo que todo ser humano tiene derecho en este país.

En este contexto, las madres hicieron un llamado a las autoridades estatales y municipales, incluido el Poder Judicial y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos a que faciliten el proceso a las familias igualitarias.

“Me gustaría que les dieran más facilidades a las parejas. Hubo discriminación y aseguran que defienden los derechos de los niños, pero en realidad se los violentan”, dijo Yaneli.

La pareja está contenta de haber logrado sentar un precedente jurídico que podrá facilitar el proceso a otras parejas igualitarias y recordaron que, cuando ellas iniciaron esta lucha fue muy complicado porque no había ningún antecedente.

Un largo camino por recorrer

Violeta Sánchez Luna, titular de la Dirección de Atención a la Diversidad Sexual del Gobierno de Morelos, explicó que la sentencia declaró insubsistente el documento donde les negaron el registro (que significa que no está jurídicamente fundado y motivado), “es un asunto de interpretación”.

Indicó que, ahora se analizará si es viable que se legisle en el Congreso del Estado para que se establezca lineamientos claros que permitan el registro de hijos de parejas del mismo sexo o para que los municipios en el Registro Civil modifiquen los criterios y se evite que las parejas tengan que iniciar un proceso jurídico, que al final van a ganar porque ya existe un antecedente que es el caso de Lucca.


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