En Yucatán, Jessica sigue intentando recuperar la custodia de su hijo. Su expareja le quitó –de manera ilegal- al menor desde el 2015, y a pensar de las demandas, las autoridades le dieron la custodia al padre, denunciando también omisiones por parte de las autoridades.
En junio del 2015, Bryan tenía dos años y medio cuando fue alejado de los brazos de su madre, Jessica González Rodríguez. Durante año y medio no pudo tener ningún tipo de contacto con su hijo, ya que su padre Aaron David Rejón Rosado, no lo permitía.
“Se lo llevaron cuando tenía 2 años y medio, yo no tenía fotos, llamadas, no había escuchado su voz, no tenía una sola foto de mi hijo, no sabía dónde vivía ¡Era un infierno porque estas año y medio sin saber nada de tu hijo!” declaró Jessica en entrevista con La Silla Rota.
Desesperada por no poder recuperarlo, en octubre de ese mismo año denunció ante la autoridad competente la retención y sustracción del menor, pero esto de poco sirvió. En el 2016 recibió la notificación del juicio de guardia y custodia promovido en los juzgados de lo familiar en Mérida, Yucatán.
“Contrate a mi primer abogado para meter la denuncia por la retención y sustracción de menor y nunca me dijo que solicitemos la guardia y custodia. Yo no sabía antes, confíe en su trabajo. Metí el escrito en octubre y cuando llega a Mérida, no le dieron seguimiento las autoridades. Posteriormente me llega la notificación en junio del 2016 solicitando la guardia y custodia de mi hijo” declaró Jessica.
Fue hasta el 21 noviembre 2017 que pudo reunirse nuevamente con Bryan, en una audiencia se fijó un régimen de convivencia de un fin de semana cada 15 días durante cuatro horas, también debía pagar una pensión de mil pesos al mes.
Casi cuatro años después, el 21 de enero del 2019, la jueza de lo familiar Claudette Ysela Escalante Pino le otorgó la guardia y custodia definitiva a su expareja, el monto de la pensión permaneció igual y las visitas aumentaron, otorgándole la posibilidad de pernoctar con su hijo el 50% de los periodos vacacionales.
Cabe mencionar que en la sentencia se consideró que, una denuncia de sustracción de menores sin condena no es una prueba.
Pero está no fue la única ocasión que Aaron Rejón se llevaba al menor sin su consentimiento, la primera vez fue en mayo del 2014. En aquel entonces ella decidió viajar a recuperarlo de Cancún, Quintana Roo a Mérida, Yucatán.
“Ya estábamos separados, yo vivía en Cancún y teníamos un acuerdo verbal en el que podía convivir con el niño los fines de semana o cuando quisiera. Se llevó a mi hijo sin avisarme y dos días intenté contactarlo, desapareció y fue hasta que logré localizarlo que me dice que se trajo al niño para que conviva con su familia”.
“Me dijo que no podía traerlo de vuelta porque se quedó sin trabajo, le comenté que no se preocupara que yo iría por él. Ya teníamos un año separados y estaba embarazada de mi segundo bebé, viaje con mis papás de Cancún a Mérida para recuperarlo”.
Recordó que intentó poner un escrito en los juzgados para dejar constancia de los hechos, sin embargo, el personal le indicó que debería hacerlo en el estado donde vivía, es decir, Cancún.
También en reiteradas ocasiones antes de la sentencia condenatoria, Jessica intentó acceder a su expediente, derecho que le fue negado. Incluso la secretaria de Acuerdos, Lina Patricia Díaz Vázquez, le sugirió no moverle más
“Me dice que no me preocupe, pero me recomendaba dejar las cosas como está, que lo más probable es que al menor se lo dejen al señor porque ya tiene una vida establecida aquí”.
Situación de la cual responsabiliza a la autoridad, ya que al momento de la denuncia nunca hicieron nada “Es algo que ellos provocaron porque desde la audiencia de desahogo de pruebas, presenté la prueba que se lo trajeron sin mi permiso y no hicieron nada, todos estos tres años que pasaron es a causa de ustedes por no dar una solución” enfatizó.
Resolución complica su situación económica
El fallo de la jueza no solo condena a Jessica a estar sin su hijo y a él sin ella, complica su situación económica. La distancia y el costo de los viajes para visitarlo cada fin de semana, más el pago de la pensión la han dejado prácticamente en la ruina:
“Con el tiempo y un proceso de 4 año y medio fui perdiendo empleos porque no te dan permiso cada 15 días para faltar, ni para cada audiencia. Perdí 3 empleos, ahora no tengo trabajo porque todos mis jefes se cansan”.
Incluso comenzó a hacer rifas para seguir costeando los gastos del juicio “Venir son 3 mil pesos cada quince días porque pago hotel, viáticos, autobuses y si le invito un helado, más el pago de la pensión. Empecé a faltar y solo vengo una vez al mes, porque decides entre pagarle la pensión o venir a verlo”
Actualmente Jessica continúa con la lucha para poder convivir con su hijo de ahora siete años, pesé a la sentencia que aumentó el régimen las horas que podría pasar con él y las temporadas de vacaciones que le corresponden junto al menor, el padre sigue sin entregarlo.
También promovió un amparo en contra del aumento de pensión, pues el 8 de octubre del 2019 aumentaron el monto de mil a tres mil pesos, cantidad con la que ella no cuenta debido a los gastos del juicio y de viajar a Mérida para visitar a Bryan.