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Eduardo, el músico que perdió el brazo por culpa de la delincuencia y negligencia médica

Además de ser víctima de la inseguridad que prevalece en algunas zonas de Chiapas, Eduardo se enfrentó a la incapacidad de las instituciones de salud pública, donde le negaron el servicio que pudo salvarle su brazo

Escrito en ESTADOS el

Tuxtla Gutiérrez.- Eduardo Anzá Gurguha es un joven chiapaneco apasionado de la música (piano y guitarra), la fotografía y el video. Su último trabajo, el cual incluso lo “subió” a la plataforma de “Youtube”, es uno sobre las tradiciones del Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo, la tierra de los parachicos y los chuntá. Pero, el pasado 22 de enero, cinco delincuentes lo golpearon hasta dejarlo inconsciente y con el brazo derecho casi cercenado.

Sin embargo, el originario de Tuxtla Gutiérrez y estudiante de la carrera en Ciencias de la Comunicación de la que, por cierto, egresaría en abril próximo, vio truncado su futuro primero, a manos de sujetos que lo asaltaron y golpearon y luego, por la negativa de atenderlo de urgencia tanto en el IMSS como en el ISSSTE, en este último donde, al final de cuentas, llevó su recuperación.

En entrevista exclusiva para La Silla Rota, Francisco Gurguha, su tío, habla del calvario que viven desde la madrugada de ese día, cuando su sobrino caminaba en el pleno centro de esa ciudad, acompañado de su novia y un amigo, y cómo los individuos, uno de ellos ya en prisión, los amedrentaron, hasta el grado de “ensañarse” con Edu, como lo conocen de cariño, quien no solo fue lanzado de un desnivel de casi metro y medio de altura, sino de golpearlo con mesas y otros objetos.

Tras dejar en claro que Edu era un joven sano, sin vicios y que incluso se solidarizaba con causas justas —en 2019 se dejó crecer su cabello para donarlo a infantes con cáncer—, lamenta que nadie lo defendiera del ataque, el cual se perpetró frente a una oficina de la Fiscalía General del Estado (FGE).

 Francisco Gurguha, tío de Eduardo

“Es un chavo noble, pero como mide 1.80 y está corpulento, pues estos tipos se fueron contra él, mientras el amigo de Edu pudo zafarse y buscar ayuda, pero cuando la policía llegó, era demasiado tarde: aparte de robarle la cartera, el celular, su reloj, lo dejaron tirado, con exposición del hueso de su brazo derecho”, rememora.

Hasta el momento, la FGE ha aprehendido a Óscar “N”, uno de los agresores del estudiante, luego de que se iniciara el expediente C.I.0032-27-0401-2020, con número de oficio 00168/07052020; además, se sabe que éstos son operadores de juegos mecánicos que eran parte de la Fiesta Grande chiapacorceña.

Antes de la desgracia que “truncó”, por el momento, sus anhelos, Edu había efectuado un trabajo, por siete años, de documentar toda esa festividad religiosa, desde los platillos típicos, hasta cómo se elabora una máscara de madera o la vestimenta del parachico.

Eduardo Anzá

Incluso, el joven le externó a varios conocidos y familiares que, durante todo ese lapso, observó y registró una serie de cambios en esa llamada Fiesta Grande de Enero, a la que acuden miles de visitantes, incluidos extranjeros, y uno de esos cambios “drásticos” fue el elevado consumo de bebidas embriagantes y la alta presencia de delincuentes, pues los robos durante los días que se celebra la misma, los asaltos eran continuos. 

“Él fue, por desgracia, una víctima más. Sólo iban a cenar unos hot dogs esa madrugada y ya; ni siquiera se resistió al asalto”, lamenta Francisco, quien funge como abogado defensor de su sobrino.

De acuerdo con versiones de algunos testigos, trascendió que los cinco sujetos que lo agredieron fueron detenidos esa noche y llevados a la Fiscalía de Distrito de Chiapa de Corzo, pero que al poco rato los liberaron. “Es, hasta el momento, un rumor, si así se quiere ver; eso dice la gente”, refiere.

En cuanto al agresor encarcelado, ya se celebró la primera audiencia de vinculación, pero éste solicitó la ampliación del término a 72 horas, y asimismo promovió otro recurso que se vencerá este jueves, día en que se efectuará una audiencia más con el juez de Control y otras autoridades.

Durante este tiempo, Francisco cuenta que se han dedicado a buscar más pistas y pruebas (fotos y videos), para dar con los demás responsables, quienes al parecer provenían de estados como Tabasco, Puebla y Veracruz, pues lo más criticable, advierte, es que las cámaras de seguridad del C4 no funcionen.

“Tenemos algunas imágenes de cómo quedó ahí mi sobrino, son lamentables, pero sabemos que de algo sirven para la investigación”, resalta.

El paso por la negligencia médica

Tras relatar que acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, instancia que comenzó una queja de oficio por este caso (CEDH/058/2020), Francisco relata otra situación “castrante”: el deficiente servicio de salud en la Unidad de Atención del IMSS del “5 de Mayo”, pues les negaron la atención con el argumento de que no llevaban el carnet, y que por ende de seguro el joven agredido no estaba afiliado.

Con la desesperación a cuestas, lo sacaron de esa clínica para trasladarlo al ISSSTE, donde también está afiliado, sin embargo un médico de guardia les aseguró que no lo podía recibir porque él no era el indicado para atender una cirugía de esa magnitud y que, por ese motivo, tenían que esperar como dos horas para que llegara el especialista adecuado. 

Es decir, desde la agresión transcurrieron al menos seis horas, tiempo suficiente para “salvarle” la extremidad y que no perdiera más sangre.

Estas acciones no quedarán “archivadas en el recuerdo”, debido a que Francisco advierte que, en breve, iniciarán una denuncia penal en contra del IMSS y del médico del ISSSTE que negó la atención, pues negaron uno de los derechos fundamentales explícito en el artículo cuarto constitucional: la atención a la salud, y una queja en la Comisión de Arbitraje Médico.

“Aunque mi sobrino sí estaba afiliado a ambas dependencias, si no lo hubiera estado, éstas lo debieron atender de todas formas” porque, de acuerdo con una reforma en el 2017, cualquier situación que pusiera en riesgo la vida de una persona, tiene que ser atendida a como dé lugar, considera.

Lo que más le duele y molesta, a la vez, es que ese galeno prácticamente se desentendió del caso, al grado que ni siquiera les recomendó a los familiares que canalizaran a Edu a una clínica particular para que le salvaran el brazo pues, según los paramédicos que lo trasladaron, aún movía los dedos.

Familiares exigen justicia

En la actualidad, uno de los temores de los familiares y seres queridos de Edu es que sus agresores sean parte de las estadísticas de casos que no obtienen justicia, es decir que son “beneficiados” por la impunidad, pues el arresto del que se habló se hizo con base en cuestiones administrativas, por lo que quedarían libres, sin cargos ni culpas.

Aunque Francisco sabe que será un trance complicado, tanto física como emocionalmente, no pierde la fe en que sortearán esta vicisitud, “porque este evento no solo le cambió la vida a mi sobrino, sino a nosotros, a sus padres, abuelos… mi hermana está deshecha, su esposo se enfermó…”.

También tiene fe en que la Fiscalía hará bien su labor, como según él lo ha “palpado” en el transcurso de estos días. “Queremos que se haga justicia, que incluso haya una reparación económica por el daño, porque a mi sobrino ya no le devuelven el brazo, ya no le devuelven la vida (sic)”.


(Brenda Lugo)