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Edilberto, bajo proceso seis meses en el Edomex, donde le fabricaron pruebas

El médico chiapaneco viajó al Edomex a brindar apoyo a contagiados de Covid-19; agentes del estado buscaron extorsionarlo, al no lograron le fabricaron delitos

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Edilberto Méndez Vargas partió al Estado de México con una misión: brindar su apoyo a personas contagiadas de covid-19, e incluso, prestarles equipo para superar las crisis, como tanques de oxígeno, pues se vivía la segunda ola de la pandemia.

Ese viaje altruista lo hizo junto a Carlos Abarca Guillén, su amigo y ayudante, el 16 de enero de este año, pero el médico de profesión de 29 años de edad nunca se imaginó que lo que comenzó como un acto de solidaridad, acabaría con extorsiones, amenazas, tortura y cárcel (fue detenido el 9 de febrero de este mismo 2021) por parte de elementos policiacos.

Aunque el pasado 3 de agosto un juez lo exoneró de todos los cargos imputados, desde cohecho hasta robo de vehículo, rememora el viacrucis que sufrió ante la justicia mexicana, solo por querer ayudar a los ciudadanos del Edomex, pues Chiapas en ese instante se mantenía en semáforo epidemiológico verde y consideró que tenía que estar allá, donde hace algunos años vivió en su época estudiantil.

Decide rentar una casa con su amigo, pero se regresa unos días a la entidad chiapaneca porque su suegro se contagió de SARS Cov-2 y lo tenía que apoyar. Cuando retorna al Edomex, comienzan las llamadas por teléfono de gente que le decía que pertenecía a organizaciones criminales, para advertirle que estaba “bien ubicado” y que “con cuánto se tenía que mochar”.

Con el miedo encima, Edilberto se encierra durante tres días. En ese lapso, las amenazas continuaban. “¡Te vamos a chingar!”, fue uno de los tantos mensajes que recibió.

Cuando decide salir, es interceptado por al menos ocho vehículos, de donde descendieron varios sujetos, vestidos de civiles, que los empezaron a golpear, e incluso hay imágenes en donde Carlos presenta lesiones en el rostro. “Yo me cubrí la cara, por eso no me quedaron marcas, pero sí me dieron en el cuerpo”.

DE PRISIÓN EN PRISIÓN

Sin mostrarles una orden de aprehensión, elementos de la Fiscalía de Ecatepec levantan a Edilberto y a Carlos por el delito de robo de vehículo. “Pasamos mucho tiempo sin comunicarnos con nuestros familiares”, confiesa.

Pese a que presentó una serie de pruebas, la autoridad se negaba a recibirlas; una de ellas es que el delito de robo de auto estaba registrado el 14 de enero en el Edomex, cuando él llegó ahí dos días después, lo que puede comprobar con el boleto de avión marcado con el día 16 de ese mismo mes.

“Luego me abren otra carpeta de investigación por posesión de armas de fuego y drogas”, lamenta el profesionista, quien obtiene su libertad, pero al salir, lo detienen de nueva cuenta y lo llevan a una cárcel preventiva en Coacalco.

Tras obligarlos a firmar unos documentos con la promesa de no molestarlos más, de nueva cuenta los dejan libres, sin embargo, ya los esperaban las patrullas por robo de vehículo agravado con violencia. “Me meten, me graban, y me llevan al Reclusorio Norte de Tlalnepantla de Báez Barrientos”, donde estuvo preso por 14 días.

MOVILIACIONES EN TUXTLA

Todo este calvario provocó que familiares, amigos e inclusive pacientes de Edilberto y Carlos salieran a las calles de Tuxtla Gutiérrez para levantar la voz, y a la vez enseñar las pruebas que los exoneraban de toda culpa, como facturas de los tanques de oxígeno que llevaron al Edomex, el boleto de avión que lo exime del robo de auto, las sábanas de llamadas que efectuó y el registro en un hotel de Villahermosa, Tabasco, en donde estuvo durante un par de días.

Incluso, suplicaron el respaldo del gobierno del estado, que encabeza Rutilio Escandón, pero “se lavaron las manos” al decir que ese asunto prácticamente no era de su competencia. No obstante, las protestas continuaron conforme transcurrían los días de encierro de Edilberto y Carlos.

Si a alguien le tiene que agradecer en cierta forma su libertad, es a la Fiscalía Anticorrupción de Toluca que lo apoyó en la presentación de las pruebas, acción en la que invirtieron al menos seis meses, “la verdad fue un milagro el que quedara libre, estuve 17 días encerrado porque la autoridad utilizó hasta falsos testigos, me hicieron hasta un reconocimiento fácil, es decir, hicieron todo lo posible para que yo quedara como culpable”.

Edilberto se defendió hasta donde pudo, y fue así que el Poder Judicial del Edomex lo deja en libertad el 3 de agosto pasado, e incluso le ofreció una disculpa pública.

Sin embargo, a poco más de tres meses, aún siente miedo de salir a las calles, “porque es como luchar contra un gigante, como un monstruo”, acepta el galeno, quien prefiere continuar con su vida, pese a que no le resarzan el daño con un pago económico, como lo estipula la ley. “Nunca volveré al Edomex, ni aunque me pagaran”.

Lo que sí continuará, dice, es su labor altruista en Chiapas y Oaxaca, donde también ha llevado apoyo para quienes se enfrentan a la pandemia y no tienen la forma de solventar los gastos que ésta genera.

esc