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CHIAPAS

Doña Manuelita, “remó contracorriente” para ser la “mera mera” de los tacos en Chiapas

Entre 2020 y 2021, la participación económica femenina creció 15.7%; mujeres emprendedoras son propietarias de un tercio de las Mipymes

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Manuela Méndez Zorrilla, originaria del municipio de Ocozocoautla, Chiapas, sabe bien lo que es “remar contracorriente” y demostrar de qué están hechas las mujeres como ella, pues desde hace casi 50 años, con sus tacos especiales de res (los vendía a 60 u 80 centavos y hoy a 12 pesos), alimentó, protegió y educó a su hija e hijo, quienes en la actualidad tienen profesión, familia y empleo seguro.

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En 1974, recuerda la mujer en una entrevista con La Silla Rota, incursionó en la venta de tacos, pero de puerco, y lo hizo junto a su esposo Carlos Espinosa León, con quien atendía a sus clientes desde una caseta de madera en su localidad de origen, cerca del Parque San Antonio y de un cine que ya se extinguió.

(Foto: Christian González)

Dos años después, a ambos se les ocurrió una “fórmula secreta”, los tacos pero de res con un adobo especial, lo que provocaría que la clientela “cayera rendida” ante el sabor.

Sin embargo, la vida de Manuela cambió de forma radical porque su cónyuge falleció a los 31 años de edad (en la actualidad tendría 77), por lo que se enfrentó a una cruda realidad: ella sola tenía que cuidar y mantener a sus pequeños hijos.

(Foto: Christian González)

Pero no era una tarea sencilla, pues para ello no debería de “soltar” la taquería y, de paso, encargarse del ganado que poseía en un ranchito. “No me decaí, le eché ganas; además, me encanta cocinar”, comenta quien, como se casó joven, solo culminó la primaria.

MUJERES, EL DOBLE MOTOR DE SU HOGAR

A pesar de que las brechas de desigualdad aún son importantes en casi todos los ámbitos comparado con los varones, las mujeres mexicanas, y sobre todo las chiapanecas, han avanzado de forma significativa, principalmente en el tema laboral.

 

Sin duda, la presencia de la mujer no solo en el hogar, sino en la parte laboral, ha rendido sus frutos. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la tasa de participación económica del sector femenil creció, entre el 2010 y 2020, alrededor de 15.7 puntos porcentuales, es decir pasó de 33.3% a 49.0%.

Además, advierte, las mujeres emprendedoras, como el caso de Manuela, son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (Mipymes), y ocupan 24.7% del personal en este tipo de empresas.

(Foto: Christian González)

Para Jorge López Arévalo, catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), siempre ha existido un regazo en la incorporación de la mujer al mercado laboral, “se puede decir que ellas participan en menor porcentaje que los hombres”.

En el caso de Chiapas, aseveró, es aún peor, lo que tiene que ver con el grado de desarrollo relativo; “apenas tres de cada diez mujeres están ocupadas; en cambio, los varones, se ubican a la inversa, pues se habla de siete de cada diez”, ataja.

En sociedades más avanzadas, detalló, la injerencia del sector femenino en el contexto de trabajo alcanza el 50% o un poco más, cuando a nivel nacional, insistió, cuatro de cada decena de damas son ocupadas laboralmente.

A esto se le suma que muchos de los empleos que se generan en la entidad chiapaneca están precarizados, lo que ha conllevado a que las tres cuartas partes de la población se mantenga en la tasa de informalidad, lo que también afecta a las mujeres. “A mayor rezago en el país, mayor trabajo doméstico, lo que es una característica de Chiapas”.

Por su lado, Irma Cancino Ramírez, docente e investigadora de la escuela Bancaria y Comercial (EBC), advirtió que, pese a que en muchos casos existen los mismos niveles jerárquicos y de responsabilidades, los sueldos de las mujeres presentan una diferencia del 50% o menos comparado con los de los hombres.

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Lo que no se puede negar, apuntó, es que la mujer ya es una fuerza que suma en la economía familiar, y cada vez es más fuerte, “porque el mismo esposo ya no se da abasto, por la misma alza de precios, por la carestía, todo lo que sufrimos con este entorno económico tan cambiante; o por el mismo empoderamiento de la mujer”.

De hecho, reconoció que las mujeres siempre han trabajado en todos los ámbitos, aunque no sea de una manera formal, “yo lo vi desde mi mamá, que si vendía ‘Avon’ o ‘Fuller’; que si hacía sus tejidos y los comercializaba, pero era cuestión de que nunca le faltara un dinerito de dónde echar mano en caso de que a papá ya no le alcanzara”.

CONTRA LA PANDEMIA

Durante el año 2020, más de un millón de mujeres dejaron o perdieron su trabajo, lo que significó una disminución del 5.2% en la cifra de mujeres ocupadas.

 

No obstante, a Manuelita, la segunda de cinco hermanas y un hermano (ya fallecido), no le impactó de manera negativa, sino todo lo contrario. “Yo me alejé un año durante la pandemia, me encerré en un rancho, pero no dejamos de abrir los negocios”, agregó.

De hecho, ella está consciente de que el esfuerzo le ha dado grandes “regalos”, pues en la actualidad cuenta con dos sucursales en su mismo pueblo, y ya piensa expandirse a Tuxtla Gutiérrez, la capital chiapaneca, donde espera captar a cientos o miles de clientes.

(Foto: Christian González)

Aunque aún no cuenta con establecimientos más allá de Ocozocoautla, la mujer de 74 años de edad presume que su sazón, la cual heredó de su madre y abuela, ha llegado a otras entidades de México o de otros países como Canadá o Las Bahamas, “se los llevan hasta allá, ¡en serio!”, dice.

SU MADRE, UN GRAN EJEMPLO

Carlos Espinosa Méndez reconoce la dedicación de su madre Manuela, quien es un ejemplo no solo para él, sino para su hija y su hermana Nely, quien atiende una de las dos sucursales.

 

“Todo es constancia, y prueba de ello es que abrimos al menos 350 de 365 días que tiene el año; casi no se descansa, solo en fechas especiales, como el Día de las Madres”, revela.

 

 

 

Además, advierte que su hija, en la actualidad de 14 años, pretende estudiar la licenciatura en Administración de Empresas y, en un futuro no lejano, encumbrar aún más el negocio de su mamá y de toda su familia. 

Para él, dice, hay otras fórmulas mágicas que han aprendido para no decaer, “mi mamá también nos ha enseñado algo muy importante: todo lo que se elija para el negocio que sea de calidad, siempre, como la carne; además, tratar a los clientes como familia”.

(Foto: Christian González)

Mientras que Manuelita aún no piensa en tirar el mandil, por lo que seguirá al frente de sus negocios, “hasta que Dios quiera”, y de ahí revelarle a sus vástagos cuál es la receta secreta que los mantendrá en el éxito; “ya la escribí, pero aún no se las daré, aunque ya creo que es tiempo que la sepan”, confiesa, acompañada de una leve sonrisa. 

De nueva cuenta y entrevistado por aparte, Jorge López Arévalo, economista, advierte que, pese a que hay casos de éxitos como el de Manuela, es imposible que, para la mayoría de las mujeres, haya una solución a corto plazo, es decir que sean beneficiadas con empleos dignos.

“Y digo que la economía de Chiapas no solo es la más pobre del país, sino que es la economía que no crece, y eso nos lleva a que no se generen empleos, como una especie de círculo vicioso, como una serpiente que se muerde la cola”.

 

(djh)