PACHUCA. - Desde muy temprano, su esposa e hija prepararon las tortas. Primero, cortaron los bolillos, les quietaron el migajón para agregarles mayonesa, jamón, aguacate, jitomate y unos chiles en vinagre; mientras, Don José, las iba envolviendo en servilletas, para meterlas en una bolsa de plástico junto con una botella de agua.
Estos lonches los fue acomodando, uno por uno, en hileras de cinco dentro de dos cajas de huevo San Juan. Una vez que estuvieron llenas, las cerró y las subió a la batea de su camioneta.
Salió a las 10 de la mañana de su casa. Fueron 34 kilómetros que recorrió, de Tulancingo a Pachuca, en su automóvil para llegar al centro de distribución Infra, ubicado en la colonia Maestranza para repartir lonches a las personas que esperaban su turno para abastecer un tanque de oxígeno que ayudara a la recuperación de algún familiar enfermo de la covid-19.
“Es un pequeño apoyo para la gente que tiene enfermos de covid-19. Como está la situación de la pandemia, uno no sabe y el día de mañana a uno le puede tocar vivir esta situación. Sé que es pesado (estar esperando), este lonche es para que la gente sienta apoyo, que no están solos”, dijo el samaritano.
El hombre veterano, que usa gorra blanca, suéter gris, pantalón de mezclilla y que, para protegerse de contagios, lleva dos cubrebocas puestos y guantes de látex, repartió en menos de 10 minutos las más de 20 bolsas con el almuerzo a las personas que llegaron desde las 7:00 horas a formarse afuera del centro de distribución de tanques de oxígeno en Pachuca.
Don José. (Foto: Antonio Alcaraz)
Sí he tenido familiares enfermos, un hermano y varios primos que han salido adelante… pero también ha habido conocidos que lamentablemente han fallecido. Por eso, es que nos estamos solidarizando con la gente”, dijo en entrevista con La Silla Rota Hidalgo.
Para Don José, quien no dio su apellido a fin de evitar ser protagonista, comentó que viendo noticieros se ha enterado del tormento para conseguir un tanque de oxígeno que ayude a sus enfermos.
“La gente está formada esperando muchas horas y este lonche es un pequeño apoyo, es poner nuestro granito de arena que mi familia y yo hacemos para solidarizarnos y decirles: No están solos, tengan mucha fe, sus enfermos van a salir adelante y estamos con ellos”, dijo.
Este hábito de ayudar a los demás no es nuevo. Anteriormente, ha ido a las zonas de urgencia de hospitales a llevar comida a los familiares de enfermos que aguardan en la sala de espera; incluso, es habitual donador de sangre.
Apresurado, el hombre echó las dos cajas de cartón vacías a su camioneta, encendió su vehículo y enfiló sobre la calle Cuauhtémoc sin decir más palabra, pues sus acciones hablan más.
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