MORELIA.- Los ocho disparos policiales que asesinaron a un joven de 28 años, con un problema de salud mental, también sepultaron la carrera política del alcalde de Morelia, Raúl Morón Orozco. Todo apunta a una ejecución extrajudicial.
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Las 24 patrullas que mandó el gobierno del morenista para detener a un joven que, equivocadamente entró a la casa uno de sus vecinos, reflejan lo que ha pasado en los últimos meses de esta administración municipal, que registra el histórico más alto de violencia y asesinatos.
A pesar de que el dispositivo de seguridad implementado para el segundo informe de gobierno del presidente municipal trató de impedir la marcha de familiares, amigos y vecinos de la víctima asesinada, la manifestación logró su objetivo.
Crónica de una muerte anunciada
Desde su arribo a la Plaza Ecuestre de Morelos, Raúl Morón veía como cada vez se le iba su sueño de ser candidato a gobernador de Michoacán.
Parecía que los disparos que el joven Julio César Chagolla recibió en la espalda a manos de un par de policías municipales los había recibido el alcalde en su palmarés político.
Al grito de “eres un asesino”, la silueta del munícipe se difuminaba entre las exigencias de justicia y de que reculara de la criminalización pública que su gobierno hizo al joven.
Los partes y pronunciamientos de la Policía Municipal calificaron de “ladrón” y “delincuente buscado” a Julín, como lo llamaban quienes lo conocían.
La Comisión Municipal de Seguridad de Morelia también afirmó que el joven había agredido a los elementos con un “arma blanca”, lo cual recriminaron sus seres queridos.
Los vecinos del fraccionamiento Jardines del Toreo, donde ocurrieron los hechos, negaron que el muchacho se haya portado agresivo.
Los familiares explicaron que Julio presentó una crisis emocional y por error y desorientación ingresó a la vivienda de otro de sus vecinos.
Su padre y los vigilantes, así como personas que estaban en la esquina de las calles Ganadería del Rocío y Ganadería del Junco, pidieron a los policías que no dispararan.
De igual manera solicitaron a los oficiales municipales que les permitieran intervenir para controlar la situación emocional de Julio César, resultado de su problema de salud.
La sorpresa para todos fueron los gritos y la irrupción abrupta de los policías que generaron más miedo y temor en el estudiante de 28 años de edad.
Todo se salió de control y dos de los elementos policiales, a cargo de la comisionada Julisa Suárez Bucio, dispararon por la espalda a Julín y le asestaron ocho balazos.
Ya agonizaba Pero ese solo era otro impacto que recibía el presidente municipal en torno a la violencia e inseguridad que azota a la capital michoacana, resultado de la nula y mala actuación de su corporación policial para combatir la incidencia delictiva. Tan solo este año, suman 13 las quejas integradas en la Comisión Estatal de Derechos Humanos por violaciones graves de la Policía de Morelia. Tras lo ocurrido, el otro fulminante proyectil a la carrera política de Morón Orozco, se lo daba, fundado, la CEDH. El organismo evidenció que con base a los elementos, tiempo, lugar y circunstancia en que ocurrió, todo apunta a que ese homicidio fue una ejecución extrajudicial. El asesinato de Julio César y la actuación policial también llegó a la máxima tribuna del estado. El diputado Humberto González Villagómez, presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Protección Civil en la LXXIV Legislatura demandó justicia para el joven. Exigió a las autoridades municipales acciones que garanticen la tranquilidad, paz y protección de la integridad física y moral de la población. Desde su responsabilidad en comisiones, enfatizó que esa profesionalización policial debe ser desde la profesionalización de los elementos de seguridad. Dijo que lo sucedido en este caso, evidencia que no existen protocolos, ni humanización de los policías para hacer frente a una situación, en la que inclusive no existía riesgo para los elementos, pero donde se optó por accionar el arma. El legislador Octavio Ocampo Córdova, urgió sancionar a quienes asesinaron al joven y castigar la omisión de todas las autoridades del ayuntamiento de Morelia implicadas. Ocampo Córdova señaló que es responsabilidad del gobierno de Morelia lo sucedido, por la falta de capacitación, profesionalización y formación de sus elementos. El diputado local advirtió que propondrá llamar comparecer a los responsables de la seguridad de Morelia ante el Congreso del Estado. Ello, debido a que no es el primer caso que se denuncia y se ha incurrido en abusos y uso excesivo de la fuerza pública. De la bancada de Morena, ningún parlamentario se pronunció en defensa de su correligionario Raúl Morón Orozco. 
Las cifras también disparan
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indica que, de enero a julio de este año en Michoacán se han cometido 985 homicidios dolosos.
Por si fuera poco, de ese total, 157 asesinatos fueron en Morelia en esos siete meses, en los que las personas son asesinadas en cualquier calle y a cualquier hora.
Esos datos revelan que de todos los homicidios dolosos cometidos en el estado, el 16 por ciento se perpetran en este municipio.
Esas cifras de violencia en materia de homicidios dolosos que tienen manchadas de sangre a la capital michoacana, no tienen precedentes en la historia de Michoacán.
Esta administración del también ex líder magisterial, recibió el municipio con 107 asesinatos en ese mismo periodo 2018, lo cual ya era una cantidad nunca antes vista.
Es decir, que a dos años de esta administración, los homicidios aumentaron 50 por ciento en referencia a los de la anterior encabezada por un alcalde independiente.
Morelia, con esas cifras, es actualmente el segundo municipio más violento en materia de homicidios dolosos, solo después de Zamora, también de Morena, que registra 179.
Tiro de gracia
Sumado a esos elementos, el tiro de gracia político fue de los familiares, vecinos y amigos de la víctima irrumpieron en el segundo informe de gobierno del alcalde.
Raúl Morón Orozco fue exhibido por la demanda social de justicia representada en por lo menos 100 personas.
El elegante atril de acrílico instalado para el discurso político del presidente municipal, daba cuenta de las demandas ciudadanas en torno a este asesinato.
Los manifestantes le recriminaron a Morón Orozco que se ha dedicado a defender una corporación policial “llena de drogadictos y corruptos elementos”, así como a la titular.
Los ciudadanos obligaron al alcalde de Morelia a separar del cargo a la comisionada de seguridad de la capital michoacana, Julisa Suárez Bucio.
Encararon a Morón Orozco y lo bajaron del templete –con consignas y gritos- para que respondiera por el crimen del muchacho de 28 años.
Raúl Morón, de Morena anunció, forzado, la separación del cargo, mientras culminan las investigaciones, de Julisa Suárez y de los elementos que participaron.
El político también reculó de los señalamientos públicos de su gobierno hacia el joven asesinado, quien fue tratado como criminal.
Morón, con una actitud desencajada, se comprometió a limpiar públicamente la imagen de Julio César y, de esta manera, sucumbió a todas las demandas hechas.
De esta forma desapareció el acto publicitario, que fue sustituido por la mancha que cargará en lo que resta de su administración: violencia, asesinatos, abusos e impunidad.
Bajo investigación
De acuerdo con Milenio, en Morelia temen que el presidente municipal Raúl Morón pida licencia para enfrentar las investigaciones de la FGR derivadas de las declaraciones del ex director de Pemex Emilio Lozoya.
"Y es que el ex senador del PRD, ahora alcalde por Morena, fue uno de los principales impulsores y operadores de las reformas estructurales del Pacto por México como parte de la bancada perredista y que al final se benefició con el cargo que hoy ostenta".