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Diosas de la oxitocina, las guardianas de la vida materna en Oaxaca

Son un grupo de parteras que atienden la vida materno infantil en Oaxaca, pues la covid-19 se ha convertido en la primera causa de muerte materna en México

Escrito en ESTADOS el

OAXACA.- Bajo la premisa del respeto a los cuerpos de las mujeres, sus tiempos y ritmos de parto, desde hace dos años, conformadas en la colectiva Diosas de la Oxitocina, un grupo de parteras se establecieron como guardianas de la vida materno infantil, binomio que ahora, en medio de la pandemia, por el virus SARS Cov 2 enfrenta un mayor riesgo.

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Los contagios en los hospitales durante la atención a las mujeres en el parto, ha dado como resultado que la covid-19 sea hoy la primera causa de muerte materna en México. Hasta el pasado 19 de julio se habían reportado 81 defunciones, de las cuales 3 ocurrieron en Oaxaca con lo que se ubica en el sitio 14 del país. 

El actual contexto revive el parto humanizado y en casa como el medio más seguro, amoroso y cálido, para la llegada de una nueva vida en medio de la crisis sanitaria.

“Las mujeres tenemos que volver a confiar en nuestros cuerpos, en la manera natural de parir y con pocas o nulas intervenciones”, señaló Zoila Ríos Coca heredera de la sabiduría ancestral de las parteras y también formada en el campo de la medicina. 

Desde el inicio de la pandemia, las Diosas de la Oxitocina han asistido cinco nacimientos de mujeres motivadas principalmente por el temor de a asistir a un hospital y contagiarse. Si bien, hay un halo de desconfianza en la partería derivada de muchos años de nacimientos en hospitales y de mitos en torno a éstos, las mujeres han vuelto a depositar sus vidas y las de sus hijos e hijas en ellas.

El crecimiento del parto en casa es evidente. El año pasado las Diosas de la Oxitocina, quienes brinda sus servicios en la capital y la zona conurbada, recibieron 18 bebés, este año llevan 15 con la expectativa de cerrar con 30.

Parir en tiempos de covid-19

Amanda dio a luz el mes pasado. Su principal temor era contagiarse del nuevo coronavirus en el hospital, por lo que decidió parir en casa.

“Cuando vino todo esto de la pandemia fue muy complicado por toda la información que llega de los medios de comunicación, está el miedo a ir a una institución pública o privada y contagiarse”.

Durante el Seminario “Salud y Mortalidad materna en México en el marco de la Covid-19, una aproximación desde los Derechos Humanos” organizado por el Fondo de población para las Naciones Unidas (UNFPA), panelistas detallaron que con un total de 2 mil 622 embarazadas contagiadas del nuevo coronavirus y 81 muertes maternas en México, coloca a nuestro país en el primer lugar de la región, con 27.5 por ciento de muertes maternas.

Ella se sincera y confiesa que, por otro lado, también sentía temor al parto en casa ante alguna complicación, “pero siempre hay que hacer caso a la mente y al corazón, así que confié en que todo saldría bien y así fue. Después de casi 20 horas de labor de parto nació mi bebé sano, gracias a Dios. Todo fue muy bien, muy cómodo porque estas en la confianza y tranquilidad de tu casa, si quieres dormir, comer o ir al baño, lo puedes hacer”, explicó. 

Ya con su bebé en brazos, Amanda reflexiona sobre este momento en el que la incertidumbre se dispara.

“Tener un bebé en esta pandemia me llena de mucho miedo, de pensar en el futuro para él, que no pueda jugar como lo hicimos nosotros en nuestra infancia, pero al final del día debemos de tener fe en que las cosas van a mejorar y tenemos que aprender a vivir con esto, extremar precauciones y con la ayuda de la ciencia así como la cooperación ciudadana, vamos a salir adelante”.

Manos llenas de vida

Cuando Ríos Coca busca en su memoria uno de los momentos más significativos a lo largo de su vida como partera, el primero que se refleja es la atención de un parto gemelar en donde la segunda bebé nació con un día de diferencia. “Fue intentar recuperar la confianza de la mujer que iba a parir”, expresa. 

El embarazo gemelar -expuso- está envuelto en una serie de afirmaciones que colocan dudas a las madres a quienes se les dice que los bebés pueden ser prematuros, tener bajo peso o que naciendo el primero inmediatamente debe nacer el otro.

“En este caso nos tardamos más de un día en esperar la llegada de la otra y todo fue muy bien, nunca fueron prematuras. También se rompió con la falacia del peso bajo porque una pesó 3.450 kilos y la otra 3.650. Esta es una experiencia que me dejó muy motivada en el sentido de respetar los ritmos, respetar el cuerpo de las mujeres, a los bebés en el sentido que ellos saben lo que tienen que hacer”, detalla.

En este mismo caso -agregó- la primera bebé estaba acomodada de cabeza para salir, la segunda estaba sentada. “Yo le decía a la mamá que cuando saliera la primera la otra seguiría el mismo camino y se acomodaría. Efectivamente así fue después de más de un día”.

El parto es sólo la cereza del pastel -añade- pues antes de esto hay todo un proceso de preparación que requiere trabajo a nivel emocional con la pareja, porque emociones como miedo, angustia, preocupación, pueden obstaculizar que el proceso fisiológico se realice con una oxitocina natural. 

La colectiva Diosas de la Oxitocina nació hace poco más de dos años a partir del interés en común por recuperar el parto humanizado. Analizando las características personales y rememorando a las diosas prehispánicas consideradas desde la partería tradicional, cada una de quienes integran la colectiva tomaron se fueron nombrando.

Así, Zoila Ríos Coca es la diosa de la Confianza, Leonila Ruiz López, diosa del amor y la luz, Priscila Chávez Juárez, diosa de la paciencia y fortaleza, Ariadna García, diosa de la Perseverancia, Yuritzi Rodríguez Galicia, diosa del placer, Alejandra Dionicio, diosa lunar y Aura Montiel Clavel, diosa del movimiento.


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