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Despiden a víctimas de masacre en Uruapan

La capilla de Nuestra Señora de Guadalupe fue el lugar donde fueron despedidos los cuatro menores y cinco adultos asesinados en un local de maquinitas en Uruapan

Escrito en ESTADOS el

Uruapan, Michoacán (La Silla Rota).- Entre globos blancos, una intensa lluvia, gritos, reclamos y llantos de dolor, fueron despedidas las víctimas que dejó la masacre en Uruapan el pasado lunes.

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La capilla de Nuestra Señora de Guadalupe fue el lugar donde empezó la despedida de los cuatro menores y los cinco adultos asesinados a tiros a manos de un grupo armado.

Sin seguridad, pero con el coraje de que la sociedad nunca olvide este multihomicidio, los familiares fueron acompañados de centenas de amigos y vecinos.

Nadie da crédito aún de que sus seres queridos están muertos y se irán junto con los globos blancos que liberaron al cielo. Menos, cuando sonó el mariachi.

 

Las carrozas esperaban afuera del templo católico y solo se escuchaba en la calle el silbato y mal humor de los elementos de tránsito que complicaron aún más la circulación vehicular.

En el traslado de la iglesia hacia los panteones municipales de la ciudad las filas de vehículos con los deudos y quienes los acompañaban eran interminables.

En los camposantos, nada cambio y los sonidos del dolor parecían opacar los estruendos de las armas con las que fueron asesinadas las víctimas.

Las familias reprocharon el silencio e inoperancia de las autoridades de los tres niveles de gobierno a los que responsabilizan de la violencia que acaba a diario con vidas de inocentes, como en este caso.

Más, porque las calles se vieron vacías, a pesar de que el gobierno del estado había anunciado un operativo especial y, porque los responsables del multihomicidio siguen libres en las calles.

La Fiscalía ha callado sobre las investigaciones de este ataque que también tiene graves a dos personas en un hospital privado, entre ellas, un menor de 15 años de edad.

El gobernador Silvano Aureoles Conejo solo se ha limitado a responsabilizar a los medios de comunicación de hacer apología del delito.

La administración federal no ha detenido a un solo objetivo delincuencial en esta zona y, el presidente municipal Víctor Manuel Manríquez, sigue sin dar la cara a los deudos.

Los cortejos fúnebres han acabado en ese municipio, el más violento de la entidad en materia de asesinatos, pero no así, el dolor de 11 familias a las que la delincuencia les robó la paz y la tranquilidad, señalan.

La actividad comercial, académica, industrial y social no paró en esta ciudad, pese a que la expresión genera lizada es de repudio, ante el acecho criminal a sus familias.


(Karla Alva)