TUXTLA GUTIÉRREZ.- “Lo único que queremos es saber la verdad, cómo fue, qué pasó, por qué…” se cuestiona Alejandro, uno de los tres hijos del médico chiapaneco José de Jesús Torres Martínez, quien el pasado martes por la mañana fue hallado muerto a orilla de carretera, encobijado y dentro de un tinaco negro, a la altura del kilómetro 3 de la Ribera Playa Vista, municipio de Chiapa de Corzo, Chiapas.
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Este jueves, en el Panteón Jardín San Marcos de esta ciudad tuxtleca, familiares, amigos y compañeros de trabajo le dieron el último adiós al galeno de 44 años de edad que, por casi 5 lustros laboró en la Jurisdicción Sanitaria I de la Secretaría de Salud de esta entidad del sureste mexicano.
Un músico norteño rasga las cuerdas de su guitarra y, en seguida, entona melodías de despedida, mientras que una hermana del difunto —quien era originario del vecino estado de Tabasco— solicita a los presentes “echarle porras” a su consanguíneo: “¡A la bio, a la bao, a la bim-bom-bá…! ¡José, José, ra, ra, rá!”, se escucha, al unísono, en el camposanto.
Hasta el momento, cuenta Alejandro, aún esperan que la Fiscalía General del Estado (FGE) les brinde información sobre la causa del crimen de su padre, “confío en que se hará lo necesario, lo que se necesite para dar con la verdad”, insiste el joven quien negó ahondar en más detalles como si el doctor recibió amenazas previas u otro tipo de situación que pusiera en riesgo su vida.
De acuerdo con los dolientes, entre ellos su madre, se esperaron un poco más para efectuar el sepelio debido a que parientes de otras entidades del país querían acompañar a José Torres. Mientras tanto, la música continuaba y los abrazos a la esposa e hijos del galeno no cesaban.
QUIEREN RESPUESTAS
Para una de las sobrinas del médico, quien prefirió mantenerse en el anonimato por cuestiones de seguridad, la autoridad tiene que hacer bien su trabajo y que dé un resultado lo más pronto posible, “porque si le sucedió a él, le puede pasar a otro; alguien que está en el área de salud está expuesto a esto (…) Cualquier profesional puede salir de su trabajo y no volver a casa”.
Su tío, recuerda, empezó “desde abajo”: primero como enfermero, luego se enfocó en culminar su licenciatura en Medicina, para después ser supervisor zonal, hasta jefe de Coordinación de un área en su actual empleo, enfocado en atención a las mujeres.
“Era un hombre dedicado, muy querido por muchos… primero para él era su familia, luego su trabajo”, rememora quien, además, está convencida de que esto no se trató de una venganza o algo similar, sino de la delincuencia que cada día está más desatada en estas tierras chiapanecas.
ESTRANGULADO
Aunque no tienen el dictamen pericial definitivo de la causa real de la muerte, otro de los allegados al galeno desmintió que haya recibido el tiro de gracia o que, incluso, lo hayan desmembrado, como circuló en la mayoría de los medios de comunicación locales y nacionales.
Lo que sí ocurrió, advierte, es que José fue estrangulado, al parecer, con una bolsa negra, luego envuelto en una cobija y metido en un tinaco. Asimismo, revela que la camioneta CV-R en la que se trasladaba el doctor fue robada, así como otras pertenencias.
“Estamos en espera de que nos muestren los videos que grabó el C5 (cámaras de vigilancia de la policía), y con ello saber para dónde o cómo fue todo… porque para llevar un tinaco no es tan fácil”, puntualiza el joven, quien además señala que hay una hipótesis de que el vehículo fue visto hacia Comitán, ciudad ubicada como a 4 horas de Tuxtla, la capital de Chiapas.
Mientras dos albañiles elaboran la mezcla con la que sellarán una de las gavetas de cemento donde descansarán los restos del galeno, el músico norteño, a ritmo del círculo de sol, evoca: “Cuando llora un pobre, el llanto es sincero // cuando muere un rico, le llora el dinero…”.
Como se informó, José Torres salía de una reunión laboral en la Jurisdicción Sanitaria, sobre la 9ª Norte, a la altura de la 10ª Poniente, como a las 10 de la noche, donde se presume fue “secuestrado”.
LAS CIFRAS NO MIENTEN
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Chiapas, los robos o asaltos son cada vez más violentos. Hasta el segundo trimestre de este año, los robos a casa habitación, a transeúnte y a comercio fueron los delitos en los que el uso de la violencia se incrementó de manera considerable (superior a los 70 puntos porcentuales).
Sobre el robo de automóviles, Tuxtla Gutiérrez reflejó un alza del 27% de casos comparado con el segundo trimestre del año pasado, es decir que pasó de 11.98 a 15.25 por cada 100 mil habitantes; de 172 carpetas de investigación, en 38.8% se ejerció la violencia.