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Desaparecidos: familias celebraron navidad con una silla vacía

Mireya cumpliría este mes 24 años; desapareció el 13 de septiembre de 2014 y durante seis navidades la silla que ocupaba en la mesa familiar sigue vacía

Escrito en ESTADOS el

Este lunes 9 de diciembre se cumplieron 24 años del nacimiento de Mireya Montiel Hernández y, desde entonces, en su familia se volvió una tradición inaugurar las fiestas de decembrinas celebrando su cumpleaños.

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Pero este año suman seis que esa tradición se disolvió. En su casa, durante la navidad hubo -por sexto año- una silla vacía, como en los más de 40 mil hogares en México donde se tiene a un ser querido desaparecido.

Las festividades tomaron “un sabor agridulce… nos falta ella”, expresa Tranquilina Hernández Lagunas, madre de Mireya, que lleva cinco años buscándola.

Han pasado seis diciembres de su ausencia, seis diciembres sin respuestas a las preguntas que día a día, desde el 13 de septiembre de 2014, que desapareció, se hacen:

¿Dónde está? ¿Come? ¿Duerme? ¿La maltratan? ¿Quién la tiene? ¿Aún vive?

Esas y otras interrogantes, resuenan con más fuerza en estas fechas, cuando muchas familias se reúnen, se disfrutan y se abrazan.

Aquel 13 de septiembre, Mireya salió de su casa - situada en la avenida De Las Flores de la colonia Antonio Barona del municipio de Cuernavaca- por un mandado, pero nunca regresó.

“Nosotras, Ángela (la hermana menor de Mireya) y yo estamos incompletas porque no está Mireya”, agrega, la mujer de 42 años de vida, que si hoy revisa su pasado y lo contrasta con el presente y ni ella misma se reconoce.

“Mi vida sin Mireya ha cambiado en su totalidad. Nunca me imaginé buscando a mi hija en distintos estados, en las fosas, en los SEMEFOS, en los hospitales, en las cárceles, marchando, exigiendo justicia y respuestas de las autoridades. Ya no soy yo, hoy me he convertido en una fiera”, expresa para resumir sus últimos años.

Todavía recuerda que el 6 de septiembre de 2014, siete días antes de que Mireya desapareciera, planeaba hornearse un pastel para festejar su cumpleaños.

“Mientras horneábamos un pastel para su hermana, porque ese día cumplía años, me dijo mamá ‘guárdame esta caja (de harina) que quedó para hornearme un pastel’ y la apartó en la alacena”.

La familia de Tranquilina es muy grande, tiene seis hermanas y dos hermanos, todos con hijos y acostumbran a reunirse para pasar navidad y fin de año en casa de los abuelos (los padres de Tranquilina), donde vive desde que decidió asumirse madre soltera.

“Para nosotras es casi un sacrificio, y muy fuerte, verlos llegar a todos juntos, con sus hijos y a nosotras nos falta ella”, expresa Tranquilina.

En esos momentos es inevitable evocar a su hija mayor disfrutando de las reuniones, de convivir con sus primos, de cantar en familia y de prender cuetes, de estar juntas.

“Esas eran nuestras fiestas en diciembre, pero ahora lo único que quiero es que termine todo esto (las festividades decembrinas), que ya sea enero o febrero para no sentir y seguir buscándola”, agrega.

El dolor lo trasforma todo 

Por cinco años, Traquilina se ha olvidado de la tranquilidad que se antoja por su nombre y no ha dejado de buscar a su Mireya.

Empezó sola, la buscó en casa de su abuela (paterna), con su novio y preguntó en la calle a familiares y vecinos.

Luego, cuando comprendió la anormalidad de la ausencia de Mireya, fue a la Fiscalía General del Estado (FGE), donde se topó con pared y al trascurrir las 72 horas, finalmente, fue iniciada la denuncia por desaparición con el número de carpeta de investigación SC01/5991/2014.

Los primeros días me la pasaba pegada en la fiscalía pero nadie me atendía , nadie me decía nada

Después de una semana, personal de la Fiscalía se presentó en casa de Tranquilina para ver cómo vivía y si encontraban algo que pudiera indicar en donde podría estar Mireya.

Cuando las circunstancias acercaron a Tranquilina con otras familias que también buscaban a sus seres queridos, entendió que no era la única que buscaba y no encontraba: ni a su hija, ni apoyo de las autoridades ni nada.

Y entonces, se agrupó y, en bloque, ha resistido a la indiferencia del Estado, del Sistema de Justicia y de la gente misma.

Luego, de ser una madre soltera –dedicada al trabajo y a sus dos hijas, se convirtió en la mujer que doblegó al gobierno del exgobernador Graco Ramírez y lo obligó a respetar el derecho de las víctimas.

Una vez que el tema de las fosas de Tetelcingo saltó a la luz pública, luego de que Oliver Wenceslao Navarrete fue privado de su libertad en mayo de 2013, familiares de víctimas y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), exigieron –en noviembre de 2015- que se abrieran las fosas para identificar los cuerpos con expertos independientes y confiables.

“El gobierno estatal se negó”, recuerda Tranquilina.

La FGE anunció que iniciaría los trabajos exhumación, pero se oponía a que peritos de la UAEM participaran en las diligencias.

El 9 de mayo de este año, Tranquilina, junto con sus abogados, entregó un escrito a la FGE donde pedían que se reconociera su derecho como víctima indirecta para participar activamente y nombrar a peritos de su confianza.

“¡Pero fuimos ignorados!”

El 10 de mayo, “Día de las Madres”, Tranquilina solicitó una audiencia de auxilio judicial para ser reconocida como víctima activa en la exhumación de los cadáveres de las fosas situadas en Cuautla, Morelos.

Este proceso legal hizo posible que los peritos especializados de la UAEM, participaran en las diligencias que se realizaron en el panteón clandestino de Tetelcingo.

Tranquilina, fue la única persona, no especializada, con autorización legal para estar dentro del cordón de seguridad que se estableció para realizar esos trabajos.

Buscar hasta encontrarlos

A cinco años de distancia, ya como parte del colectivo Búsqueda de Familiares Regresando a Casa Morelos, se ha convertido en buscadora.

Este 9 de diciembre, fecha del nacimiento de su hija, Tranquilina lo pasó en una Jornada de Búsqueda en Guerrero.

“Para mí fue muy duro estar allá, en lugar de festejar su cumpleaños, estuve buscándola en la SEMEFO, buscándola en una cárcel, fue muy difícil iniciar así otro diciembre sin ella”, sostiene casi sin aliento “Lina”, como la llaman en el colectivo.

Y en estas fechas decembrinas, en la que todo es sensibilidad, unión y compresión. ¿Qué le diría a los mexicanos, Tranquilina?

Guardó silenció unos segundos y expresa algo que ha callado, pero que le resuena en la mente y la lastima.

-Yo he notado que si sensibiliza la gente, cuando escucha nuestras historias, pero hay fastidio, se cansa de vernos en las calles protestando, para mucha gente es una molestia. Yo si les diría que, si no les interesa, porque no les ha pasado, mínimo que no digan nada.

Y cuenta una anécdota, de un pasado cercano. 

-Yo iba marchado en la Ciudad de México y pasaron un par de mujeres diciendo: Ay, esas viejas, no se cansan, para la gente de la comunidad somos viejas revoltosas. Lo siento mucho, aunque sea incomodo, mientras no nos responda el gobierno y no nos regrese a nuestros hijos e hijas, seguiremos en las calles.

Hace otra pausa y añade: “Yo les pido que se pongan en nuestros zapatos”.

Y explica que se debe comprender que una desaparición de un ser querido “es algo que no tiene fin, siempre esta una incertidumbre de no saber nada de los nuestros de cómo están, dónde están, con quién están y en cambio cuando se trata de la muerte de uno de los nuestros, uno vive un duelo, les lloras, los visitan donde descansan sus restos, hay un proceso que te da certeza de que sabes que está ahí y nosotras no sabemos nada”.

Tranquilina, como cientos de mujeres –madres, esposas, hermanas, hijas-, esperan ansiosas que inicie el 2020 para continuar con sus búsquedas y con las acciones de protesta y exigencia a las autoridades – que llevan un año en funciones- y que siguen sin dar respuestas y resultados.

Nosotras estamos ya en espera de que inicie el 2020 para iniciar nuestras búsquedas en distintos estados, por ahora tenemos programada una búsqueda en Guadalajara para el primer trimestre del año

Una silla vacía en miles de hogares

El pasado 19 de diciembre, integrantes del colectivo “Búsqueda de Familiares Regresando a Casa Morelos” realizó un acto de protesta en la Ofrenda de Victimas -situada en la entrada principal de palacio de gobierno- para recordar que este 2019 se cumplirá un año más de que en sus hogares estará una silla vacía durante estos festejos decembrinos.

Colocaron esferas con fotografías de sus familiares en el altar de víctimas y un arreglo floral para recordar a Mireya por su cumpleaños.

Angélica Rodríguez Monroy, madre de Viridiana Morales Rodríguez -desaparecida en agosto de 2012-, reprochó que, “como siempre, el gobierno sigue omiso… estamos muy decepcionadas de este nuevo gobierno, teníamos muchas expectativas, sin embargo, no vemos voluntad, tenemos casi todo el año solicitando atención a un pliego petitorio y aunque en reuniones y minutas hay acuerdos, aún no los cumplen”.

Entre los pendientes están la reapertura de las fosas de Jojutla y la debida inhumación, la promesa de Pablo Ojeda, secretario de Gobierno de Morelos, de   concretar una reunión con Uriel Carmona, fiscal estatal, y la instalación oficial de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Morelos e integrar el Consejo Ciudadano.