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Crónica de un feminicidio anunciado: la violencia que vivió Emma

El miércoles comenzó el juicio por el que se busca condenar al ex esposo de la víctima de ordenar el asesinato de Emma Molina, en marzo de 2017

Escrito en ESTADOS el

El 27 de marzo de 2017, la muerte de Emma Molina Canto conmocionó a Yucatán. Alrededor de las 15:30 de la tarde fue atacada por dos sicarios en la puerta de casa, sus hijos de tres, cinco y siete años fueron testigos.

Tenía 42 años cuando fue asesinada, pero lo que nadie sabía era que durante más de 10 años Molina Canto vivió una ruta de violencia que culminó en su asesinato. A través de tres testigos, la defensa planteó como en esta década la mujer pidió ayuda a gritos y nunca fue escuchada.

Para Ligia Canto, mamá de Emma, revivir los recuerdos de ese día no es fácil, pero vale la pena el riesgo si se logra un poco de justicia: “es muy desgastante, muy estresante, tenemos que confiar en las autoridades y que el espíritu no se tuerza, que siga donde tiene que llegar, a una condena hasta la última instancia en contra de todos los que asesinaron a mi hija”.

“Tenemos que contestar, recordar, vivir, pero aquí estamos y yo creo que mi hija lo vale, mis nietos, seguiremos hasta conseguir el acceso a una justicia completa y no a cuenta gotas”, expresa Ligia.

La ruta de la violencia

En 2001, después de contraer matrimonio con Martín Alberto Medina Sonda, Emma se mudó a Villahermosa y es ahí cuando empiezan las primeras muestras de violencia, como gritos, regaños y humillaciones en público y en privado.

El control que el esposo ejercía sobre ella no solo era psicológico, también era económico, controlaba todos los gastos al grado que le exigía enviarle todas las notas de compra. Únicamente podía adquirir las marcas y productos que él especificara.

La primera separación fue en el 2008; Molina Canto se mudó a la capital yucateca junto con sus hijos, con la aprobación de su esposo.

En 2010, Medina interpuso la demanda de divorcio y custodia. Para ese año, Martín Alberto ya tenía otra pareja y solo iba a visitar a sus hijos los fines de semana.

También denunció a Emma por maltrato, exponiendo exámenes físicos de una de las menores en la Fiscalía General del Estado.

El 17 de mayo de 2012, tras el divorcio, ella obtiene la guarda y custodia de los menores. El juez resuelve que el papá podría visitarlos, pero no sacar del estado a ninguno de sus hijos. Ocho días después, Emma es interceptada, encañonada y arrestada con lujo de violencia delante de sus hijos. Martín Alberto sustrae a los menores aprovechando la intervención de las autoridades a su favor. 

Fue acusada del robo de un vehículo por dos de las empresas en las que Medina Sonda era socio mayoritario; la trasladaron al penal femenil de Tabasco, donde estuvo recluida cuatro meses.

El 11 de diciembre del mismo año, ella y toda su familia son acusados de robo, sobresale que la fecha del arresto y esta segunda ocasión, coinciden con el ingreso de dos desistimientos del divorcio. 

En el afán de continuar casado con Emma y conocer su ubicación, según la declaración de una testigo en el juicio, acusó de clonación y falsificación de documentos oficiales a Ligia Canto, quien fue trasladada al penal femenil de Santa Martha Acatitla, donde permaneció por más de un año.

En ese entonces, la mujer se encontraba en un refugio de mujeres víctimas de violencia.

Fue el 14 de octubre del 2014 que la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia pudo recuperar a los tres menores.

La última ocasión que Emma tuvo contacto con su ex esposo fue en enero de 2017; él continuaba buscándola y la familia acosándola. La testigo señaló que ella solo quería una vida normal y disfrutar de sus hijos, por lo que se negó a denunciar. 

Los asesinos solo tuvieron que pasar a una ferretería a comprar los cuchillos y esperar pacientemente a que Emma llegara del trabajo, para matarla en el garaje de su casa ante la mirada de sus hijos.

El juicio

El miércoles comenzó el juicio por el feminicidio de Emma Molina Canto, que busca probar que el autor intelectual del crimen fue su ex esposo Martín Alberto Medina Sonda, y de haber encargado a Juan R.M.H, alias “El Cachorro”, la contratación de dos sicarios.

Durante la primera audiencia la defensa, Martín Alberto intentó desestimar la narración de hechos del testigo argumentando que no tenía relación con la acusación; sin embargo, la fiscalía señaló que entender los años de violencia que vivió Emma era de vital importancia.

Fue hasta la 1:30 de la madrugada de este jueves que finalizó la primera audiencia, también estuvo presente Juan R.M.H, “El Cachorro”, quien está acusado de homicidio calificado. Su defensa se limitó a argumentar en reiteradas ocasiones que las declaraciones de la testigo no afectaban a su cliente.

Medina Sonda está acusado de feminicidio agravado y en caso de ser hallado culpable podría ser sentenciado hasta 50 años de 

prisión.

¿Quién es Medina Sonda?

Martín Alberto Medina Sonda fue socio de José Manuel Saíz Pineda, tesorero del exgobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo. Desde octubre de 2014 se encuentra preso por los delitos de lavado de dinero y sustracción de menores. 

Los hechos ocurrieron en noviembre de 2007, cuando en el aeropuerto de Mérida aterrizó una avioneta con ocho millones de pesos en efectivo, el dinero venía desde Tabasco y Medina Sonda aseguró que eran de su propiedad. 

Los cargos le fueron imputados por la Fiscalía General del Estado y la Procuraduría General de la República.