Oaxaca, Oaxaca.- En menos de mes y medio concluirá la 63 legislatura de Oaxaca, la cual resaltó por su onerosidad y falta de productividad. Las y los legisladores terminarán ejerciendo en dos años que duró su gestión mil 419 millones de pesos.
En 2017, durante su primer año de ejercicio, el Congreso del Estado se aprobó 397 millones de pesos, pero terminó ejerciendo 739 millones de pesos.
El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) en un estudio realizado reveló que los diputados oaxaqueños se aumentaron 324 millones de pesos más a su presupuesto, lo que representó un 87 por ciento más de gasto autorizado.
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Para el 2018, los diputados de Oaxaca, se aprobaron un presupuesto de 397 millones 297 mil 350 pesos; sin embargo, en los artículos transitorios del decreto de presupuesto, se estableció reasignaciones presupuestales por 282 millones 702 mil 650 pesos, por lo que terminó ejerciendo 679 millones de pesos.
De acuerdo con IMCO, en 2017, 27 congresos locales gastaron mil 340 millones de pesos más a lo presupuestado. La legislatura local de Oaxaca fue la que más gastó.
El próximo 13 de noviembre tomará posesión la nueva legislatura, y los integrantes de la 63 Cámara de diputados pasarán a la historia, pero por el dispendio de los recursos públicos.
De hecho, el Congreso local se ubica en el primer por el derroche de recursos, incluso el monto que ejerció en dos años superior a lo autorizado al Fondo de Reconstrucción de Oaxaca por el terremoto del 7 de septiembre de 2017 de 200 millones de pesos.
El IMCO, señala también que en base al presupuesto asignado el año pasado, a cada uno de los 42 diputados de Oaxaca, le correspondieron 9 millones 459 mil 461 pesos.
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BAJA PRODUCTIVIDAD
A pesar de ser la legislatura más corta -de dos años-, en el primero, 2017, los legisladores apenas y alcanzaron un 37 por ciento de efectividad en su desempeño.
De los 924 puntos de acuerdo e iniciativas presentadas, 338 fueron aprobadas y 586 quedaron pendientes o bien en la "congeladora".
LEY DE MARCHAS Y MANIFESTACIONES EN EL OLVIDO
Durante 2017, la entidad oaxaqueña alcanzó un rally de manifestaciones sociales. Más de 3 mil en todo el año, lo que representó unas 5 acciones de inconformidad diarias.
Pese a ello, una de las iniciativas que quedó en la congeladora la ley que busca regular las marchas y manifestaciones debido a los daños provocados a la ciudadanía y comercio, pero a ninguno de los legisladores les interesó tocar el tema.
bl