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Congreso de BCS, la abundancia disfrazada de austeridad

Los diputados gastan millones de pesos en traslados, viáticos, imagen institucional gasolinas y alimentos; apoya a ciudadanos en compra de químicos con 100 pesos

Escrito en ESTADOS el

El 1 de septiembre pasado arrancó la XV Legislatura del Congreso de Baja California Sur con el lema “La Legislatura de la Austeridad Republicana”. Sin embargo, los hechos indican lo contrario: ningún legislador se ha bajado el salario y los 21 ganan casi 100 mil pesos mensuales.

Una investigación del semanario ZETA revela que cada legislador local, con prestaciones y bonos obtiene entre 213 mil y 346 mil pesos mensuales. Y tienen el derecho de exigir el reembolso de sus gastos si se factura.

El Congreso de Baja California Sur gasta más de 3 millones de pesos en traslados y viáticos; 2 millones 864 mil pesos en imagen institucional; 4 millones 648 mil 400 pesos en gasolinas; 59 mil 035 pesos por alimentación y casi un millón en artículos de oficina.

Por el contrario, la XV Legislatura apoyó a los ciudadanos en la compra de químicos y farmacéuticos con la fabulosa cantidad de 100 pesos.

En tanto, los apoyos para materiales de construcción o materia prima para Emprendedores permanecen en ceros.

En lo que los diputados se niegan a ayudar a la ciudadanía, se pagaron 11 millones 850 mil 746 pesos en estímulos a servidores públicos, adicionalmente, el Flujo Neto de Efectivo por Actividades de Operación aumentó casi el 200% en el primer semestre de 2019, mientras que en el 2018 la bancada panista tenía una bolsa por encima de los 5 millones 156 mil pesos. Actualmente se tiene una bolsa de más de 14 millones de pesos en el flujo de efectivo.

Los antojitos

Los 21 diputados de BCS no solo reciben su dieta mensual de entre 213 mil y 346 mil pesos, más de 11 millones al mes en gastos personales, combustible, viáticos y estímulos. También tienen la oportunidad de facturar sus gastos personales sin tocar su sueldo.

Si tienen algún antojo, basta facturarlo al erario público y salir bien librados de su mensualidad. Bien pueden acudir a una cafetería, pedir la más excéntrica bebida y facturarla. Como lo exhibe la SNBOM 37834, factura solicitada el 5 de julio por 106 en Starbucks.

La documentación en poder de ZETA corresponde a los meses de junio y julio de 2019, en las que se exhibe cómo a los servidores públicos del Congreso del Estado les encanta la comida oriental, por lo menos tres facturas de Jiro Sushi son evidencia de ello.

Los consumos se hicieron en efectivo, es decir, los diputados pagaron de su bolsa, pero solicitaron reembolso:

* Factura Jiro Sushi M-7715 por 790 pesos el 23 de junio, justificada como “Acuerdos prensa”.

* Factura Jiro Sushi M-7725 por mil 024 pesos, expedida el 3 de julio con justificación de “Reunión con integrantes de la Junta de Gobierno”; en esa fecha Milena Quiroga Romero aún era Presidente de la Junta de Gobierno.

* Factura Jiro Sushi M-7636 por 910 pesos, del 6 de julio, justificado como “Comida festejo libertad de expresión”, que sería un festejo privado de tres o cuatro personas.

Los banquetes

A los diputados de BCS les encantan las festividades, para todo utilizan la chequera institucional, que pareciera la caja chica de algunos de ellos.

Entre la documentación una factura de City Club por mil 116 pesos para la compra de postres para celebrar “cumpleaños del mes de junio”.

La factura BBABC-131711, con fecha 6 de julio de 2019, fue cargada por seis postres y aperitivos:

* Dos pasteles de queso tipo Tortuga, 404 pesos.

* 44 piezas de club sándwich, 170 pesos.

* Pay de chocolate, 101 pesos.

* Pastel de blueberry, 199 pesos.

* Un pastel Crunch, 242 pesos.

Pero no fue todo, ya que el diputado Rigoberto Murillo Aguilar, del Partido Encuentro Social y quien titula la Comisión Permanente de Cuenta y Administración, facturó 23 mil 780 pesos por “Servicio de alimentos y bebidas ofrecido durante reunión estatal informativa sobre avances de la iniciativa de Ley de Movilidad para BCS” al servicio de banquetes y catering Pizza Sofía, con fecha 12 de julio de 2019.

No bastó con utilizar recursos públicos para una comida exageradamente cara, sino que Murillo solicitó el reembolso.