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Con sangre de pato y tortuga, náufrago oaxaqueño pudo sobrevivir

Efraín García Ramírez es uno de los dos sobrevivientes de la embarcación Playa Mar II' que naufragó durante casi ocho días en marzo pasado.

Escrito en ESTADOS el

OAXACA, Oaxaca (La Silla Rota).- Naufragó 10 días en altamar, con sangre de pato y tortuga pudo calmar la sed y mitigar el hambre, pero para Efraín una parte de su vida se la llevó el mar. Su compañero, amigo y casi un padre para él no aguantó y finalmente murió. "El mar se lo llevó y ya no pude hacer nada por él", dice con la voz quebrada y tratando de aguantar la respiración para no soltar en llanto.

 

Efraín García Ramírez es uno de los dos sobrevivientes de la embarcación "Playa Mar II", la misma que naufragó junto con tres tiburoneros a bordo durante casi ocho días apenas en marzo pasado. El 1 de abril  zarpó de nuevo de las costas de Huatulco  mar adentro, a bordo Efraín y su compañero Cristóbal Hernández llevaban las mejores expectativas de una buena pesca, pero nunca se imaginaron lo que les esperaba. 

 

Con una mirada triste y a veces fija, Efraín cuenta que el 3 de abril tenían que regresar a casa pero no les fue posible, en el trayecto el motor de la embarcación empezó a fallar hasta que no dio más. Perplejos, temiendo lo peor, pues se encontraban mar a dentro y con las pocas herramientas de trabajo, lo primero que hicieron fue empezar a retirar el motor de 150 kilogramos a fin de  mantener la lancha a flote.

 

Pasaron siete días en la lancha y tres días en el mar. Como pronosticaron la embarcación se hundió. Efraín al ser el más joven, pues Cristobal era casi un adulto mayor, se sumergió para retirar el motor porque eso representaba su única esperanza de vida. "Dos días me llevó quitar el motor, me chingue los dedos, me di varios golpes en la cabeza. Mi compañero me animaba, me decía que yo podía, que si no lo hacía no íbamos a aguantar mucho tiempo".

 

Durante los primeros cuatro días lograron sobrellevar su situación con la poca agua que llevaban, se alimentaban de pescado seco y para no perder la esperanza rezaban juntos, "ahí conocimos realmente a Dios, en medio de nuestra desgracia, rezábamos para que nos diera fuerzas, para aguantar, para que nos encontraran".

 

Al paso de los días, el agua se terminó y la poca comida igual. Cristóbal fue quien más padeció, los últimos días  enfermó por el sol y la falta de comida, " empezó alucinar, deliraba solo, le temblaba las manos, sus labios los tenía partidos, el señor ya estaba un poco grande y no aguantó, tratamos juntos de salir adelante, pero el cansancio, la falta de comida, no dormir bien nos tenía devastados".

Efraín y Cristóbal pasaron  nueve días juntos, el décimo cuando fue rescatado, Cristóbal murió en la madrugada y se lo llevó la marea,  "como a los dos o las tres de la mañana no recuerdo muy bien, el último día de la luna llena él ya murió, ya no pude hacer nada por él", ahora sí dejando salir el llanto.

 

Recuerda que un día antes cerca de la lancha se acercaron unos patos y los  atrapó, su sangre le sirvió para calmar la sed  , "ya cuando flote, el día que me encontró el barco, al amanecer mate una tortuga tome su sangre comí su carne así me mantuve hasta como eso de las 4 de la tarde creo fue que me rescató  el buque Arcadia".

 

Hizo señas inmediato, grito lo más que pudo hasta que los tripulantes del buque petrolero lo detectaron y auxiliaron, le dijeron que no era posible regresar a  que estaba como a 340 millas de la costa de Guerrero donde lo llevaron, antes le dieron de comer, agua, y le curaron sus heridas.

 

Mientras que en Oaxaca, en Huatulco, sus familiares y compañeros pescadores emprendieron una búsqueda sin éxito e incluso llegaron a bloquear la carretera federal 200 para llamar la atención del gobierno para reforzar la búsqueda. Finalmente, el miércoles fue encontrado.

 

Su familia no da cabida al tenerlo de nuevo en casa, pero el dolor de los familiares de su compañero sigue latente y en espera de que puedan hallar su cuerpo para poderlo enterrar.

 

Efraín no sabe si sabe si volverá al mar, "ahí perdí a un amigo, ese que nunca me dejó, que me dio ánimos para seguir adelante, ahí en el mal se quedó una parte de mí".

 

 

fmma