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Con impactos de bala, subastarán departamento donde murió Beltrán Leyva

En el departamento aún se encuentran los agujeros provocados por los impactos de bala y los muebles perforados por el operativo donde murió Arturo Beltrán Leyva

Escrito en ESTADOS el

Hace casi 10 años, el lujoso departamento donde murió el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva registró centenas de impactos de grueso calibre.

Este departamento, del edificio Elbrús del Fraccionamiento Altitude, en Cuernavaca, Morelos, aún mantiene los daños de aquel tiroteo que terminó con la vida del narcotraficante el 17 de diciembre de 2009.

Telediario difundió  una serie de videos donde se muestra cómo está el departamento de Arturo Beltrán Leyva a 10 años de su muerte y que será subastado el próximo domingo.

Este 23 de junio el lujoso departamento será subastado junto con 27 inmuebles más, entre los que predominan casas, departamentos y locales comerciales, algunos de ellos pertenecientes "al narco".

Su precio de salida será de 3 millones de pesos y para participar, se deben adquirir las bases por 100 pesos, del 14 al 20 de junio en el Módulo de Atención a compradores del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes.

El día que lo detuvieron

Al filo de las 13:00 horas del 17 de diciembre de 2009, cuando un helicóptero de la Secretaría de la Marina (Semar) volaba alrededor de las 12 torres del exclusivo conjunto Altitude, de Cuernavaca, Morelos, el capo supo que otra vez iban por él.

Apenas una semana antes se había escurrido de un operativo en Puebla en el que participaron agentes de la DEA y fuerzas federales mexicanas y de un enfrentamiento con las mismas corporaciones en una finca de Cuernavaca, donde celebró una posada, aquella en la que fueron apresados músicos como Los Bravos del Norte de Ramón Ayala y más de una veintena de sexoservidoras.

Arturo Beltrán Leyva, apodado “El Barbas” -capo comparado con Joaquín “El Chapo" Guzmán, o el mismo auténtico “Jefe de Jefes” Amado Carrillo Fuentes, muerto en 1997- era en 2009 uno de los tres principales narcotraficantes de México.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lo consideraba como el jefe máximo de la organización criminal que conformó con sus hermanos Héctor y Alfredo; ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos a quien proporcionara información que sirviera para su captura.

Información de inteligencia del sexenio del entonces presidente Felipe Calderón revelaba que el capo que traficó infinidad de toneladas de cocaína desde Sudamérica a Estados Unidos, a quien gustaban las joyas, los animales exóticos, los ranchos y las casas y departamentos tipo palacio, tenía comprados con sumas millonarias a integrantes de autoridades federales y locales.

Por eso aquel 17 de diciembre, de acuerdo con las versiones periodísticas, la centena de marinos que participó en el operativo para su captura fue avisada 20 minutos antes de concretarse, no se dio parte a ninguna corporación local, mientras que a la 24 Zona Militar sólo se le pidió cubrir el perímetro.

Fuentes de la Marina dieron a conocer en aquel entonces que cinco personas relacionadas con el narcotraficante apresadas en el operativo dieron detalles de los últimos momentos de “El Barbas”.

“Él ya sabía. Cuando escuchó el ruido del helicóptero se percató de eso, entonces se fue a su lugar y se preparó para hacer frente; él sabía que tarde o temprano iban a llegar por él”, reveló un vocero de la Semar.

Los testigos declararon que alguien dio el “pitazo” a Beltrán desde el mediodía sobre los movimientos cerca de su morada.

A sus 58 años, el narco que nació en Badiraguato, Sinaloa, donde inició sus correrías en el bajo mundo, tejiendo alianzas con "El Chapo" Guzmán, Ignacio "Nacho" Coronel e Ismael "El Mayo" Zambada -quienes luego fueron sus enemigos- prefirió atrincherarse.

La versión oficial cuenta que aquel día invernal, en la ciudad de la eterna primavera (desde entonces azotada por la violencia), los marinos comenzaron a desalojar el conjunto Altitude desde las 13:00 horas.

Posteriormente, alrededor de las 17:00 horas, los marinos se acercaron al departamento 201 del edificio Elbrús, donde estaba el objetivo protegido por cinco sicarios, dos en la planta baja y tres en la planta superior.

Los hombres armados atacaron a los marinos desde la planta baja y alta del departamento con granadas y ráfagas de AK-47, los marinos utilizaron vehículos artillados y ametralladoras 7.62.

Los pistoleros que custodiaban la planta baja del inmueble fueron abatidos en pocos minutos, mientras que la estrategia de los responsables del operativo se centró en provocar que a los narcos restantes se les acabaran las municiones.

Cuatro horas se prolongó el intercambio de artillería.

Los vecinos del sector estaban aterrados. “Muchos pensábamos que íbamos a morir ahí, y luego también pensamos que nos iban a mandar matar, creyendo que algunos lo hayan delatado”, diría una vecina del exclusivo sector.

Por la noche, cuando los marinos ya se aproximaban a entrar al lujoso departamento, los narcos lanzaron granadas de fragmentación hacia las escaleras, dejando heridos a tres de los federales, dos de los cuales posteriormente murieron.

Alrededor de las 21:00 horas, el afamado narco abrió la puerta del apartamento. La Marina supuso que planeaba dirigirse al elevador para abrirse paso con su metralleta, pero fue abatido en la sala junto con dos de sus lugartenientes. Otro sicario prefirió saltar por una de las ventanas y suicidarse, de acuerdo con la versión divulgada.


Con información de Telediario y Notimex