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Con el agua hasta la cocina: lo perdieron todo, menos la esperanza

Zerafina y Sergio perdieron todo tras el paso del huracán Hanna; sus viviendas se inundaron y sus enseres domésticos y muebles quedaron inservibles

Escrito en ESTADOS el

REYNOSA.- Tres días después del paso del huracán “Hanna” persiste el caos, tristeza y desesperación de la gente que lo ha perdido todo, al meterse el “agua hasta la cocina” y destrozar toda la casa.

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La lluvia ha cedido y los niveles de agua en las inundaciones empieza a bajar, pero hay aún personas que durmieron anoche en la segunda planta de sus casas o arriba de los techos.

En algunos sectores de la ciudad, el nivel del agua alcanzo el metro y en otros casi llego hasta los dos metros.

Un reporte preliminar  de Protección Civil del Estado indica que son 17 mil 500 las viviendas dañadas, pero las familias damnificadas son mucho más.

Por ahora no existe una cuantificación de las pérdidas en los enseres domésticos pero las familias que perdieron el colchón, la ropa, la licuadora, la plancha, el refrigerador, la estufa y la sala, las pérdidas si son cuantiosas.

Zerafina Reyes, como otros tantos veracruzanos llego a Reynosa, intentando cruzar el río Bravo para alcanzar el sueño americano, que todos los días observa desde la margen de este lado.

(Fotos Cuartoscuro)

Después de ser detenida una y otra vez por la Patrulla Fronteriza, y echada de los Estados Unidos, decidió asentarse en Reynosa y se puso hacer “tamales veracruzanos”, hacer comidas, vender quesos que le mandaban sus familiares.

Tras cuatro años de trabajo, de levantarse a las cuatro de la mañana, de cientos de latas de tamales, cientos de tacos, pudo poco a poco hacerse de un patrimonio.

Ahora, con dolor Zerafina ve como sus ollas en donde prepara sus comidas nadan entre el agua. El agua llega casi a las hornillas de la estufa, las sillas y mesa también entre el agua. El refrigerador también descompuesto, pues le entro el agua.

Si estoy triste, muy triste pero así es la naturaleza, así lo quiere Dios. Ni modo. Pero con el mismo favor a levantarme de nuevo a recoger y limpiar lo que sirve. Esperar a que haya sol para que se seque el colchón. Ahorita mis hijos y yo dormimos sobre unas tablas y colchonetas que nos dieron

En Zerafina Reyes, 54 años, morena, robusta y dos trenzas, hay más decisión, que dolor: “Lo que me apura es secar la estufa, que funcione. En donde voy hacer los tamales, conseguir la masa, carne. Con cuatro días sin trabajar se va acabando lo poquito que tiene uno. Tengo que comprar la masa, carne, chiles, el gas y demás. Las hojas de plátano me las regalan”.

Luego de sacar el agua de la casa, secar la estufa, refrigerador, que Dios quiere funcione, me pondré a hacer tamales, ponerme a llorar para qué, no sirve de nada. Ya llore mucho de niña cuando otro huracán en Veracruz nos tumbó la casa, cuando murió mi mamá

Con esfuerzos, Sergio Flores, obrero de una planta maquiladora, con su esposa Teresa Palma y dos hijos se encuentran apiñados en un cuarto en una habitación en la parte alta de la casa, pues la baja se encuentran aún inundada.

“Con cubetas, escobas, trapeadores tratamos de sacar el agua de la casa pero se regresa. La colonia se encuentra en una parte baja y la calle donde vivimos aún más por ello no podemos sacar el agua. Necesitamos que vengan con bombas hidráulicas para poder desaguar”.

Sergio es obrero y con sus ahorros, prestamos logro construir dos habitaciones en el techo de la vivienda para cuando sus hijos crezcan. Una de las habitaciones tiene baño, se encuentra enjarrada, pero aún no tiene pisos.

Aquí estamos amontonados hasta que baje el agua. Cuando desperté me bajé de la cama y metí los pies entre el agua. Durante la noche sabíamos que llovía pero no que la casa se estaba inundada. Sala, cocina, el cuarto de mis hijos todo inundado todo hecho una porquería

“Perdimos ropa, la televisión, refrigerador, la sala. Vamos a esperar que haya sol para que todo se seque bien  a ver que funciona. A ver qué puedo arreglar y vuelva a funcionar. Aunque no son cosas de mucho valor, para nosotros si son muy necesarias”.

Me gusta la electrónica y puedo arreglar algunos aparatos, otros los tendremos que comprar de nuevo, usados

A la situación que está viviendo desde el pasado domingo ahora se suma que  desde hace tres días se encuentran sin energía eléctrica y sin agua potable.

“Teresa, mi mujer está desesperada, enojada. Pero hay quien vamos a echar la culpa es la naturaleza, los huracanes así son. O a la mejor a la desgracia de estar jodidos y tener que irnos a vivir a las partes bajas donde no hay drenaje, donde los terrenos son más baratos, pues son los peores”.

Como estas, hay muchas historias de desgracias que “Hanna” dejó a su paso por colonias de Reynosa, como Paseo Residencial, Las Torres, Condado del Norte, Ferrocaril,  Azteca, Roma, Jacinto López, Santa Cecilia,  y la Escondida.

Como también en las colonias Pedro José Méndez, Marte R. Gómez, Burocrática, Margarita Maza de Juárez, Hidalgo, Rancho Grave, Riveras de Rancho Grande, Paseo de las Flores, Rincón de las Flores, y Leyes de Reforma, entre otras.