TUXTLA GUTIÉRREZ.- Con una técnica japonesa, el capitán José Antonio Camacho esparcirá, desde una avioneta, poco más de 2 millones de semillas de diferentes especies en lugares donde la deforestación se ha hecho presente en Chiapas. En esta acción, dijo, invertirá alrededor de una semana.
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Tras lamentar el desinterés de las dependencias encargadas del cuidado del medio ambiente no solo a nivel local sino en todo el país, el originario de Comitán de Domínguez, en la región Fronteriza del estado, advierte que la efectividad de este método ya está comprobado, e incluso otras entidades como Jalisco, Chihuahua, Durango, Guanajuato y Baja California Sur o naciones como Paraguay y España lo replican en la actualidad.
Hace más de un año, recuerda en entrevista, lanzaron alrededor de 50 mil semillas en el Cerro Nambiyugua, municipio de Villaflores, en esta entidad sureña, el cual había sufrido una importante pérdida de masa forestal producto de incendios, y los resultados, tras esa tarea, fueron positivos: hubo una recuperación de al menos 18 por ciento de los afectado.
De acuerdo con el Colegio de Ingenieros Forestales y con datos oficiales de dependencias como la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural, Chiapas ha perdido, hasta el momento, cerca de 40 puntos porcentuales de su masa forestal por diversas razones como la tala inmoderada y las quemas.
En lo que va de este año, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) ha contabilizado 21 incendios forestales, lo que ha afectado 751.78 hectáreas, cifras que colocan a Chiapas como el cuarto estado con más superficie siniestrada, por debajo de Baja California, México y Oaxaca.
En comparación con el mismo lapso, pero del año pasado, detalló que se habían detectado 18 incendios forestales, con una afectación de casi 330 hectáreas, es decir menos del 50% de este 2021, es decir que para este año se tiene un incremento del 128% de superficie afectada por quemas forestales, y del 16.67% en el número de quemas en toda la geografía chiapaneca.
Ante este panorama, el piloto aviador, con el respaldo de otras instancias como Bomberos, Cruz Roja, iniciativa privada, organizaciones como Reforesta Mx y la propia Embajada de Francia, surcará los aires chiapanecos para abonar a que el cambio climático sea controlado, al menos un poco, y en un futuro no muy lejano recuperar el verde en cerros y otros espacios que, producto principalmente de la actividad humana, han quedado yermos, lacerados.
“Como he volado desde hace décadas, me doy cuenta de que los estragos son importantes, hablamos de todo Chiapas, desde la Selva Lacandona hasta la Costa, entonces por eso la importancia y urgencia de hacer algo, sin la injerencia gubernamental pero sí con el respaldo de muchos sectores sociales”, advierte quien lidera el proyecto “Todos somos una semilla”.
Mañana jueves se dará el banderazo de inicio de estas acciones en el rancho Valle Bonito, municipio de Ocozocoautla de Espinosa, desde donde se espera “sembrar una esperanza”.
Entre algunos detalles, Canal 5 del país galo está en esta entidad para desarrollar un documental de 52 minutos sobre el piloto aviador y su labor en favor del medio ambiente.
NENDO DANGO, LA TÉCNICA DEL “SOL NACIENTE”
Como las semillas serían un “banquete” para algunas especies o depredadores naturales como las aves, venados u otros rumiantes, era necesario implementar una técnica que proteja a las mismas: para ello, se echa mano de la “Nendo Dango”, creada por el biólogo y agricultor japonés Masanobu Fukuoka.
La “Nendo Dango” consiste en encapsular cada una se las semillas, las cuales se revisten con arcilla, se forma una pelotita dura y eso impide que sean devoradas por los animales. Con la llegada de la lluvia, se empieza a diluir y así penetra en la tierra, para dar paso a lo esperado: el nacimiento de alguna especie de árbol, desde una ceiba hasta un huanacaxtle.
Es tan rápida y efectiva que, en 35 minutos, puede diseminar miles de semillas en cerca de 200 hectáreas, lo que con el manejo de personas sería complicado, peligroso y más costoso.
Quien también ha tenido una participación importante es Rausel Ramírez, presidente del Colegio de Ingenieros Forestales, quien los ha asesorado sobre cómo tratar las semillas para esparcirlas, e incluso ha documentado todo lo que se ha hecho, y la efectividad de esta reforestación aérea.
Pero obtener las semillas no es una tarea fácil. Para ello, las mismas comunidades, las familias de diferentes regiones chiapanecas, hacen el esfuerzo de colectarlas y luego llevarlas a centros de acopio instalados en instancias como Bomberos o la misma Cruz Roja, para luego empezar con el tratamiento especial y que estén listas para ser esparcidas.
Para Antonio Camacho, dedicado principalmente a los vuelos turísticos, y quienes lo apoyan como otro piloto aviador conocido como “Capi Roger”, de Jalisco o el mismo Martín Vaca, del programa televisivo “Mexicánicos”, esta acción tiene que ser a contrarreloj, pues están conscientes de que “pulmones naturales” como la Selva Lacandona están en una situación crítica por la tala sin control, de ahí la necesidad de “apretar el acelerador” para trabajar en conjunto y reforestar esos sectores.