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Comando irrumpe en pueblos de Guerrero y obliga a gente a salir

Integrantes del Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero irrumpieron en al menos tres comunidades

Escrito en ESTADOS el

Chilpancingo, Guerrero (La Silla Rota). Este miércoles un hombre que llegó a pie desde la Sierra hasta Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo, advirtió de un nuevo desplazamiento de familias de la zona de donde él venía. 

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Los nuevos desplazados estaban cerca. Otra vez, la misma causa: la violencia. Esa violencia que los nuevos desplazados –según sus cálculos, suman alrededor de 800– se la atribuyeron al Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FUPCEG).  

Coincidieron en que hombres armados de ese Frente irrumpieron a balazos en las comunidades El Balsamar, Chautipa y Tepozonalco, y eso generó que las familias se salieran hasta esa cabecera.

Cómo no salirse, narraron los nuevos desplazados, si los armados del FUPCEG entraron y saquearon sus casas.

En Tepozonalco, dijeron, les robaron sus pertenencias. “Se llevan todo: puercos, gallinas, pollos. Son unos ladrones”, soltó uno de los desplazados. De quedarse, evalúa el mismo hombre, el desenlace pudo ser peor. “Si nos salimos fue para que nadie de nosotros fuera asesinado”, agregó.

Pero, con cierto pesar comparte todo lo que abandonaron, sobre todo ahora que acababan de recibir un apoyo del gobierno federal. “Nos dieron herramientas para fumigar los árboles y limpiar las huertas de aguacate, y seguramente todo eso ya se lo llevaron”, reprochó.

El nuevo grupo de desplazados –hombres, mujeres, ancianos y niños –después de salir de sus pueblos, muchos a pie, se concentraron en el crucero de El Huamuchil, un lugar ubicado a 10 minutos de la entrada de Chichihualco.

Nadie traía agua o comida comida. Su llegada hasta ahí era una evidente solicitud de refugio al municipio, como lo hizo el otro grupo de desplazados de la Sierra en noviembre de 2018, el éxodo anterior más reciente. 

Esa vez el municipio les asignó el auditorio y ahí vivieron varios meses, ahora muchos de ellos viven casa rentadas en la cabecera municipal; otros buscaron refugio en Estados Unidos y otros se movieron por su cuenta.

Justo en El Huamuchil, los desplazados contaron que fue el martes que los hombres armados comenzaron a llegar a las comunidades, donde usaron sus armas y balas para amedrentar. Al día siguiente, es decir este miércoles, las familias comenzaron a salirse.

Una mujer explicó qué sabe de ese Frente que los expulsó. “Esa gente que no son policías comunitarios sino sicarios de Onésimo Marquina –líder del cártel de Tlacotepec –están sacando a la gente y el gobierno no hace nada”, comentó. Los desplazados de 2018, muchos de la comunidad de Filo de Caballos, también le atribuyeron la responsabilidad de su destino a ese grupo armado.

Los desplazados de ahora hicieron evaluaciones, el grupo armado suma fuerza y tiene el objetivo, creen, por todo el terreno que ha ganado, de llegar hasta la cabecera de Chichihualco.

Se preguntaron con insistencia por qué no hay respuesta de las autoridades contra ese grupo armado. 

Este miércoles, después que se supo que hombres armados atacaron tres comunidades de la Sierra, patrullas de la Policía Estatal, Guardia Nacional y del Ejército sólo se instalaron en El Arco, un punto cercano a la entrada de Chichihualco.

Los desplazados que llegaron a Chichihualco temen porque no todas las personas de sus comunidades se salieron, se quedaron varios adultos mayores, y se preguntan qué será de ellos. 

Los habitantes de la Sierra, donde coinciden comunidades de Leonardo Bravo, Eduardo Neri y Heliodoro Castillo, llevan años con problemas de violencia de este tipo. 

Uno de los desplazados dijo que si sus cuentas no le fallan, las familias comenzaron a salir de la Sierra desde 2013, pero regresaban cuando las cosas se calmaban. Ahora ya no sabe si eso ocurra.