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Colapsan morgues de Jalisco; solo quedan 40 gavetas en panteones

De 900 gavetas que se adquirieron hace un par de años, en dos panteones, solo quedan 16 en Guadalajara y 24 en El Salto; directora del Semefo renuncia

Escrito en ESTADOS el

Tras la crisis de los tráileres con cadáveres, Jalisco registra una nueva emergencia debido a que las morgues están a punto del colapso, debido a que están a punto de acabarse los lugares para inhumar cuerpos sin identificar, debido a la violencia que vive la entidad.

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Se estima que a la fecha se tiene una existencia en las morgues dependientes del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) de más de mil 500 cuerpos no identificados.

Jorge Martínez, encargado de la Dirección de Panteones del ayuntamiento tapatío, informó que de las 900 gavetas que el gobierno de Aristóteles Sandoval Díaz adquirió en los últimos meses de su administración, se encuentran al 95 por ciento de su capacidad.

Tan solo de las 400 gavetas del Panteón de Guadalajara, sólo quedan 16 espacios disponibles.

Explicó que del 22 septiembre de 2018 a 7 de noviembre 2018, se depositaron 405 cuerpos, de los cuales fueron exhumados 21 y entregados a sus familiares. Otros 40 cadáveres fueron identificados, pero por cuestiones económicas de las familias, se decidió dejarlos ahí.

(Fotos Cuartoscuro)

Por su parte el director del Registro Civil del Municipio de El Salto, Noé Hermosillo, informó que de las 500 gavetas destinadas a cadáveres no identificados en el cementerio municipal, hay únicamente 24 disponibles.

Detalló que ya han sido identificados 22 cadáveres, nueve permanecen en el campo santo, ya que sus familiares decidieron dejarlos ahí por no tener recursos para llevarlos a otro lado y los otros 13 fueron exhumados y trasladados a otro sitio, entre ellos el de una estudiante japonesa que llegó a Guadalajara de intercambio.

Agregó que la mayoría de los cuerpos que actualmente se encuentran en las gavetas del gobierno estatal en el cementerio municipal, fueron localizados en diferentes fosas clandestinas.

Con este terrible panorama, además de la falta de personal, la directora del Servicio Médico Forense, Martha Estefanía Robles Cervantes, presentó su renuncia en días recientes.

Los más violentos

De los más de mil 500 cadáveres no identificados, por lo menos unos 200 yacen en las morgues establecidas en al menos ocho regiones del estado de Jalisco, sobre todo en los puntos geográficos que registran mayor violencia, como Ciudad Guzmán, Lagos de Moreno, Magdalena y Puerto Vallarta.

También se tiene registro de más de 50 restos de neonatos que fueron inhumados en una fosa de un cementerio particular ubicado en la delegación de Nextipac, en el municipio de Zapopan.

Hasta el momento se sabe que el 70 por ciento de los cadáveres no identificados corresponden a personas de sexo masculino, el siete por ciento al sexo femenino, y el 23 por ciento restante son cuerpos que, dado su grado de descomposición o condiciones en que fueron encontrados, no fue posible determinar su género.

El hijo “extraviado”

El 3 de junio reciente, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco emitió la recomendación 06/2020 por el mal manejo de cadáveres por parte del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

Una madre de familia buscó a un hijo desaparecido, durante más de un año. El joven fue atropellado en septiembre de 2017 y murió en un hospital, siendo enviado a la morgue. La mujer fue a buscarlo al Semefo pero le dijeron que ahí no estaba. Resulta que el muchacho estuvo en las gavetas y posteriormente en uno de los tráileres todo ese tiempo.

Un año después, la señora recibió una llamada del IJCF para notificarle que habían hallado el cuerpo de su hijo, que estaba en el tráiler apilado junto a otros 400 cadáveres. La recomendación emitida solicita al Gobierno de Jalisco la reparación del daño, y una investigación para que se deslinden responsabilidades entre servidores públicos del Semefo.

Incluso en abril pasado, familiares de personas fallecidas entrevistadas por medios de comunicación señalaron que había corrupción en el Semefo, donde les habían solicitado dinero a cambio de “agilizar el trámite” de entrega de cuerpos a quienes los reclamaban, lucrando así con el dolor de los deudos.

Actualmente la entrega de un cadáver demora entre cinco o seis días dado el rezago y carga de trabajo para la práctica de necropsias y demás dictámenes que ordena la ley, actividad que se dilata más cuando se encuentran nuevas fosas clandestinas con restos humanos prácticamente inidentificables.