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Coca-Cola, con “licencia” para saquear el agua de San Cristóbal de la Casas

Desde 1994, la empresa refresquera ha aprovechado cerca de 1.3 millones de litros diarios para su producto y con la posibilidad de hacerlo hasta el año 2035

Escrito en ESTADOS el

La empresa refresquera Coca-Cola no le ha bastado aprovechar, desde el año 1994, alrededor de 1.3 millones de litros de agua al día de la Mágica Ciudad de San Cristóbal de Las Casas, sino que ahora podrá obtener exorbitantes volúmenes luego de que posee en sus manos una concesión para otras dos décadas.

Según documentos que obran en poder de La Silla Rota, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) le otorgó otras dos concesiones hasta el año 2035; sin embargo, la compañía aparece con otra razón social: Inmuebles del Golfo, S. de R. L. de C. V.

En entrevista, Antonino García, profesor investigador en Ecología por la Universidad Autónoma de Chapingo, con sede en esta colonial ciudad de la región Altos de Chiapas, ejemplifica lo que para él esto significa un saqueo del recurso.

“Formas 10 mil pipas de San Cristóbal a Tuxtla Gutiérrez (cerca de 70 kilómetros de distancia entre ambas ciudades), y ese es el volumen que amparan esos títulos de concesión de aguas nacionales; es muy grande”.

Con base en su experiencia, advierte que el problema concreto no radica en que si la Coca-Cola tiene o no el agua concesionada, sino que la discusión central es que de los más de 550 acuíferos existentes en el país, la Conagua tendría alrededor de 105 en su poder, los cuales estarían sobreexplotados. 

Es decir, resume, le sacan más agua a la cisterna de esos acuíferos que la cantidad real que se infiltra en los mismos, mientras que en el caso del de San Cristóbal, dice, se carece de un estudio técnico, por lo que desconocen cuál es la realidad del mismo.

“Estamos a ciegas, no sabemos si el vaso está lleno, a la mitad, si tiene tres gotas, debido a que la Conagua no presenta un estudio fehaciente del acuífero y de las aguas subterráneas”, reconoce. 

El saqueo del recurso

Según la página web “Coca-Cola Journey”, la empresa ha mejorado, en los últimos 13 años, su sistema de uso eficiente de agua, pues resalta que en el 2004 requería de 2.7 litros para elaborar un litro de producto. 

En la actualidad, advierte, emplea 1.98 litros de agua para obtener la misma cantidad de refresco, mientras que su meta para 2020 es reducir aún más la utilización de agua: es decir 1.7 litros por cada litro de gaseosa. 

No obstante, hay estudiosos que afirman que la Coca-Cola necesita cerca de 6 litros de agua para sacar un litro de refresco, e inclusive hay quienes advierten que la cifra sería mayor: 35 litros de agua para obtener medio litro de refresco.

La ambición de Coca-Cola 

No obstante, se sabe que Coca-Cola tiene dos “ases bajo la manga”: el primero es presentar un estudio de cómo está la cuenca coleta, y el otro, no menos ambicioso al menos para su interés, es el de invertir 40 millones de pesos en una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) en los humedales de María Eugenia, lo que para expertos en la materia es un proyecto “al vapor”.

Alma Rosa Rojas, integrante del Colectivo de Educación para la Paz y los Derechos Humanos, refiere que la mejor solución para acabar con incertidumbres es que la empresa se vaya de estas gélidas tierras, lo que han demandado desde hace varios años. 

Aclara que la ciudadanía ha tomado más conciencia del impacto negativo que tiene la Coca-Cola en San Cristóbal, pues ni con un proyecto como el de la PTAR en un humedal podrá legitimar el daño que le ha hecho a la salud de la población. 

La también parte de la Plataforma por el Derecho al Agua advierte que el que esta compañía genere alrededor de 500 empleos directos, no se compara con las afectaciones que ha dejado a lo largo del tiempo que ha estado en la ciudad. 

Lo más preocupante, advierte, es que está en la búsqueda de otras fuentes de abastecimiento, como la Laguna Suyul, ubicada en la parte alta de la cuenca de San Cristóbal, cuyo lugareños han observado la presencia de personas al parecer de la empresa que efectúan mediciones y les hacen preguntas; “como que ya le echaron el ojo a ese acuífero, por eso no la queremos aquí”, insiste.

Con la dinámica de deterioro de las más de 28 mil hectáreas de la Cuenca de San Cristóbal, los nueve manantiales que controla el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (SAPAM) no resistirían otra década más, por lo que los expertos calculan que entre 5 ó 6 años se secarán y los más de 240 mil pobladores sancristobalenses ya no contarían con agua superficial.

En ese sentido, Antonino García resalta que “el segundo seguro de vida” serán las aguas subterráneas, las cuales —como se evidenció— están en poder de la empresa refresquera más poderosa del mundo.