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Clases virtuales, derrumba sueño de Luis de continuar con su papelería

Desde la suspensión de clases, el dueño de la papelería Punto Com no ha logrado recuperarse de las pérdidas

Escrito en VERACRUZ el

El anuncio del inicio del nuevo ciclo escolar a distancia, a través de plataformas virtuales, debido a que se mantiene el riesgo alto de contagio de covid-19, cayó como balde de agua fría para aquellas personas que trabajan o son propietarios de negocios que dependen de las clases presenciales y de los estudiantes, para llevar el sustento a su casa.

En especial las pequeñas papelerías, que en su mayoría atienden a los alumnos y padres de familia de las escuelas, como Luis Hernández, que lleva cerca de 7 años trabajando en su papelería “Punto Com”, en la colonia Remes del municipio de Boca del Río.

La papelería se encuentra ubicada estratégicamente enfrente de dos escuelas, y a menos de un kilómetro de al menos 3 planteles diferentes, lo que supondría que garantizaría que el negocio fuera rentable.

Ahí, padres y alumnos del jardín de niños, “María Enriqueta Camarillo” y la primaria “Roberto Mancisidor” compran materiales para las tareas escolares, surten sus listas de útiles y navegan por internet para hacer sus tareas e imprimir trabajos.

Al menos así era hasta el viernes 13 de marzo, día en que millones de estudiantes acudieron por última vez a sus salones de clases, a causa de la emergencia sanitaria declarada por el Gobierno Federal, a causa de la pandemia de covid-19, que en ese momento sumaba sus primeros casos.

Luis comenta que los primeros meses de la cuarentena fueron relativamente normales, las ventas bajaron en general, pero debido a que en muchas escuelas habían dejado trabajos pendientes, los clientes aún acudían a comprar material o a utilizar las computadoras de renta para hacer trabajos.

De un 100 por ciento que salía de ganancia, antes de la pandemia, entre marzo y abril la papelería empezó a ingresar cerca del 40 por ciento, y en los meses de junio y julio cayó hasta un 25 por ciento de ganancia.

Para José Antonio Mendoza García, presidente de la CANACO en Veracruz, la decisión del gobierno de tornar las clases a la modalidad virtual, en todo el país, golpea a los intereses del comercio organizado, que ya ha sufrido desde el inicio de la pandemia.

“Las papelerías se ven mermadas con esta decisión”, comentó a La Silla Rota Veracruz.

Indicó que hay papelerías de cadenas nacionales de gran nivel y las papelerías pequeñas, aledañas a los centros educativos, y que ambos estratos se ven afectados de diferente forma, mientras esperan el regreso a clases presenciales, el cual no se va a dar en este ciclo escolar.

APENAS ALCANZA PARA SOBREVIVIR

Para Luis, el continuar con la papelería abierta en tiempos de covid y de clases virtuales ha sido un reto, debido en gran medida al cobro de la renta, ya que, con las ventas reducidas y el pago de servicios, las ganancias solo alcanzan para mantener el local, surtirlo a medias y para lo básico en su hogar.

Meses atrás, Luis había rentado un pequeño local a una cuadra de la papelería, en donde vendía jugo de frutas, especialmente por las mañanas. En el local tenía empleada a una señora que atendía y preparaba los jugos, sin embargo, hace varias semanas decidió trasladar el negocio de jugos al local de la papelería y prescindir de su trabajadora.

Ahora, en los días finales al ciclo escolar anterior y el periodo vacacional y de inscripciones, Luis ha tenido que atender por su cuenta el negocio de los jugos, por las mañanas, lo que también lo obliga a tener alguien que atienda la papelería.

Para aumentar sus ventas por las mañanas, visita otros negocios cercanos y casas de los vecinos, ofreciendo los jugos, además que algunos días prepara otros alimentos como tortas preparadas, las cuales entrega en su motoneta luego de tomar pedidos.

En su hogar también ha tenido que hacer sacrificios y esforzarse para salir adelante económicamente.

“Mi hijo está estudiando la universidad y, gracias a dios, nunca había tenido que trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero ahorita por la situación entró a trabajar para apoyar en la casa”, comentó.

Asimismo, para cortar gastos, se vio en la necesidad de cambiar a su hija de escuela, a otra en donde ahora paga una octava parte de la colegiatura que cobraban en el colegio anterior.

EN OTROS TIEMPOS

Antes de la llegada del covid, Puntocom, veía sus días de mayor actividad los lunes, martes y miércoles, cuando los estudiantes llegaban por material para sus tareas, u ocupaban todas las computadoras para hacer trabajos.

También, mamás de los más pequeños compraban material didáctico para las actividades en el jardín de niños justo enfrente de la papelería.

Entre jueves y sábado, el mayor ingreso eran los niños y jóvenes que iban a rentar las consolas de videojuegos por horas, además de quienes usaban el internet de forma recreativa.

Ahora, la rutina ha cambiado con la epidemia.

“Hay personas que vienen y al ver que tienen que entrar con cubrebocas y si no se lo quieren poner, mejor se van”, lamenta Luis, quien sigue de forma estricta las indicaciones sanitarias.

Luis admite que al inicio dudó de la veracidad del coronavirus, debido a que considera común el uso del pánico por los gobiernos, sin embargo, cuando el virus llegó a su círculo cercano cambió su postura y se informa constantemente del avance de la pandemia.

“Le dio a mi cuñada, comenzó con dolor de cabeza y malestar en la garganta, y resultó positiva en la prueba.”

Por fortuna, el hermano de Luis y sus hijos no se contagiaron, a pesar de tener el virus en su casa.

Por amigos que trabajan en hospitales privados de la ciudad,  sabe que la situación del covid en Veracruz va en aumento, y las clínicas que atienden los casos se están viendo rebasadas en su capacidad.

FUTURO PRÓXIMO

Luis no sabe bien qué va a suceder con su papelería, luego de la decisión del gobierno de iniciar las clases desde casa, tiene incertidumbre sobre la relevancia de su negocio para las escuelas y los alumnos.

“Antes compraba las cajas de hojas para impresiones y se acababan en menos de un mes, ahorita compro por paquetes de 500 hojas y no se acaban tan rápido.

Indicó que algunos de los proveedores de material escolar no están trabajando ni cubriendo las demandas de las papelerías pequeñas, por lo que algunos de los insumos ya no los maneja por el momento.

“Ahí en el techo tenía sombrillas con diseños y resurtía seguido porque se vendían, pero ya no he comprado porque no se vende.”

Señaló un estante y unas repisas con artículos de regalo, que tampoco ha resurtido porque son objetos de venta escasa y prefiere utilizar su dinero para surtir el material que sí se consume.

Indicó que lo que más le pega es la renta, y su plan para sostener la papelería es llegar a un acuerdo con la casera, para que le reduzca, al menos de 3 mil a 2 mil pesos, y con así sobrellevar la cuesta un poco más.

Dijo saber que la dueña del local no perdería mucho al reducirle el cobro, ya que ella también tiene una casa, el local de un expendio de cervezas y dos departamentos en renta y ocupados, por lo que solo busca un poco de solidaridad.

“Llevo casi 7 años aquí y siempre he sido puntual con mis pagos.”

También comentó haber solicitado uno de los Préstamos del Bienestar “A la Palabra”, que ofrece el gobierno federal a los pequeños comerciantes durante la crisis económica por el coronavirus, sin embargo, tras un mes luego del registro, no le han confirmado el préstamo.

Luis Hernández se mantiene al tanto de la situación, sabe que en otros países llevan avances en el desarrollo de una vacuna contra el covid, lo cual considera como una esperanza para su negocio, ya que, si la inoculación llega al país pronto, las escuelas podrían volver a sus actividades normales.

ygr